Nueva longevidad, la necesidad de cambiar el paradigma de la vejez

El aumento de la expectativa de vida presenta desafíos para la sociedad sobre cómo van a transcurrir los 20 o 30 años posteriores a la jubilación, los nuevos requisitos que tienen las personas mayores, la importancia de visibilizar la generatividad, erradicar los prejuicios y dejar de considerarlo como algo ajeno. En relación a todo ello, la Licenciada en Terapia Ocupacional, Bettina Roumec, dialogó con Portal Universidad y se extendió sobre cada uno de los temas.

El crecimiento poblacional en Argentina entre el 2000 y 2023 significó un 23,5%, pasando de 37 070 774 habitantes a 45 773 884. Sumado a esto, la baja en la tasa de natalidad llevó a que la población de mayores de 65 años sea de 53 cada 100 menores de 15 años. En lo que atañe a la esperanza de vida al nacer, para el 2023 fue de 78 años —cifra mayor al promedio de la Región de las Américas—, esta cifra representa un incremento de 4.1 años respecto de lo informado en el 2000 y casi una década si se remonta a 1980. 

“Se vive más porque también hay acceso a salud, a la tecnología, entonces se ha prolongado la vida. El desafío es cómo transcurrimos estas trayectorias que, según diferentes miradas, será un problema o una revolución. Yo creo en ver la vejez como una etapa más, que se pueda elegir seguir trabajando, que se tenga el derecho. Por eso hablamos de política pública. Si no hay trabajo para jóvenes imaginate qué pasa con los viejos. Estamos hablando de cuestiones, no sé si utópicas, pero que requieren un gran cambio en cuanto a las políticas y a los accesos”, señaló Roumec.

 

Para eso, la primera construcción que hay que derribar es la representación de la vejez como pérdida y su vinculación exclusiva a la enfermedad. “Esta nueva vida, esta nueva etapa es de disfrute, de saldar deudas pendientes, de constituir nuevos proyectos. Esto está muy lejos de la mirada tradicional de la vejez. No decimos que no existen la pérdida o la pasividad, pero eso es solo un recorte. No todas las personas llegan con enfermedades o en una residencia. Las personas mayores no le temen a la muerte, sino que le temen a la discapacidad, a la dependencia. Entonces hay que acompañar esas trayectorias de cómo envejecemos lo más activos y sanos posibles, por eso también hablamos de prevención”, explicó la especialista en Gerontología Comunitaria.

La lucha “plateada”

Para entender el nuevo rol de las personas mayores en la sociedad también es necesario incluirlos y visibilizarlos dentro del sistema económico y hablar de las diferentes posibilidades con la que llega cada uno a esa etapa de la vida. Por eso, como sucede con la lucha feminista, es indispensable pensar a la productividad más allá de percibir un salario sino también como un proyecto que te salve la vida.

“La generatividad tiene que ver con varias cuestiones. Por una parte, el envejecimiento productivo podría significar me hago bien haciendo el bien. Hacer voluntariado, seguir con la docencia, colaborando con el cuidado de los nietos, pero desde una elección. Y no que una vez que te jubilas te convertís en pasivo. Las personas mayores siguen contribuyendo a la sociedad. ¿Cuántas viejas y viejos siguen cuidando a sus nietos? Por eso se habla de economía plateada. Es una etapa que está invisibilidad” sostuvo la docente e investigadora de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

El pañuelo “plateado” también sale a la calle para visibilizar la lucha

Dentro de esa lucha se encuentra el colectivo “La Revolución de las viejas” que, entre otras cuestiones, se encuentra militando una ley antiedadista. “Lo primero que tenemos que erradicar son los prejuicios, las representaciones negativas de la vejez para poder verla como una etapa productiva, activa, con derechos y que las otras personas mayores se vayan involucrando en este cambio. En convertirnos en una sociedad más justa, más humana, más solidaria para todes”. Uno de los artículos de este ordenamiento jurídico es el currículum ciego. Esto quiere decir que no podrán tener consignada la edad ni incluir imágenes o fotografías personales, a menos que se trate de una medida de acción positiva destinada a garantizar los objetivos de esta ley.

