Acciones para democratizar el acceso a la salud menstrual
*Por Ludmila Azcue, Yanina Cobos, Ana Galvagni y Lais Sánchez
Con motivo de un nuevo 28 de mayo, Día Mundial de Acción por la Salud de las Mujeres pero también Día Mundial de la “Higiene Menstrual”, la Secretaría de Extensión de la Facultad de Ciencias de la Salud y Trabajo Social de la Universidad Nacional de Mar del Plata, a cargo del Programa de Género y Acción Comunitaria, desplegará una serie de actividades territoriales a fines de continuar aportando a visibilizar que el acceso al derecho a la salud menstrual no es un asunto individual sino una cuestión de salud pública que demanda medidas y políticas locales pensadas en clave de derechos y con perspectiva de género.
En este marco, durante el mes de mayo se llevarán a cabo dos jornadas de sensibilización y fortalecimiento de derechos junto a las comunidades de la zona oeste y la zona norte de nuestra ciudad: una primera jornada será en el Barrio Belgrano, donde se articulará con la Escuela Secundaria Nº 51 y el Centro de Atención Primaria de la Salud “Belgrano”; y otra jornada se desarrollará en el Barrio Félix U. Camet, donde se articulará con la Escuela Secundaria Nº 217 y el Centro de Atención Primaria de la Salud “Félix U. Camet”.
En ambos casos, la propuesta consistirá en una charla con modalidad taller donde se reflexionará sobre el acceso a la salud menstrual, a la par que se promoverá la participación de lxs estudiantes y de la comunidad general en un relevamiento sobre el acceso a la salud menstrual en nuestra localidad. Para finalizar las jornadas, se realizará una intervención artística de construcción colectiva sobre la problemática, y se entregarán productos de contención y absorción del sangrado -promoviendo así no solamente el acceso a la salud menstrual sino también el uso de productos con menor impacto ambiental y en la salud.
Estas acciones se inscriben en uno de los ejes político-institucionales del Programa de Género y Acción Comunitaria: la promoción de la salud menstrual en y con nuestros territorios. Advirtiendo que existen una multiplicidad de barreras socioeconómicas, culturales, formativas, institucionales e incluso habitacionales para el acceso a la salud menstrual, especialmente en los barrios de Mar del Plata y Batán, a lo largo de los años se han construido una multiplicidad de acciones y estrategias junto a referentas barriales, mujeres y disidencias en contexto de encierro, actoras de la política pública, e integrantes de comunidades educativas, organizaciones y movimientos sociales.
Como venimos marcando desde el Programa, un adecuado acceso a la salud menstrual no se agota en la posibilidad de usar suficientes productos que permitan absorber y/o recolectar el sangrado, sino que implica la disponibilidad de instalaciones sanitarias que ofrezcan privacidad, el uso de agua potable y jabón para lavarse –manos, cuerpo, ropa y/o productos de gestión menstrual reutilizables–, y la posibilidad de disponer correctamente de los residuos.
Todo ello demanda repensar las políticas públicas en clave feminista: diseñar estrategias que permitan el acceso equitativo a productos menstruales, construir y reconstruir los espacios públicos de manera que colaboren con el sostenimiento de la salud menstrual, y elaborar las partidas presupuestarias abandonando las cosmovisiones androcéntricas e incorporando las necesidades de las mujeres y disidencias.
La demanda de mujeres y disidencias en contexto de encierro
Para la reconstrucción cronológica de nuestro recorrido en el marco de este eje estratégico, es necesario partir de la experiencia construida junto a mujeres y disidencias privadas de libertad en la Unidad Penal Nº 50 de Batán. Así pues, durante el año 2017, mientras desarrollamos una serie de talleres en los que se trabajaron los contenidos de la Ley de Protección Integral de las Mujeres, se tomó conocimiento, a partir de las voces de las propias mujeres participantes, de las dificultades para acceder a suficientes elementos de cuidado personal -entre ellos, productos menstruales- en contextos de encierro.
Atendiendo a este emergente, durante el año 2018 se llevaron adelante mesas de trabajo con autoridades penitenciarias, cursos de formación con trabajadorxs penitenciarixs, y talleres de auto-elaboración de productos de cuidado personal con mujeres y disidencias privadas de libertad. Esta experiencia local permitió desarrollar, desde el enfoque de la investigación-acción-participativa, un estudio que mostró que la copa menstrual puede ser considerado como un elemento más económico, ecológico y saludable para gestionar la menstruación en cárceles bonaerenses.
