Una fundación marplatense fabrica y promueve la donación de estufas sociales

 

Con la mirada puesta en la llegada de la temporada invernal y su consecuente descenso de las temperaturas, desde la Fundación “Yo soy porque nosotros somos”, también conocida como “Soporte”, se lleva a cabo un proyecto de estufas sociales para aportar soluciones a personas que no pueden acceder a vivir en un ambiente calefaccionado. 

Para conocer con mayor detalle las características de este proyecto y los trabajos que se realizan desde la organización, desde Portal Universidad nos pusimos en contacto con el ingeniero industrial Jeremías Ispizúa, miembro de la fundación. 

Respecto de las estufas sociales comentó: “El proyecto surge a partir de haber ideado un artefacto,una estufa, que es una patente abierta que fue diseñada por el Instituto industrial Pablo Tavelli en el 2018. En el 2019 desde Cáritas Cristo Rey se hizo un primer proyecto donde se fabricaron 20 estufas y posteriormente, a partir del 2020 nos convocaron para formar parte, así se inició el proyecto.  Con mucho trabajo de gestión y articulación con otras organizaciones empezó a tomar forma este programa, que tiene un poco de todo porque genera trabajo en el barrio para un herrero y su familia, para trabajadores que hacen la distribución y otros que hacen la instalación”.

Foto:la estufa sirve de forma simultánea tanto para cocinar como para calefaccionar

Asimismo, Ispizúa explicó que la estufa sirve de forma simultánea tanto para cocinar como para calefaccionar y se está pensando en ampliar las capacidades del artefacto. En ese sentido dijo: “Estuvimos con la mayoría de los estudiantes del Tavelli haciendo un hackathon para trabajar sobre nuevos prototipos para rediseñar algunas cosas de la estufa actual e incorporar la capacidad de calentar agua caliente, por ejemplo.

En cuanto a la labor que se lleva a cabo actualmente, de cara a la temporada invernal que se aproxima dijo: “Actualmente nos encontramos en dos etapas. En primer lugar estamos trabajando en la fabricación de estufas para este año y en segundo estamos realizando el relevamiento de todas las estufas que colocamos estos años. Cuando las entregamos proporcionamos manuales de automantenimiento y hacemos visitas con profesionales especializados para ver si se necesita realizar alguna reparación a las mismas, una especie de asistencia técnica”. Entonces precisó que “el objetivo de la estufa es que tenga fácil fabricación y sencillo mantenimiento. Es una estructura metálica, recubierta por ladrillos comunes, que tiene una tapa de chapa laminada en caliente. Nosotros buscamos no solamente fabricar la estufa, sino que a la hora de instalarla garantizamos todas las medidas de seguridad, instalamos las ventilaciones, instalamos toda la zinguería completa, y dejamos el sistema funcionando”.

El proyecto -añadió- “trata de trabajar con cada una de las familias y nos encontramos con situaciones diversas porque hay situaciones muy delicadas en nuestra ciudad. Hablamos de lugares donde es más fácil instalarlas y lugares donde hay que hacer modificaciones porque se trata de viviendas con materialidades de cartón, de chapa. En ese tipo de situaciones es indispensable hacer modificaciones previas”.

¿Cómo llegan las estufas a quienes las necesitan?

Consultado sobre el trabajo que se  realiza desde la fundación hace más de 4 años, Ispizúa dijo: “nosotros llevamos alrededor de 335 estufas instaladas y mapeadas en estos 4 años de proyecto. Arrancamos este quinto año con el objetivo de llegar a las 400 y para eso es necesario hablar de la financiación del proyecto. Nosotros buscamos que algunas familias realicen donaciones para que otra familia pueda tener la estufa. En realidad pueden ser otras familias, puede ser una empresa particular o una institución que aporte al proyecto. Hoy el sistema de calefacción está entre 55 y 60 mil pesos cada estufa, incluyendo toda la fabricación, traslado, instalación y zinguería. Pedimos algunos aportes voluntarios a quienes puedan para poder seguir desarrollando el proyecto”.

