El recorte a la memoria

Por Aranza Eyharchet para el #MediaLab de Portal Universidad

Los sitios para la memoria son fundamentales para mantener viva la historia y honrar a las víctimas del terrorismo de estado en Argentina. Estos espacios de difusión, con visitas pedagógicas, investigación y promoción de los derechos no solo sirven como recordatorio de los horrores del pasado, sino que son esenciales para la construcción
de una sociedad más justa y consciente para todos y todas.

Son un símbolo de resistencia y lucha por los derechos humanos. Un ejemplo de como transformar algo tan terrible como un centro clandestino de detención, tortura y desaparición en un lugar de encuentro, reflexión y aprendizaje que contribuye a la construcción de una comunidad más comprometida.

Como parte de los numerosos recortes que viene implementando el Gobierno Nacional, se han reducido los presupuestos en Ciencia y Tecnología, Educación, el Ministerio de Salud, el presupuesto para combatir la violencia de género, obra pública, Subsidios Económicos, el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (PAMI), jubilaciones y programas sociales.

A su vez, se procedió a la reducción de veintidós ministerios a ocho, a la eliminación de organismos como el Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI), el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) y el Instituto Nacional de Juventudes (INJUVE), y la política de recortar en otras dependencias como el Conicet, el INCAA, la
Coneau, el INCUCAI, el ENACOM, la ANMAT y el INTA, y la disminución de secretarías, que pasaron de ciento seis a cincuenta y cuatro.

En este contexto, los recortes en la Secretaría de Derechos Humanos (ex Ministerio de Justicia y Derechos Humanos) no son más que una muestra de las prioridades que establece este gobierno negacionista presidido por Javier Milei, quien prometió en campaña disminuir el estado al mínimo y acabar con “el curro de los derechos humanos”.

¿Cuáles son los argumentos para semejante desguace? La reducción del estado para mantener el equilibrio fiscal, pero cuidado. Mientras más se achique el estado, más derechos y soberanía se pierden.

¿Qué es lo que está pasando con estos espacios?

La Dirección Nacional de Sitios y Espacios de Memoria depende de la Secretaría de Derechos Humanos, que a su vez forma parte del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Este ministerio está llevando adelante un plan de retiros voluntarios para eliminar la mayoría de sus contratados para diciembre de este año, alcanzando a unos 5.000 trabajadores, entre los que se incluyen a tres de los cinco que se desempeñan en el Faro de la Memoria de Mar del Plata.

Desde la asunción de La Libertad Avanza echaron a casi la mitad de los trabajadores de los espacios para la memoria dependientes de Nación. Alrededor de treinta personas de las sesenta y cinco que integraban la Dirección Nacional de Sitios.

Son ocho los Espacios de Memoria que dependen sólo de Nación, más las áreas de investigación, el Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado, leyes reparatorias y el Centro Cultural Haroldo Conti. Entonces, ¿se justifica el ajuste en este sector? ¿o es una muestra más del despotismo con el que gobierna?.

El Faro de la Memoria

Los faros solían ser una guía para los barcos. Una figura que se erguía en la quietud de la noche. Cuando todo era oscuridad, alumbraba y marcaba el camino para que aquellos marineros embarcados siempre se mantuvieran atentos y seguros. Hoy el faro representa un símbolo que vigila y salvaguarda la memoria. Es, por así decirlo, el
guardián de la memoria colectiva para que como sociedad nunca perdamos el camino y los derechos humanos sean ese halo de luz que nos guía hacia un futuro justo, libre y lleno de esperanza.

El Faro de la Memoria, ubicado en la Avenida de los Trabajadores 5700 de la ciudad de Mar del Plata, se encuentra en el predio donde funcionó la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina (ESIM). Fue uno de los doce centros de detención clandestina que operaron en la ciudad de Mar del Plata entre 1976 y 1983, durante la última dictadura militar. Como parte de las políticas de memoria, verdad y justicia, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, junto al Colectivo Faro de la Memoria, conformado por organizaciones sociales, educativas, políticas, culturales, sindicales y ambientales, abrió en 2014 el Espacio para la Memoria y Promoción de Derechos Humanos para toda la comunidad. En 2015, fue declarado sitio histórico nacional por la ley 27.127, que establece que el lugar debe ser gestionado por una comisión formada por organizaciones sociales, sobrevivientes de este centro clandestino de
detención, familiares de desaparecidos, legisladores y la Universidad Nacional de Mar del Plata, con el fin de asegurar el correcto desarrollo cultural y la preservación del área natural.

Una parte de este predio fue cedida en los años noventa, durante el gobierno de Menem, como una de las tantas privatizaciones, a una empresa privada que construyó el Aquarium y un camping, dejando bajo tierra parte del antiguo centro de detención.

Si bien el reclamo por la inclusión de estas tierras como bien de Interés Histórico-Testimonial lleva años, finalmente, los concejales de la UCR, Coalición Cívica y Crear más Libertad, aprobaron un proyecto para instalar una micro destilería de gin a cargo de Matías Iriarte, reconocido empresario de la nocturnidad marplatense, socio de Mute, Quba, Mr. Jones y fundador de la marca de gin La Restinga.

El lugar, no solo contaba con las -todavía vigentes- visitas guiadas, sino también con festivales y actividades de acceso libre y gratuito que buscaban fortalecer la oferta cultural y educativa del espacio. Entre las actividades que se desarrollaban en el Faro de la Memoria se incluían programas como el Plan Fines, talleres de extensión de la
Escuela Martin A. Malharro de Artes Visuales, y capacitaciones realizadas por la Comisión Provincial por la Memoria, el Archivo Nacional de la Memoria y la Universidad Nacional de Mar del Plata, entre otras instituciones.

