Parto Respetado: la importancia de conocer los derechos de las personas gestantes

 

Desde el 17 al 23 mayo, se conmemora la Semana Mundial del Parto Respetado y el lema de este año es “el respeto por las necesidades de la madre y su bebé en cualquier situación”. Esta fecha busca promover la importancia de contemplar los derechos de las personas gestantes y sus bebés .

Desde Radio Universidad, Técnicos en Periodismo conducido por Ariel Perissinotti, Florencia Pucheu Sain y Sol Rivetta dialogaron con la Lic. Sandra Marañón, especialista en psicología perinatal y docente en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata, sobre la historia del parto humanizado y la importancia de que se efectúe este derecho.

En 1984, la Organización Mundial de la Salud determinó que el embarazo no es una enfermedad. Frente a este marco, la especialista explicó que “en sus inicios era una cuestión de mujeres. Las personas gestantes tenían a sus hijes en un ambiente familiar, en sus casas y acompañadas de matronas, las parteras de esa época”.

En su momento, “era una cuestión muy íntima, privada, donde se respetaban los tiempos biológicos y emocionales de ese proceso”, mencionó.

Con el paso del tiempo y la llegada de las infecciones y las enfermedades, “aumentó la mortalidad materna y de los recién nacidos. Por lo que, empieza a institucionalizarse esta práctica, el parto entra dentro de los hospitales y el paradigma de la medicina empieza a intervenir”, expresó.

“Se realiza con una buena intención que fue la de prevenir la cantidad de muertes, pero, con el correr del tiempo, esas prácticas fueron cada vez más deshumanizadas”, detalló.

Con esta intervención, “cambia la posición de la mujer, que antes podía parir de cuclillas, sentada, en la mejor posición que le resultaba a ella y empieza una práctica para parir acostada”, declaró la docente. A lo que agregó que “eso encierra una posición más de sometimiento a esta intervención médica tan invasiva”.

La psicóloga destacó que “esta ley y semana del parto humanizado, visibiliza que la persona gestante tiene que ser protagonista de ese momento. Siempre y cuando no haya riesgo para esa persona y ese bebe por nacer”.

Ante esto, aclaró que “hay intervenciones que son necesarias y no pueden evitarse. Pretendemos que la persona gestante y su familia estén informadas, de que pueda decidir, que conozca las consecuencias de esa intervención. Igualmente, puede ser humanizado un parto dentro de una institución”.

En el 2004, Argentina promulga la Ley 25.929 de parto humanizado, “es por los derechos de madres e hijos. Hay una responsabilidad como profesional de la salud y compromiso ético que tenemos que conocer las normativas que atraviesa nuestra práctica”, explicó.

Marañón hizo referencia a una de las mayores importancias de esta ley que es “el rol de los y las profesionales en relación a las normativas, a la autonomía de las personas, el consentimiento informado y las cuestiones bioéticas”.

En el caso de las obras sociales, “tienen que garantizar que la persona gestante tenga condiciones de intimidad, confidencialidad y seguridad para tener un parto lo más humanizado posible”, detalló.

“Lo que cuesta es que las instituciones no solamente cambian las normativas, sino que habiliten espacios donde este parto humanizado pueda llevarse a cabo”, comentó.

La psicóloga planteó que “es nuestra responsabilidad difundir, visibilizar y traducir estos derechos para que las personas gestantes puedan decidir y preguntar. No puedo preguntar lo que no conozco”.

Nacer entre palabras

Marañón forma parte del proyecto de extensión “nacer entre palabras” radicado en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata. En el marco de la Semana del Parto Humanizado, realizarán una serie de actividades este martes 17 de las 14 a las 17 horas.

“Se trata de una pintada de murales que se construyen a través de bocetos que las personas gestantes han querido participar y enviado a la sede”, dijo la integrante del grupo.

Para finalizar agregó que “es interesante observar los bocetos porque las palabras que resuenan son derecho y libertad. Un sencillo cambio para humanizar estas prácticas es llamar a la persona por su nombre y no con algún calificativo, a partir de ahí estamos reconociendo como persona”.

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