Erosión costera: el fenómeno que está haciendo desaparecer las playas de la costa marplatense
El final de cada temporada de veraneo deja ver que cada año, el espacio de playa es menor. Este año no fue la excepción, y para entender por qué es que las playas de la costa marplatense son cada vez más chicas desde Portal Universidad nos comunicamos con Federico Isla, Director del Instituto de Geología y Costas del Cuaternario de la UNMDP.
El fenómeno que produce este achicamiento se denomina erosión costera, a la que Islas definió como “un proceso natural que se origina fundamentalmente por la acción de las olas, las mareas y las tormentas que asedian de vez en cuando”. Es un desgaste o denudación de los suelos, que en este caso al ser costera afecta a la arena, los médanos y estructuras rocosas como acantilados, entre otros.
Pero esta erosión no se puede adjudicar sólo a cuestiones de la naturaleza o el ambiente, sino que se suma otro tipo: la erosión inducida por las actividades humanas tal como las canalizaciones, las obras mal planificadas y mal hechas y actividades propias de los balnearios de recreación.
Las estrategias de defensa costera en la costa Argentina, han sido un factor muy influyente en este problema. Nacieron a principios del siglo 20, cuando entre 1911 y 1922 empezó la construcción del puerto de Mar del Plata, y con él, según relata Isla, las conocidas escolleras o espigones, que “se hicieron para dar reparo al puerto de Mar del Plata”. Eso mismo fue lo que generó una obstrucción de la deriva litoral, y acrecentó el proceso de erosión.
Una estrategia muy novedosa que se venía realizando en muchos países en los años 70′, era el llamado “repoblamiento de arena” que consiste en llevar arena de manera artificial a las playas para desacelerar el proceso de erosión. Esto se propuso en los años 80′ pero no se implementó en Argentina hasta el año 1998, cuando se refularon, con la ayuda de tres dragas belgas, Playa Bristol, Playa Varese y Playa Grande.
Este fenómeno se da en todas las playas de la costa bonaerense y Mar del Plata no es la excepción, aunque sucede de distinta manera en cada zona de la ciudad. Las playas del sur tienen un proceso de erosión natural porque están orientadas a donde inciden las olas más grandes y provienen los vientos más fuertes y fríos, que vienen del sur y del sudeste. Según el último informe del Instituto de Geología de Costas y del Cuaternario, y el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras, las tasas de erosión estimadas entre los años 1970 y 1987 eran altísimas: se estiman 3-4 metros por año. Y aunque esto disminuyó significativamente hasta 2009, hoy en día el retroceso es de 0,5 metros por año, por lo que se ha observado un aumento.
Hoy en día el retroceso es de 0,5 metros por año, por lo que se ha observado un aumento
Las playas del norte, aunque también sufren erosión derivada de las tormentas que llegan del sur, al mismo tiempo tienen una disminución del transporte de la arena a lo largo de la costa por todos los factores que se enumeraron. En el intervalo norte, la tasa de retroceso fue de aproximadamente 1 metro por año y ha disminuído en los últimos años.
Esto significa que, a niveles generales, las playas del sur viven una situación mucho más alarmante actualmente, pero las del norte no se quedan atrás.
Esto significa que, a niveles generales, las playas del sur viven una situación mucho más alarmante actualmente, pero las del norte no se quedan atrás
Las consecuencias se ven en la reducción de la costa, y por lo tanto de las playas. La infraestructura de los balnearios en las playas turísticas genera modificaciones morfológicas en la zona, principalmente por el acarreo mecánico de la arena desde los médanos hasta la playa frontal. Esto afecta aún más a aquellas zonas donde las playas se encuentran en zonas bajas, como Mar Chiquita, Villa Gesell, Pinamar y el Partido de la Costa. “En esos lugares es donde tenemos sectores o villas balnearias como Las Toninas, Santa Teresita y Mar del Tuyú, donde las playas no solamente están desapareciendo, sino que además la erosión está afectando a casas que se construyeron arriba de dunas” declaró Isla.
Para revertir todo esto, el geólogo explicó que “lo ideal es no construir en zonas de riesgo. Después de la pandemia se empezaron a construir nuevas villas balnearias, sobre todo en partidos como General Alvarado, Lobería, Necochea y Santa Teresita”. La gran mayoría de estos balnearios no contemplan la situación ambiental y hacen movimientos de arena que afectan significativamente el entorno.
“Las previsiones del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, dicen que para el sudeste de Sudamérica, en específico la Provincia de Buenos Aires, el nivel del mar va aumentar entre 40 y 80 centímetros para el año 2100 y van a ser más frecuentes las tormentas del sur” comentó Isla. Es decir, que se proyecta que los factores climáticos que provocan la erosión empeoren. Si bien el problema es significativo, todavía pueden tomarse medidas para reducir, al menos, el impacto que producen los humanos a través de actividades económicas.