Ciberdelincuencia: las redes de una estafa


Por Karen Sternberg*

En la convergencia de las redes, plataformas digitales y medios de comunicación actuales, los robos y las estafas no se detienen, muy por el contrario, se convierten y acompañan a la vorágine producida por la era de la conectividad.

Cómo protagonistas del mundo de internet, nadie queda exento de los ciberdelincuentes que se encuentran al acecho detrás de las pantallas.

El 23 de Julio, a partir de una publicación hecha a través de la conocida plataforma de compra- venta, Marketplace, luego de algunas horas de la difusión del producto; un hombre se comunicó por el WhatsApp de la vendedora solicitando la cama publicada.

Al comprador, parece interesarle más abonar el producto que adquirirlo. Luego de conversaciones por teléfono y vía WhatsApp, el falso perfil de Facebook, detrás de una identidad ficticia, se presenta bajo una engañosa simpatía que invita a acreditar su intención de compra. Bajo un discurso construido para envolver a la próxima víctima, éste usuario de la red social procede a enviar el comprobante de pago del producto valuado en $7.500. Pero en aquel, se distingue fácilmente la diferencia entre lo transferido y el valor real.

Luego de varios minutos, quien se esconde bajo un perfil ficticio de un agente de la policía para generar cierta credibilidad, vuelve a realizar un llamado. Esta vez la tranquilidad quedó de lado. El estafador, ahora se expresa en un tono apurado para poder explicar “la equivocación” en el importe transferido; lejos quedó la calma del principio.

En la conversación, expresa que, por el error en la diferencia del dinero, su banco se va a contactar con el titular de la cuenta para verificar la titularidad de quién recibió el monto incorrecto. De esta forma, se apela a la buena fe de la víctima, para, más tarde simular ser el banco, el cual retendrá la cuenta del “damnificado”. En este modus operandi se solicita una clave que es de USO EXCLUSIVO del titular del banco.

Es importante destacar que, desde la entidad bancaria, bajo ningún concepto se solicita algún tipo de clave personal como tampoco fotos del DNI. Los activos de información no pueden ser vulnerados de ninguna manera. Cada usuario debe hacer uso de sus claves de forma confidencial. Los bancos no tienen acceso a esa información personal, ni tampoco será solicitado por trabajador alguno de dicha institución. El cliente es el único que debe configurar y saber sus ID y respectivas contraseñas, las cuales no deben ser facilitadas a terceros.

Una vez otorgados estos datos, la cuenta bancaria queda a total disposición de los delincuentes, pudiendo hacer uso exclusivo de aquella, en cualquier momento y de cualquier forma.

En consecuencia, el robo se produce a través de débitos en la nueva cuenta a facilitada o mediante la solicitud de créditos a entidades crediticias muchas veces fantasmas.

Cuando se trata de transferencias reales, si la operación se realiza entre distintos bancos puede demorar algunos días en que el dinero se acredite al destinatario, pero por supuesto, éste no es el caso.

Este flagelo es cada vez más cotidiano. Las modalidades de robo se transforman y los ladrones se aprovechan de las más sutiles distracciones. Esta mitología llamada credin-debin es cada vez más utilizada en el mundo delictivo. Las denuncias en los bancos se multiplican todos los días y los damnificados, muchas veces no tiene otra respuesta que la indicación de no brindar datos personales.

En caso de ser víctima de este tipo de delitos, la fiscalía de delitos económicos ubicada en Tucumán y Garay de Mar del Plata es la institución responsable para denunciar este tipo de fraudes o pueden realizarse mediante correo electrónico a denunciasmardelplata@mpba.gov.ar.

 

*Estudiantes del MediaLab, primer Laboratorio de Redacción para Medios Digitales. Se trata de un sistema experimental que consiste en el trabajo periodístico, de producción propia, que desarrollan alumnos del Taller de Redacción para Medios Digitales, correspondiente a la Tecnicatura de Periodismo Digital que se dicta en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

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