A su vez, funcionaba el Centro de Acceso a la Justicia (CAJ) que fue desmantelado a principio de año. Este centro, brindaba atención a la comunidad para garantizar el acceso a los derechos de las personas en situación de vulnerabilidad. Su equipo de profesionales ofrecía orientación, acompañamiento y asesoramiento legal en cuestiones de acceso a la salud, violencia intrafamiliar, violencia de género, violencia institucional hospitalaria, cuestiones de familia, problemáticas de vivienda, conflictos vecinales, de consumidores; y a la vez facilitaba la asistencia en trámites de seguridad social como por ejemplo asignaciones, jubilaciones, pensiones y documentación en general, entre otras.

Aunque la situación de los espacios de memoria ha variado con cada gobierno, nunca se había enfrentado a una situación como la actual. Durante su mandato entre 2003 y 2007, Néstor Kirchner impulsó la creación de espacios de memoria y promovió la política de derechos humanos, inaugurando varios sitios, incluyendo el Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex ESMA) en Buenos Aires. Además, implementó políticas que acompañaron la lucha por los derechos humanos y el reclamo de memoria, verdad y justicia como la anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, la declaración de inconstitucionalidad de los indultos y la decisión de retirar los cuadros de los dictadores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone del Colegio Militar.

Cristina Fernández de Kirchner, en línea con las políticas de su predecesor, continuó promoviendo estas políticas durante sus dos mandatos entre 2007 y 2015, fortaleciendo los espacios de memoria y aumentando el presupuesto destinado a estos lugares, cediendo en 2014 el predio que pertenecía a la ESIM al colectivo Faro para la memoria. Durante el periodo de 2015 a 2019, el entonces presidente de la Nación, Mauricio Macri llevó a cabo un importante recorte presupuestario y despido de personal, lo que llevó a la Red de Sitios de Memoria a reclamar ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) debido al riesgo de cierre de varios espacios. Por su parte, durante su gestión Alberto Fernández retomó el impulso a las políticas de memoria, verdad y justicia, apoyando y fortaleciendo estos sitios para asegurar la memoria de las víctimas del terrorismo de Estado, y anunció el inicio de la construcción del Espacio Campo de Mayo, aunque el impacto de la crisis que trajo la pandemia se sintió.

En lo que respecta a la relación de la actual gestión con este área, el proceder es el mismo que en todos los órganos. No cierran directamente los espacios, sino que los desfinancian hasta el punto de poner en juego su continuidad o correcto desempeño. Por ejemplo, si tres de los cinco empleados del faro de la memoria aceptan el retiro voluntario. ¿Qué operatividad puede seguir teniendo con dos empleados?

Diego González, director de prensa de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y trabajador de la Ex ESMA, afirmó que no es la primera vez que estos espacios sufren recortes. Considera que en esta ocasión la situación responde a un vaciamiento de las políticas públicas en materia de derechos humanos y detalló que se encuentran en plan de lucha y movilización debido al riesgo de continuidad de estos espacios, que ya han limitado el programa de actividades. Aunque en otros momentos la lucha sindical estaba relacionada con condiciones laborales, paritarias o el reclamo ante un nuevo intento de beneficios a los genocidas, actualmente está enfocada en el cese de los despidos y la reincorporación de los compañeros despedidos para evitar el cierre.

Hace once años que trabaja en la Ex ESMA y puede ver la importancia de estos espacios donde la comunidad participa en talleres, capacitaciones y visitas guiadas, no sólo en la Ex ESMA, sino también en la Casa de la Militancia de HIJOS y la Casa por la Identidad, que incentivan a la sociedad a involucrarse de manera transversal en muchos ámbitos. Diego resalta la relevancia de los derechos humanos para la sociedad y las generaciones venideras como una cuestión activa que atraviesa todo y que son valores esenciales para lograr una patria más justa, libre y soberana.

Ana Pecoraro, hija de desaparecidos y coordinadora del Faro de la Memoria, explica que en la ciudad de Mar del Plata, si bien ninguno de los cinco trabajadores fue despedido, cuentan con contratos precarios que en algunos casos se renuevan cada tres meses, lo que genera una incertidumbre lamentable. Detalló que lo que está sucediendo es “muy doloroso, muy difícil y cruel” y que ven cómo, mes a mes, van cercenando, vaciando y eliminando las políticas públicas. Además, anunció que están en estado de alerta y movilización por los compañeros despedidos en los espacios para la memoria en el país, quienes quedaron en una situación de vulnerabilidad absoluta.

Es fundamental que la comunidad se involucre en estas cuestiones, que se informe y elija mantener estos espacios que promueven el desarrollo del pensamiento y las políticas de Memoria, Verdad y Justicia para continuar reflexionando sobre nuestro pasado, entender el presente y poder elegir qué futuro queremos como sociedad. Tenemos la obligación de acompañar estos reclamos para que la memoria prevalezca; es una deuda con nuestra historia. Que la memoria sea libre como el viento.

*Estudiantes del MediaLab, primer Laboratorio de Redacción para Medios Digitales. Se trata de un sistema experimental que consiste en el trabajo periodístico, de producción propia, que desarrollan alumnos del Taller de Redacción para Medios Digitales, correspondiente a la Tecnicatura de Periodismo Digital que se dicta en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

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