Mientras que se avanzaba en la construcción de estrategias y acciones que abonen a democratizar el acceso a la salud menstrual en los barrios, se sostuvo el proceso con mujeres y disidencias privadas de libertad en la cárcel de Batán, aún en pandemia. Entre dichas acciones puede mencionarse que, en el año 2020, se realizaron diferentes talleres virtuales para la promoción de la salud integral con perspectiva de género. A lo largo de estos encuentros, se buscó recuperar las experiencias y los saberes construidos junto a las mujeres privadas de la libertad con la intención de ponerlas en diálogo con otrxs actorxs comunitarixs.
En concreto, a partir de diversos dispositivos lúdicos se trabajaron cuestiones ligadas a las primeras menstruaciones, mitos y tabúes en relación a la menstruación, los diferentes elementos disponibles para gestionar la menstruación, y las publicidades comerciales que reproducen los estigmas y refuerzan las violencias que cotidianamente se atraviesan por el hecho de menstruar. Esta experiencia favoreció la producción de materiales audiovisuales -audios, videos y folletos- que se compartieron con la comunidad de la EEM Nº 9 de Batán. De esta manera, se pretendió posicionar a las mujeres y disidencias privadas de libertad como “promotoras de la salud menstrual” con juventudes que viven en la misma zona geográfica en la que se emplaza la Unidad Penal 50 -esto es, en la localidad de Batán-.
Es pertinente destacar que la mayoría de las participantes hacían preguntas en relación a cómo comunicarse y acompañar a sus hijas en sus primeras menstruaciones. Consideramos que esta situación da cuenta del rol que histórica y socialmente han asumido las mujeres en el cuidado de la salud de sus familias -en general- y de sus hijas -en particular-, y que las mismas continúan preocupándose y ocupándose de estos roles de cuidado incluso cuando se encuentran privadas de libertad. Así, se fortalece la idea de crear la figura de “promotora de la salud menstrual” como unx actorx comunitarix con formación y sensibilización respecto de la temática, comprometidx con el desarrollo de tareas con otras personas de su comunidad para aportar a la promo-prevención de la salud integral desde una perspectiva de género.
En el año 2021, se logró el ingreso nuevamente a la cárcel, lo que permitió la realización de talleres para la autoproducción de productos menstruales ecológicos. En un primer momento, algunas participantes comentaron que les daba “impresión” usarlas y lavarlas -por el contacto con la sangre menstrual-, pero cuando se fue visualizado como una posible salida laboral comenzaron a interesarse más al respecto. En este sentido, estos talleres se presentaron como una posibilidad más para absorber el sangrado menstrual -además de aquellas que usualmente pueden encontrarse en las góndolas de los almacenes, mercados y farmacias-, una estrategia para problematizar el impacto de la “industria del femcare”, una herramienta para socializar la importancia del cambio constante de los productos menstruales para preservar la salud e higiene, y un camino para emprender proyectos laborales tanto individuales como colectivos y/o populares.
En pandemia seguimos menstruando
Este recorrido iniciado junto a mujeres y disidencias privadas de libertad en Batán permitió visualizar que las medidas de cuidado dispuestas para evitar la circulación del COVID-19 tendrían un impacto particular sobre las personas que menstrúan y sus posibilidades para acceder a suficientes productos para contener y/o absorber el sangrado. Por ello, el día 8 de abril del año 2020 –a pocas semanas de iniciado el aislamiento social, preventivo y obligatorio- impulsamos la Campaña #SeguimosMenstruando.
En sus inicios, se trató de una campaña gráfica diseñada con la intención de aportar a visibilizar que no es habitual considerar las demandas y necesidades de las personas que menstrúan, especialmente en contextos de crisis socio sanitaria como el que nos encontrábamos atravesando a raíz de la pandemia mundial derivada del COVID-19. Esta campaña también buscó reflexionar acerca de tales demandas y necesidades de las mujeres y otras personas menstruantes e invitó a sumar productos menstruales -toallas, tampones, copas- a las donaciones realizadas a espacios comunitarios durante la emergencia social y sanitaria.