Por un lado se lanza la campaña para solicitar fondos pero por otro lado se abre una convocatoria para que las personas que necesiten puedan solicitar la estufa. En ese sentido dijo: “Hicimos un formulario de Google, hay un mail estufasocial@gmail.com y ahí tratamos de comunicarnos con cada familia que nos escribe y hacer una evaluación socio habitacional. Tenemos lamentablemente una capacidad productiva relativamente baja, hacemos 74 estufas por año. El año pasado se viralizó un formulario y tuvimos 2500 pedidos, nos llamaron de otros países y provincias incluso. Ahora estamos tratando de acotar y de mejorar la comunicación para evitar que pase eso y llegar a las personas que lo necesitan en Mar del Plata”.

“Hay otras organizaciones que van desarrollando proyectos similares a pequeña escala, nos interesa trabajar con otras universidades, que el proyecto llegue a otros lugares y ver que posibilidades hay de hacerla en cada lugar en particular. Actualmente nosotros lo articulamos al proyecto con la Asociación civil Supertenedores y la cátedra de Liderazgo y Responsabilidad Social de Ingeniería, con otras ONG como por ejemplo Casa de Veinte, que aporta libros y cuando llevamos la estufa dejamos una cajita con libros. Pequeños detalles  que suman más allá de brindar calor”, destacó.

Yo soy porque nosotros somos

Finalmente, Ispizúa se refirió a los orígenes de la fundación “Yo soy porque nosotros somos” y sus principales objetivos. Al respecto expresó: “Es un grupo interdisciplinario que busca  resolver problemas sociales de pobreza de forma colaborativa. También se la conoce como “Soporte”, es su nombre de fantasía en redes. La fundación es fruto de un trabajo que surge de la Universidad Nacional de Mar del Plata, a partir del trabajo del arquitecto Fernando Cacopardo a partir del año 2003. Desde un principio se empezó a trabajar en asentamientos de la ciudad, abordando la temática de la pobreza y 10 años después, en el 2014, se constituyó la fundación formalmente. A partir de ese momento se empezaron a incorporar becarios, estudiantes e investigadores mayormente vinculados a la arquitectura y empezó a  crecer bastante el trabajo”.

Respecto de la óptica con que se encaran los proyectos, Ispizúa dijo: “Trabajamos por un lado en el fortalecimiento de emprendimientos productivos barriales, de los cuales las estufas son una de las partes. Trabajamos en la fabricación de componentes de viviendas, para darle un impulso a talleres barriales, trabajamos la problemática habitacional con un programa de mejoramiento de vivienda para autoconstrucción asistida. Se busca ir juntando recursos con las familias para ir haciendo transformaciones en las viviendas, también tenemos un trabajo de integración socio urbano relacionado a la urbanización de los barrios, hacemos conexiones internas de agua, de luz, veredas de plazas, playones deportivos. Todo esto tiene un impacto muy importante en los barrios donde trabajamos”. 

Para poder llegar a resolver estas problemáticas es imprescindible la vinculación con otros organismos que se encuentran en el territorio. En ese sentido explicó que “parte del trabajo tiene como objetivo vincularse interinstitucionalmente con quienes ya están abordando el problema. Se trabaja con salitas, casos que derivan los hospitales, en los programas de mejoramiento hay alguna pequeña línea por parte del municipio, también a nivel provincial y nacional. El objetivo es vincularse con organizaciones sociales, sociedades de fomento, otras ONG. Vamos trabajando en función de los problemas y de los actores que están trabajando para abordarlos y ahí vemos que podemos aportar para la resolución de sus problemas específicos”.

¿Cómo se dona y solicita una estufa social?

Para solicitar una estufa social se puede ingresar a la página de Soporte . Allí se puede tanto solicitar como donar voluntariamente una estufa, media estufa o aportar lo que se pueda para la construcción. En cuanto al costo que tiene para la familia que solicita la estufa, Ispizúa explicó: “Después para llevarla a la familia le hacemos un importe sugerido del 10% de la estufa, en caso de que puedan, sino obviamente se instala igual. La idea es cubrir el costo de la zinguería o del flete, para poder seguir teniendo un programa que continúe en el tiempo, que pueda seguir el año que viene”.

La fundación tiene redes en instagram, donde se puede ingresar para encontrar toda la información a través de los links y las publicaciones en el feed, junto con el mail del proyecto”, concluyó.

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