Suicidio adolescente: “Es necesario hablar para prevenir”

Foto: TELAM

En los últimos días causó conmoción el caso del gemelo y la gemela marplatenses de 12 años, que saltaron de un balcón en un intento de suicidio en España. El gemelo falleció y la gemela se encuentra en grave estado. El suicidio es la segunda causa de muerte en adolescentes, y este caso ha traído atención a un tema que no suele ser abordado.

Desde Portal Universidad hablamos con la psicóloga Emilce Armoa, para hablar de del suicidio infantojuvenil. En primer lugar, la licenciada explicó que es más común de lo que se cree, “la tasa de suicidios es alta, es la segunda causa de muerte en adolescentes. El 15% de los adolescentes tiene ideación de muerte y el 9% planes de cómo hacerlo”.

La despedida a los gemelos Iván y Leila

La tasa ha aumentado en los últimos años debido a múltiples factores, pero Armoa señaló que la pandemia fue uno de los principales: “Un disparador muy fuerte fueron todos los cambios drásticos y radicales que se vivieron en la cuarentena”. Explicó que el aislamiento para todas las personas suele ser un disparador de pensamientos de muerte, pero para los adolescentes fue peor porque “su rutina se vio modificada drásticamente. A muchos les ha costado volver a la vida cotidiana con la cantidad de horas en el colegio, afrontar las dificultades o desafíos que tienen las interacciones con pares, a moverse solos”. Además, influyen otros “estresores” que tienen que ver con toda la exposición y complejidad de los intercambios mediante redes sociales, “eso también avanza a una velocidad que implica un desafío enorme para los adolescentes y suele ser una fuente enorme de estrés”.

El aislamiento para todas las personas suele ser un disparador de pensamientos de muerte, pero para los adolescentes fue peor porque su rutina se vio modificada drásticamente.

Hay señales generales de alerta que pueden indicar que un adolescente está padeciendo o inclinándose hacia este tipo de comportamientos, por ejemplo, el aislamiento, el bajo rendimiento escolar, las dificultades en las interacciones con pares, el alejamiento principalmente, irritabilidad, tristeza, apatía y varias más. “A veces a los chicos, igual que los adultos, vos les notas un cambio radical en como habitualmente se comportan, y a veces siguen haciendo lo que hacen todos los días, tal vez con un nivel elevado de exigencia o sobre adaptándose, pero siguen haciendo como si nada y para adentro tienen niveles altísimos de malestar” dijo Armoa. Después están las señales particulares que tienen que ver con los mínimos detalles de cada adolescente, o los que son radicales “a grandes rasgos cambios radicales en la alimentación o en el sueño pueden ser señales de alerta y por supuesto expresiones como más directas acerca del malestar, acerca de no encontrarle sentido a la vida o de expresar directamente ganas de no querer vivir, no se deben minimizar” afirmó.

Para intervenir ante estos casos Armoa recomendó estar alerta, saber, observar, estar cerca de lo cotidiano, preguntar qué le pasa, cómo se siente. “Lo primero para todos tanto en el colegio como en casa, en los espacios que compartimos con los adolescentes es observar y escuchar, compartir, estar cerca, estar atentos al día a día. Antes estas señales, una de las claves en el acompañamiento y la prevención del suicidio es hablar, preguntar. Existe un mito que dice que si vos hablas acerca de esto y preguntas estas incitando de alguna manera y está comprobado a partir de investigaciones que pasa todo lo contrario: hablar clara y abiertamente, preguntar acerca del suicidio, las ideas suicidas, las intenciones de morir reduce el riesgo de que eso se haga efectivo”. También resaltó que el acercamiento debe ser con la intención de comprender y acompañar, sin juicios de valor ni posturas omnipotentes acerca de esas ideas.

Existe un mito que dice que si vos hablas acerca de esto y preguntas estas incitando de alguna manera y está comprobado a partir de investigaciones que pasa todo lo contrario: hablar clara y abiertamente, preguntar acerca del suicidio, las ideas suicidas, las intenciones de morir reduce el riesgo de que eso se haga efectivo.

Un hecho es que muchas veces los padres o familiares más directos confunden o asocian estas señales de alarma con “síntomas de la edad”. Aunque es verdad que existen muchísimos cambios adaptativos propios de la edad, son transitorios. Es normal cierto alejamiento de los padres y los adultos, dificultad con la imagen corporal, en la interacción con los pares o mismo el consumo moderado de sustancias como el alcohol para probar conductas temerarias. Pero “un aislamiento sostenido acentuado de todos los pares, el quiebre o la conflictividad altísima con los adultos, conductas alimentarias extremas o hiper ejercicio e involucrarse en conductas ilegales para conseguir sustancias para consumir empiezan a ser señales de alarma. Como te digo, es transitorio, estos cambios duran un tiempo y solo esto va como mermando, de prolongarse empieza a ser una alerta. En caso de dudas siempre hay que consultar con un profesional”.

Si otra persona que nota un síntoma en un adolescente Armoa recomienda los siguientes pasos a seguir “si notas un síntoma en un adolescente lo primero es hablar con él, si observas algo distinto que te preocupa, te acercas y le preguntas y hablas abiertamente y mostrar comprensión sin criticar y sin juzgar. Comentarle que esa señal, que puede ser un comentario en una red social o una actitud, es preocupante y puede ser peligrosa, que sería importante pedir ayuda, compartirlo con los papás. Ir de frente en ese sentido, les voy a avisar porque esto me preocupa, podemos ir juntos, me dejas que yo les avise, buscar ese consentimiento. Y después hablar esto con los padres, decirles lo mismo que le dijiste al adolescente, hay que buscar ayuda.”

“Muchas veces lo que nos aleja de poder ayudar de la manera adecuada es que no entendemos por qué alguien puede querer hacer algo así o sentirse de esta manera tan crítica y tan radical. Nosotros entendemos que las ideas de muerte y las conductas auto lesivas con intención suicida son una manera inadecuada de resolver un malestar o un problema”, precisó la especialista.

A lo que añadió: “Cuando la persona no tiene otros mecanismos más habilidosos desarrolla este tipo de estrategias. Es un manotazo de ahogado por decirlo así, un momento en el que no das más, estos pensamientos o estos planes pueden generar una sensación de alivio, una idea de que el malestar se va a acabar. Entonces tal vez si podemos comprender esto nos podemos acercar desde otro lugar, sin enojo y sin que el miedo nos paralice”.

Para finalizar se le consultó a Armoa si los contenidos multimedia que incluyen el tema de suicidio, tal como fue la serie “Trece razones por qué” pueden incitar o haber incidido en la toma de esta decisión. Al respecto explicó: “En casos concretos reales de suicidio, tanto en adolescentes como en adultos, hay un protocolo para manejar con discreción esta información porque puede tener un efecto contagio”. Según acotó, hay dos tipos de efectos que ha percibido, “la serie, por lo que he percibido en su momento, ha generado por un lado un estímulo que activa a chicos que están vulnerables y que están pasando por una situación parecida y puede ser detonante. Es tan explícita y acerca información de medios de cómo hacerlo, y eso puede generar un efecto contagio”. Por otro lado, el de concientización “otras familias han acompañado el ver la serie, y eso ha permitido que se pueda hablar acerca de todas las problemáticas que se vieron ahí, acerca del suicido, del maltrato, del acoso, del abuso y otros temas”. La misma serie emitió un comunicado anunciando que la escena explícita de suicidio iba a ser editada bajo recomendación de médicos y expertos en el tema.

Para finalizar dejó una conclusión: “Creo que es importante hablar clara y abiertamente acerca del suicidio. Esa es la clave para prevenir”.

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