“El mundo diseñado es un mundo mejor”: a 30 años de los primeros diseñadores industriales de la UNMDP

El 2024 es un año de aniversarios, ya que no solo Mar del Plata festeja los 150 años de su fundación, sino también la Universidad Nacional de Mar del Plata celebra hitos. Se cumplen 30 años de la creación de la cátedra “Proyecto de Graduación” de la carrera de Diseño Industrial de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño (FAUD), y con ella también 30 años de los primeros Diseñadores Industriales marplatenses.  

Esta carrera, que tuvo sus primeros graduados en mayo de 1994, ya lleva más de 700 egresados que contribuyen con sus proyectos al funcionamiento diario de la vida de todos los habitantes de “La Feliz”: desde el diseño de productos, bancos de plazas y paradas de colectivos, hasta de maquinarias que mantienen en funcionamiento las fábricas del parque industrial y asistencia a empresas que dan trabajo a miles de marplatenses.  

Los inicios de la carrera 

Nicolás Jiménez fue un pionero del diseño en Argentina quién formó parte del colectivo DiTella generando las bases para el desarrollo del diseño gráfico. Junto con Roberto Fernández, el entonces decano de la FAUD y Ricardo Blanco, otro reconocido referente del diseño armó un proyecto para crear la carrera de Diseño Industrial en la UNMDP.  

En el año 88, finalmente se realizó un curso preliminar del que participaron unos 20 alumnos provenientes de otras disciplinas: arquitectos e ingenieros. De aquellos salieron los primeros profesores locales, ya que la mayoría de los profesores viajaban desde otras localidades para impartir las clases. Entre esos profesores viajeros se encontraba Alan Neumarkt, actual profesor titular de la cátedra Proyecto de Graduación y Doctor en Diseño, con quien se comunicó Portal Universidad. El profesor declaró: “Me parece que es algo importante para la ciudad porque es lo que yo llamo un antes y un después. Hace 30 años no había diseñadores en Mar del Plata o había muy poquitos que venían de otros lados. Muchas de las cosas que ves cotidianamente en la ciudad están hechas por diseñadores”. 

La cátedra en la que se desempeña Neumarkt es la última materia de la carrera, cuya particularidad es la necesidad de aprobar todas las materias previas para poder llevar adelante su cursada. Es decir que el profesor, que se encuentra en la misma desde sus orígenes, ha visto pasar a todos los egresados de la universidad. Sobre la materia comentó: “El proyecto graduación como toda la carrera tiene orientaciones. Yo me ocupo del área de diseño de productos industriales, pero también hay un área de indumentaria y una de diseño textil”. Los alumnos eligen una de esas áreas, que luego les permite desempeñarse en múltiples industrias. 

El área industrial tiene múltiples enfoques, según describió Neumarkt: “Nosotros hemos orientado el perfil de la materia a distintas áreas de trabajo. Una tiene que ver con todo lo que es la agroindustria. Es el diseño de cuanta cosa necesite el mundo agroindustrial de Argentina, que es enorme. Porque uno solamente se queda encerrado en el mundo que es la ciudad, pero en cuanto la cruzas desde sus caminos perimetrales hacia afuera todo es campo. Hacia Balcarce tenes plantaciones de papa y de producción industrial vinculado a ese producto. Cuando vas para hacia el sur tenes plantaciones de girasol y soja y actividad ganadera. También hay toda una zona enorme de quintas y con productos no tan masivos como la soja pero sí que tiene mucha influencia local. Todo eso requiere elementos para diseñar”. A su vez se han hecho proyectos vinculados a la apicultura y las cosechas de frutillas y kiwis. 

“Ese es un camino. El otro tiene que ver con lo que nosotros llamamos la náutica y el tiempo libre. Esta es una ciudad que tiene un frente costero enorme, pero también tiene una industria asociada. Hay tres astilleros muy grandes y hay subproductos vinculados a la industria de la pesca que van desde el diseño de un cajón para pescados hasta de un barco entero”, dijo Neumarkt sobre la amplitud de temas que toca el diseño y a ello agregó: “Después hay toda un área que tiene que ver con la ciudad. Hay una egresada nuestra que tiene una empresa muy interesante que hace equipamiento urbano, desde bancos de plazas y papeleras hasta los juegos para chicos”. 

Plataforma para cultivo de calamar. Franco Chimento

Además, hay quienes se dedican a equipamiento interior, mobiliario, locales comerciales, infraestructura urbana, pero sobre todo hay muchos diseñadores abocados a la industria local. “Tenemos egresados trabajando en fábricas del parque industrial en las distintas empresas que hacen productos de consumo masivo. Así que el campo del diseño de productos es muy amplio y de hecho nosotros tratamos de prepararlos para todo lo que tenga que ver con la con la industria local”, dijo. 