Junto a extensionistas de la Facultad de Ciencias de la Salud y Trabajo Social, se trabajó en diferentes materiales audiovisuales de sensibilización, en los que se señaló que la menstruación es un proceso biológico natural que transita la mitad de la Humanidad durante aproximadamente 39 años de su vida -entre los 12 y los 51 años de edad-. Así, podría señalarse que la mitad de la población mundial menstrúa en promedio una vez al mes, por el transcurso de 5 días, y utiliza 16 toallas higiénicas descartables durante ese período mensual.
Las personas que menstrúan no pueden elegir libremente hacerlo, por lo que los elementos para contener y/o absorber el sangrado menstrual -como toallas higiénicas, tampones y copas- son productos de primera necesidad. Sin embargo, en nuestro país los productos menstruales son gravados con impuestos sexistas en un mundo en el que en promedio las mujeres ganan menos que los varones por iguales tareas, en el que existen más mujeres que varones con trabajos informales, y en el que una enorme cantidad de mujeres se ocupa en soledad del cuidado y sostén económico de lxs niñxs de la familia.
El uso de elementos inapropiados para la contención y/o absorción de la menstruación (como trapos y medias) pueden producir infecciones y/u hongos en la genitalidad, sostener el uso de productos menstruales tradicionales (como tampones y toallas descartables) por varias horas puede causar severas complicaciones en la salud, y lo mismo puede ocurrir cuando no se higieniza adecuadamente los productos menstruales alternativos (como copas y toallas reutilizables).
Con el transcurso de los meses, en la medida que los criterios de cuidado sanitario se fueron flexibilizando, a partir de nuestra participación en la Alerta de Género de los Comités Barriales de Emergencia, comenzamos a entramarnos con referentas comunitarias para promover el acceso a la salud menstrual en los barrios.
En agosto del 2020, junto con la concejala Sol de la Torre y su equipo de trabajo, se elaboró y presentó el proyecto de ordenanza para la creación del Programa Municipal de Salud Menstrual. Para ello, se tomó como guía las campañas de donación impulsadas por diferentes colectivos feministas en nuestra localidad en el contexto de pandemia (Mujeres de la Matria Latinoamericana, Mala Junta y Frente de Mujeres Eva Perón), así como los diferentes proyectos legislativos presentados a nivel nacional y provinciales para la provisión gratuita de productos menstruales en diferentes espacios públicos.
Como aspectos distintivos de este proyecto, se destaca que busca “Promover el uso y distribución de elementos de gestión menstrual de menor impacto ambiental y en la salud” así como también “Impulsar, tanto en el ámbito público como privado, que todos los establecimientos públicos cuenten con instalaciones sanitarias acordes a las necesidades de la salud menstrual”. Además, establece que “Para la compra de estos elementos [menstruales], se debe dar preferencia a emprendimientos de la economía popular, pequeñas y medianas empresas del Partido de General Pueyrredon, provinciales y/o nacionales”.
El cuerpo estudiantil presentó el pedido ante el Consejo Superior, para que la UNMDP se pronuncie avalando este proyecto de ordenanza. Y finalmente en mayo del 2022, el Concejo Deliberante del Municipio aprobó la creación del Programa Municipal de Salud Menstrual.
Mientras se trabajaba en contextos de encierro y se avanzaba con el proyecto para la creación de una política pública pensada específicamente para aportar a la democratización del acceso a la salud menstrual en nuestro Municipio, se continuaba construyendo acciones y estrategias con las referentas barriales para promover la salud menstrual en los barrios de Mar del Plata y Batán. A partir de nuestra participación institucional en el dispositivo “UNMDP contra las Desigualdades”, conformado con representación de todas las Unidades Académicas y gremios de la UNMDP para la articulación con los Comités Barriales de Emergencia, se propuso la realización de diferentes aportes para la gestión menstrual en los barrios populares, en articulación con las referentas que participaban de la Alerta de Género de los Comités.
Entre el mes de septiembre de 2020 y el de marzo de 2022, se logró que la UNMDP colabore realizando cuatro entregas de productos menstruales, que fueron acercadas a las vecinas de las cuatro zonas en las que se organizaron los Comités Barriales de Emergencia, ello en coordinación con las referentas de la Alerta de Género en cada zona. Como responsables de la acción, se tuvo en consideración priorizar la compra de productos de menor impacto ambiental como las copas, a la par que se ofrecieron diferentes talleres territoriales para la sensibilización y la promoción de buenas prácticas en materia de cuidados para la salud menstrual.
