Estudiantes marplatenses desarrollan un picosatélite que aportará datos sobre la pesca ilegal

Fuente: Armada Argentina.

 

Estudiantes de la ciudad de Mar del Plata fueron seleccionados por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y la CONAE para participar del proyecto Cansat que propone la construcción de picosatélites con diversas aplicaciones. Los alumnos, que pertenecen al Instituto Industrial Pablo Tavelli competirán dentro del proyecto con otros 29 equipos de todo el país y posteriormente cinco de ellos serán seleccionados para que sus producciones sean lanzadas al espacio.

Para conocer con mayor precisión las características de este proyecto y la funcionalidad que los estudiantes marplatenses pretenden darle al picosatélite, desde Portal Universidad nos pusimos en contacto con Gustavo Favero, director de la institución.

Fuente: Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Respecto de la gestación del proyecto, Favero expresó: “Los chicos, un poco a partir de iniciativa de los docentes y iniciativa propia de ellos, decidieron participar de este proyecto que se desarrolla en el país, pero también a nivel internacional. Consiste en el desarrollo de un picosatélite en el cual tienen que medir presión y temperatura, con la particularidad de que en  este caso, los chicos incorporan la medición de luminosidad y plantean el objetivo de realizar esta medición de la pesca sobre la milla 201, en el límite del Mar Argentino, donde sabemos que hay conflictos por la pesca exterior que se realiza en zona prohibida”.

En el mismo sentido agregó: “La idea la aportaron los propios estudiantes. La propuesta marca la medición de estos dos parámetros de temperatura y humedad y ellos pensaron en canalizar esta otra medición a  partir de sus propios intereses, recurso y gustos. Son chicos que están pensando en poder volcarse profesionalmente a esos temas también, relacionados con la ecología, la ingeniería y  la verdad es que es una alegría para toda la escuela”.

La preocupación por lo que sucede con relación a la administración de los recursos naturales en el Mar Argentino evidencia que los estudiantes están vinculados con las problemáticas que atraviesa el país y la ciudad en sus distintos niveles. Sobre este aspecto Favero dijo: “Desde la escuela adherimos a lo que el Papa Francisco llama el “Pacto educativo global en cuidado de la casa común”. La ecología, la sustentabilidad, que los proyectos estén orientados a la búsqueda de un futuro seguro para todos, a la mirada de la tierra como una casa para todos, no solo en el hoy sino en el futuro también. Todo eso es parte de la formación que queremos impartir. Nuestros alumnos vuelcan su interés hacia esos temas y sin duda se debe a la formación integral que se da en la escuela a nivel técnico y humano”.

Asimismo Favero detalló: “Los estudiantes se forman durante siete años en nuestra escuela como técnicos electromecánicos. Los que participan de este proyecto están entre quinto y sexto año, así que están promediando su ciclo superior de la formación electromecánica y tienen entre 16 y 17 años cumplidos. Nuestro objetivo es ofrecerles el espacio para que ellos se plenifiquen a nivel profesional, humano y vocacional. Para nosotros es un motivo de orgullo, porque es el lugar donde los papeles dejan de ser papeles y los proyectos se hacen realidad. Ellos están convencidos que su proyecto es buenísimo y que van a ser seleccionados y ojalá puedan ver concretado este proyecto, pero para nosotros, sin importar ese resultado, verlos trabajar es un gran motivo de orgullo”.

Un proyecto que estimula profundamente el aprendizaje

En cuanto a la relevancia que tiene para los estudiantes encarar este tipo de desafíos, Favero dijo: “Para los estudiantes es un gran aprendizaje ver el proyecto materializarse paso a paso, en estos tiempos donde todo pretende ser instantáneo es la oportunidad para entender que los grandes proyectos llevan tiempo, paciencia, fracasos y pruebas. Los chicos fueron seleccionados entre 390 escuelas, se seleccionaron 30 proyectos de la provincia  y de capital federal y siete quedarán finalmente seleccionados en la instancia final”.

“Tras la primera instancia de selección llegaron los materiales, el kit para la construcción que es todo lo que tiene que ver con sensores, tomas de medición, alimentación y baterías. Ahora todo se encuentra en etapa de diseño por parte de los chicos. Ellos hacen construcciones 3D con impresoras, van haciendo prototipos, diseñando el paracaídas. Tienen que ajustarse a distintos parámetros para atravesar un proceso de validación y una vez validado, si queda seleccionado entre los siete mejores, estaría haciendo esta tarea de lanzamiento, que no sería en una primera etapa ponerlo en órbita, sino que es una toma de mediciones en un descenso controlado del mismo”, agregó.

Finalmente, Favero destacó que la iniciativa de participar surgió de la institución pero que en el transcurso del desarrollo han recibido la opción de recibir ayuda por parte de distintas cámaras, empresas  y particularmente desde el puerto y distintas fuerzas de seguridad a nivel nacional. “Desde un primer momento nos han ido acompañando desde distintos sectores de la ciudad y del país y eso es muy valioso”, concluyó.

 

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