“Una de las cuestiones que se está tramitando con esta ley, por ejemplo, es que no solamente los prejuicios que da esta oportunidad la sufren los viejos y las viejas, sino también los jóvenes y las jóvenes. Por eso decimos que es un problema de todos pese a que se puede ver como un lejano también es propio. Entonces el currículum oculto consiste en que no pongan ni la foto ni la edad, sino que te valoren por la capacidad. Otro de los puntos es que aquellas empresas que contraten personas mayores puedan deducir impuestos. Que esas mujeres que fueron cuidadoras de sus hijos puedan tener una chance de continuar su ciclo laboral a los 45 años. Y la radiquen estos prejuicios en los medios de comunicación dejando de transmitir esa mirada estereotipada de la vejez”.

El envejecimiento “diferencial”

El diferencial a nivel demográfico, educacional y socioeconómico no es igual en Latinoamérica, en Europa ni en todo el territorio argentino. Hay provincias que están más envejecidas. Por lo tanto, las políticas públicas tienen que estar este en pos de las características y necesidades del territorio. “Es interesante lo que sucede en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, Por eso hemos conformado una mesa gerontológica de investigación en conjunto con la Universidad Nacional de Mar del Plata, dirigida a esta población. Desde la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo investigamos todo lo que es el entorno urbano accesible, cómo construir una ciudad amigable para las personas mayores, ya que esa es la clave gerontológica. También desde la vivienda, cómo tiene que ser, cuáles son las nuevas necesidades de las personas mayores”.

Si bien la mayor cantidad de personas residen en el centro, creo que tenemos que generar mayor conciencia de cómo trabajar en redes de cooperación intergeneracional. La mayor cantidad de recursos están ahí, tanto de acceso al comercio, a la salud y a las cuestiones más socio preventivas como talleres. Pero el envejecimiento diferencial no es lo mismo en los barrios periféricos que en el microcentro la ciudad.

“Los barrios periféricos también están envejeciendo y cuentan con menos recursos. Entonces, por ejemplo, el transporte o por qué no envejecer con tu comunidad. Ahí estamos ayudando a los centros públicos a desarrollar talleres socio preventivos que colaboren con este envejecimiento activo y saludable. Por eso hablamos de envejecimiento diferencial donde tenemos que considerar también a aquellas personas que envejecen con menos recursos educativos, que han tenido trabajos más forzados como el pescado, las entregas de casas particulares, albañilería., suelen envejecer con menos recursos económicos y educativos“.

Otro de los puntos es que nadie envejece de repente. “Como dice la Organización de las Naciones Unidas, a partir de los 60 años pasás a ser una persona mayor según convención en países emergentes. Pero eso no nos dice nada. Esto es según cómo te percibís, cómo está tu cuerpo. Ahora estamos trabajando con personas en situación de calle que han envejecido con consumo problemático. Ahí nos encontramos con una persona que tiene 51 años, pero nadie le da esa edad. La calle te quema, te gasta. Por eso aquellas personas que no han podido acceder a recursos van a envejecer peor que las que si pudieron acceder”.

Lo personal tiene que ser político

Otra de las cosas que estamos trabajando como colectivo es que la gerontología tiene que ser feminista. Las mujeres vivimos más y es otro aspecto a tener en cuenta. Como influye el patriarcado en el envejecimiento de las mujeres en cuestiones de desigualdad. Las cuestiones de género las ha tomado el colectivo más joven, pero nosotras también tenemos que visibilizar que desigualdades hay en las mujeres mayores”.

“Tenemos que empezar a hablar de la sexualidad no reproductiva. Si no reproducís listo, se cerró la fábrica y no podés gozar. Como aceptar el cuerpo que va cambiando con mandatos que te piden permanentemente que tenés que ser joven y delgada. Así como se transversalizó la cuestión de género, con esto tiene que pasar lo mismo. Necesitamos cambiar las representaciones. Se ha prolongado la vida a partir del cambio de hábitos, pero todavía es una cuestión individual. Lo que hay que hacer es promover cuestiones de salud en los barrios donde hay menos recursos”, concluyó Roumec.

 

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