Desapariciones LGBTQ: “Fuimos perseguidos antes de la dictadura durante y después”

 

El golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 depuso los tres poderes institucionales presididos por María Estela Martínez de Perón e introdujo al país en una oscura época donde se retiraron todas las garantías constitucionales, se violaron sistemáticamente los derechos humanos y se desmanteló todo Estado de derecho. 

Hasta la recuperación de la democracia, el 10 de diciembre de 1983, en Argentina se estima que desaparecieron 30 mil personas a causa del terrorismo de Estado, se realizaron torturas, violaciones y se apropiaron de la identidad de niños que nacieron en cautiverio. Sin embargo, en los registros que se llevaron a cabo desde la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), no se consignaron datos sobre víctimas pertenecientes al colectivo LGBTQ.

Para conocer más sobre esta situación, desde Portal Universidad hablamos con Cristian Prieto, periodista, escritor y activista LGBTQ. En cuanto a la razón detrás de esta falta de registro, Prieto dijo: “Sobre esta razón, todos nos hacemos la misma pregunta. Desde el colectivo LGBT empezamos a preguntarnos esto desde los primeros años de la democracia, de hecho Carlos Jáuregui, el primer presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) se entrevistó con el rabino Marshall Meyer, un integrante de la CONADEP. En esa entrevista le pregunta si habían encontrados registros de homosexuales desaparecidos y el rabino le contestó que sí, que había un listado de 400 personas que por razones de orientación sexual habían sido desaparecidas y por presiones del ala católica de la CONADEP se decidió que ese registro no aparezca con esa categoría”.

“̈Por eso el 24 de marzo hablamos de esa cifra de 30.400, para visibilizar este reclamo, para hablar de lo que pasó con los gays, lesbianas y travestis en la última dictadura militar. Ese es el vacío que tenemos con relación a nuestros compañeres. Recordemos que no hay que mirar con los mismo ojos a nuestros  desaparecidos porque nosotros fuimos perseguidos antes de la dictadura durante y después. Fuimos perseguidos con códigos contravencionales y edictos policiales, teníamos una manera diferente de visibilizar la persecución de la comunidad LGBT durante la dictadura”, aseguró.

Respeto de esta persecución que sobrevivió al fin de la dictadura, Prieto dijo: “Estos códigos contravencionales comenzaron a regir en 1973 y se derogaron recién en 2008, perseguían a las personas por ser homosexuales, por vestirse con ropas del sexo opuesto y a toda aquella persona que ofreciera sexo en la vía pública. Ahí también está todo el ámbito de los trabajadores y trabajadoras sexuales. Había agentes de civil que perseguían estas situaciones y ante la mera sospecha de que eras homosexual o de que ofrecieras sexo te podían detener, este era el modus operandi en dictadura y en democracia también”.

“Hay muchos testimonios de compañeres que decían “Yo no sé si a mí me llevaron por mi militancia política o porque estaba en la movida homosexual”. Hablamos de policías encubiertos que se hacían pasar por miembros de la comunidad, que intentaban seducir y en realidad estaban en la calle con el objetivo de atrapar putos y llevarlos presos”, detalló.

En cuanto la existencia de testimonios que avalan esta realidad, Prieto aseguró: “Hay testimonios muy cabales de Valeria del Mar Ramírez, que hasta el momento es la única, travesti en el país que ha presentado testimonio como víctima en un juicio de lesa humanidad contra el terrorismo de Estado. Ella declara haber sido chupada varias veces en el Pozo de Banfield, es testigo de un nacimiento en cautiverio y cuenta las vejaciones y violaciones de las que fueron víctimas dentro del centro clandestino de detención. Hubo otras compañeras trans travestis que fueron chupadas por el terrorismo de Estado y además eran llevadas para realizar el trabajo doméstico en los centros clandestinos”.

Uno de los cuestionamientos que se suele hacer frente a la persecución de la comunidad LGBTQ durante la dictadura es que no fueron el objetivo principal de la persecución sistemática de la dictadura. Sobre este aspecto Prieto expresó: “Yo fui trabajador de la Comisión Provincial por la Memoria durante 20 años y ahí trabajé sobre los legajos policiales, donde encontré muchas pruebas de esta persecución. En esa área de trabajo no querían que hablemos de persecución sistemática pero cuando uno empieza a investigar profundamente se da cuenta que si hubo un comportamiento sistemático a la comunidad LGBTQ. La persecución sobre nuestros cuerpos no era residual de un Modus Operandi”.

“Además, nos encontramos con que los propios revolucionarios, nuestra política de las organizaciones de izquierda y revolucionarias era profundamente homofóbica y  la dictadura vino a sellar con fuego eso. Claramente hubo una persecución sistemática y no solamente hasta el 83 sino que el mismo mecanismo represivo de las fuerzas policiales continuó deteniendo a las maricas con los edictos policiales. Recién en el año 2012 se sanciona la Ley de Identidad de Género y la comunidad LGBTQ comenzó a vivir en democracia”, concluyó.

 

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