Silla de ruedas playera autopropulsada. Ana Viglietti

“Así que podemos decir que básicamente los egresados están tocando casi todos los aspectos de lo que hace Mar del Plata en cuanto a la industria local. Pero además hay que agregar que egresan alumnos todo el tiempo y las industrias son siempre las mismas. Por más que crezcan un poquito no se abren 50 fábricas por año. El diseñador está preparado para generar sus propias empresas, ser generador de sus propias industrias para sus productos. Es una profesión muy versátil, incluso algunos trabajan en áreas muy específicas como el mundo informático vinculado a las experiencias de usuario”, aclaró Neumarkt. 

Equipamiento descartable para maternidad. Verónica Martínez

Los proyectos de graduación 

Los trabajos que realizan los estudiantes son muy atractivos visualmente. “Tienen partes: un modelo tridimensional, un desarrollo informático de planos técnicos y dibujos, y paneles de presentación. Son proyectos a escala que muchas veces terminan en exposiciones”, explicó Neumarkt. Estos se realizan con el apoyo y asesoramiento de todo el equipo docente que acompaña al profesor titular, conformado por la Dra. D.I. Luciana Fernández Laffont, el D.I. Ignacio De Schant y la Esp. D.I. Cecilia Bastida.

Foto: los profesores integrantes de la cátedra

Si bien el objetivo final de los productos no es su fabricación, ha habido ejemplos de algunos que han tenido desarrollo industrial cuando se ha detectado que estaban dirigidos a áreas poco explotadas por el diseño. “Hay decenas de proyectos y algunos han tenido vida industrial posterior. Por ejemplo, un ex alumno desarrolló para la facultad un salvavidas, como un torpedo de rescate color naranja. Hizo una versión un poquito más grande con algunas prestaciones más que permiten un mejor funcionamiento. Eso se produjo industrialmente. Lo mismo pasó con unas jaulitas para gallinas hechas de metal que se fabricaron y después se donaron a unos colegios de educación especial que las utilizan como parte del proceso educativo”, comentó Neumarkt. 

Torpedo con apoyo cervical. Producción en serie. José Otero

“La intención es que se hagan estas cosas lo más posible porque de alguna forma es la carta de presentación de un el nuevo profesional frente a la sociedad. Se van de la facultad con algo para mostrar y eso les abre puertas”, remarcó el profesor. 

El futuro del diseño industrial 

Todo lo que se produce tiene una razón de ser. A mí me gusta decir que el mundo diseñado es un mundo mejor. Porque el diseñador tiene una mirada donde busca optimizar las cosas, que cuesten menos, que anden mejor, que sean más lindas o atractivas estéticamente, que entren a lugares donde el objeto industrial no entraba antiguamente, como puede ser la agroindustria. Esa mirada positiva del diseño es la que me gusta. Siempre un diseñador va a mirar algo y va a intentar proponer algo mejor, puede que le salga mejor o peor, pero intentará optimizar. Esa es una de las claves de la profesión. Desde ahí yo lo llamo ir hacia una mejor calidad de vida”, reflexionó Neumarkt. 

Ante el avance de las nuevas tecnologías, las inteligencias artificiales y nuevas dinámicas de producción globales, puede ser que las perspectivas cambien, pero el Doctor en Diseño se mantiene optimista ante el desafío: “El diseño en general, pero sobre todo diseño industrial es una profesión que se va redefiniendo a sí misma. Vos lees cosas de hace 50 años y el mundo era de una manera, hace 20 años se entendía de otra. Hay momentos de cambio. Ahora estamos cerca de una especie de transformación. El diseño se adapta”. 

En esta transformación, Neumarkt detectó dos ejes: el industrialismo robotizado y la sustentabilidad. Sobre el primero comentó: “Las computadoras se metieron en toda la vida cotidiana. Desde el punto de vista del avance tecnológico hay cosas nuevas a las que los diseñadores se adaptan enseguida. Nuevos programas de computación aplicados al diseño, nuevas herramientas electrónicas como la robótica para incorporar a los productos. Ahora lo que se llama Internet de las cosas está bastante instalado y de debe incorporar en las lógicas de pensamiento al diseñar”. 

“El otro camino tiene que ver con la sustentabilidad. No es secreto que los productos industriales y la industria en general han provocado muchas cuestiones complejas en el ambiente y se está reviendo todo eso. Empiezan a aparecer autos híbridos, materiales que se reciclan y diseños para que los consumos de energía sean menores en algunos productos. En eso el diseño se adapta también, a generar productos más sustentables”, explicó el profesor. 

“Esos son los dos caminos más fuertes que vienen: la tecnología robótica por un lado y la sustentabilidad industrial por otro. La creatividad siempre va a ser la máxima posible porque siempre hay nuevas ideas. Los programas universitarios y los planes de estudio se irán o deberían ir adaptándose a eso”, concluyó Neumarkt. 

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