En total, se logró el aporte de ciento veinticinco (125) copas y catorce mil setecientas cuatro (14.704) toallitas. Además, cuando las referentas lo demandaron, estas entregas se complementaron con talleres barriales. En estos talleres, de los que participaron alrededor de ciento (120) mujeres, se identificó que el acceso a la salud menstrual continúa atravesado por una cuestión de clase, y que las mujeres pobres son las que ponen en riesgo su salud integral al intentar resolver la menstruación con el recurso que tienen a mano -por ejemplo algodón o trapos-); que muchas no tienen acceso al agua potable para una higiene adecuada; y que sobre todo las más jóvenes, muchas veces interrumpen sus estudios por no contar con recursos para absorber el sangrado. Asimismo, persisten mitos y dificultades para el acceso a la información en la materia.
De las reflexiones compartidas se mostró interés en el uso de la copa menstrual, siendo indispensable acompañar el acceso a este tipo de método con información adecuada y talleres desde la metodología de la educación popular. También se puso en evidencia la gravedad que implica la vulneración de este derecho básico y la necesidad de incorporar la demanda en la agenda de la lucha social.
Promotoras barriales para democratizar el acceso a la salud menstrual
Gracias a este recorrido, durante el 2022 se llevó a cabo la actividad de extensión “Salud menstrual: acciones para democratizar su acceso”. La misma tuvo como objetivo promover el acceso a la salud menstrual de forma sostenible y con perspectiva de género en el área programática de los Centros de Extensión Universitarios (CEU) Norte y Sudoeste de la ciudad de Mar del Plata. Para esto, se trabajó articuladamente con dichos CEU, el Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS) Alto Camet, el Polideportivo Las Heras, la Sociedad de Fomento Las Heras, el Servicio de Áreas Programáticas y Redes en Salud (SAPS) dependiente del Hospital Interzonal Especializado Materno Infantil, y la Mesa de Género de Las Heras. A su vez se articuló con la cátedra “Bases Fundamentales de la Enfermería” (Lic. en Enfermería) y con el Programa de Fortalecimiento de Redes Comunitarias de la Secretaría de Extensión de la Facultad de Ciencias de la Salud y Trabajo Social.
La propuesta consistió en una serie de talleres barriales con las vecinas de estas zonas, para acercarnos a la problematización sobre la temática. Estos espacios permitieron realizar un relevamiento colectivo sobre el acceso a la salud menstrual en estos territorios; se construyeron toallitas ecológicas y se hizo entrega de más de sesenta (60) copas menstruales y de dos mil ochenta (2.080) toallitas aproximadamente. En la actividad participaron aproximadamente cincuenta (50) mujeres, y decenas de profesionales y otras trabajadoras de las instituciones barriales.
A partir de esta experiencia, quedó conformado un grupo de vecinas, docentes, graduadas y referentas barriales interesadas en trabajar la problemática dando origen al Proyecto de Extensión “Salud Menstrual: acciones para democratizar su acceso” que se implementará durante los años 2023 y 2024. Tiene por objetivo constituir “promotoras territoriales en salud menstrual” en ambas zonas, que sean protagonistas en la articulación con los CAPS así como agentes de sensibilización. Además, el proyecto pretende profundizar el relevamiento y su análisis, para desde allí dialogar con distintos organismos del Estado.
Este recorrido da cuenta de un trabajo intercuerpos entre graduadxs, estudiantes y docentes; también es interdisciplinario, ya que participan enfermeras, trabajadoras sociales, psicólogas, sociólogas, médicas, diseñadoras, abogadas; y también posee carácter interseccional, ya que vincula a la Universidad en una tarea cotidiana junto a organizaciones de mujeres, escuelas, sociedades de fomento, centros de atención primaria de la salud, la Unidad Penal y actorxs de la política pública. Juntxs seguimos aprendiendo desde la praxis, sobre nuevas estrategias para democratizar el acceso a la salud menstrual, y aportamos a la organización colectiva para visibilizarla como derecho humano y como una cuestión de interés público.