“La Ley de talles no obliga a los confeccionistas ni está ajustada a la realidad”

En estos últimos años, la visibilización de todo tipo de cuerpos ha estado al frente de la lucha por la implementación de la Ley de talles a nivel nacionalSin embargo, como explica Érica Lenz, docente titular de Diseño Industrial, orientación Indumentaria, de la Universidad Nacional de Mar del Plata, “la Ley de talles no es real porque hay infinidad de problemas que no contempla”.

Militando el concepto de “necesidades reales y sistemas productivos”, Érica propone no solo visibilizar cuerpos no hegemónicos, sino también “quedan por fuera de la moda las personas que padecen patologías, amputaciones o malformaciones, quienes sufren anorexia o bulimia”, entre otros.

“Esta nueva normativa contempla lo que es sistema de fabricación y comercialización a partir de los 12 años, en realidad no obliga a los comerciantes a vender todos los talles y no obliga a que se fabriquen todos los talles” aclara la docente.

Entonces, la Ley no satisface esas necesidades reales porque “si estás fuera del esquema corporal por situación temporal o permanente no conseguís indumentaria. No se contemplan situaciones de motricidad, discapacidad o de esquemas corporales reales del país” afirma.

A esto se le suma que, actualmente, no existe un estereotipo corporal argentino unificado “y tampoco sería razonable que existiera porque los esquemas corporales, según los orígenes habitacionales del país, la situación alimentaria o la movilidad, cambian de localidad en localidad” expone Érica.

Lo que interpreta la ley es la visualización de lo que debiera ser tu talle” pero, al no existir un relevamiento del esquema corporal real, quien produce “no sabe qué talle tiene que hacer porque tampoco tiene una curva de talles por la cual guiarse como comerciante”. Lenz manifiesta que “no es justa la situación del usuario común de ir a buscar, pero tampoco se siente justo el confeccionista cuando tiene que ir a producir. Entonces, no es obligatorio pero no es justo en relación a la necesidad real del mercado”.

Ante este panorama, Érica propone “seguir debatiendo sobre todos los que quedaron fuera en esta Ley porque no solo es el talle, también es poder cerrar un botón y sentirse protegido dentro de un montón de situaciones. Hay que seguir debatiendo, conocer el cuerpo de nuestra población y conocer el sistema productivo”.

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