Un fumador severo puede gastar hasta 18 mil pesos por mes en cigarrillos

Durante el 2022, el precio de los cigarrillos subió en cinco oportunidades sumando un aumento total de entre el 80% y 100%. El primer incremento fue en febrero, al que le siguieron otros aumentos en mayo, julio, septiembre y noviembre. En enero del 2023 se produjo la última suba, de un 13%.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) los fumadores se pueden clasificar en niveles: leve (menos de 5 cigarrillos diarios), moderado (consume un promedio de 6 a 15 cigarrillos diarios) y severo (fuma más de 16 cigarrillos por día en promedio).

Para un fumador de leve a moderado, que compre atados de cigarrillos de 10 unidades todos los días, la caja más económica tiene un valor de $225 y la más cara, un costo similar de $230. Es decir, que mensualmente se gasta entre $6.750 y $6.900 en el consumo de cigarrillos.

En tanto que para un fumador de moderado a severo que diariamente compre un atado de cigarrillos de 20 unidades, la caja más económica vale $360 y la más costosa asciende a $610. Entonces, mensualmente el expendio en cigarrillos será de entre $10.800 y $18.300.

Su alto valor forma parte de las regulaciones y políticas de control adoptadas por Argentina, contenidas en el “Convenio Marco para el Control del Tabaco”, tal como el aumento de impuestos al tabaco para generar productos más caros y menos asequibles para desalentar su consumo.

En el marco del Día Mundial Sin Tabaco que se conmemora este 31 de mayo, se conocen cifras alarmantes. 

El consumo de tabaco es uno de los principales factores de riesgo para gran parte de las las muertes prematuras y la discapacidad a nivel mundial. En Argentina mueren 44.851 personas por año por enfermedades asociadas al tabaquismo. Esto representa el 13,2% de todas las muertes que se producen en mayores de 35 años.

El costo para la salud

Desde PORTAL UNIVERSIDAD nos comunicamos con Edgardo Marambio, especialista en medicina general y docente de la Escuela Superior de Medicina de la Universidad Nacional de Mar del Plata, para comprender las consecuencias de la problemática para la salud. “El tabaquismo es uno de los problemas de salud que uno debería priorizar porque es frecuente y grave. Decimos que son adicciones o consumos problemáticos que están legalizados como el tabaco o el alcohol”.

“El problema que tenemos acá es que es algo muy frecuente, en todo el mundo hay una prevalencia cercana al 25%. Ahí es donde deberíamos apuntar, a evitar el inicio del consumo” comentó Marambio y agregó “seguramente aquellas personas fumadoras pueden hacer un tratamiento, claro que sí, pero hay que tener en cuenta que el tabaquismo produce más adicción que la cocaína, entonces no es fácil salir”.

Hay que tener en cuenta que el tabaquismo produce más adicción que la cocaína, entonces no es fácil salir

En la provincia de Buenos Aires, las Encuestas Nacionales de Factores de Riesgos (ENRF) de 2005, 2009 y 2013, arrojaron como resultado el descenso constante de la prevalencia de consumo de tabaco en la población adulta, pasando del 29,5 % al 28 % y al 25,8 % respectivamente. La más reciente de estas encuestas, de 2018, arrojó que la prevalencia de consumo de cigarrillos fue de 23,1% mostrando que el descenso ya no es una tendencia sino un hecho.

“En general en nuestro país es una de las enfermedades crónicas no transmisibles que va disminuyendo al contrario de lo que pasa con la presión alta, la diabetes y la obesidad. Es interesante saber que las cosas están cambiando y es un interés de la comunidad que así sea”, dijo el doctor.

En este sentido, Marambio comentó que generalmente las personas adquieren este hábito en la adolescencia como una cuestión social, cosa que una época no estaba mal vista. En la encuesta se observó que el 56,1 % de la población de la provincia de Buenos Aires es no fumadora y en los fumadores la edad muestra mayor prevalencia en los rangos etarios comprendidos entre los 25 y 64 años, y el menor valor en el grupo de 65 y más 9,9%.

“Por suerte hoy se conoce más, se tiene mucha información, no hay más publicidades a favor, y ya no está bien visto que alguien empiece a fumar, no lo hace más elegante o adulto. Hoy por suerte es todo lo contrario. Fumar enferma a todas las personas y mata a la mitad de los fumadores”, señaló Marambio.

“Los riesgos para la salud son muchísimos, innumerables. Está demostrado que si hoy la población dejara de fumar habría un 30% menos de tumores”, comentó el doctor y agregó “los tumores no son solamente de pulmón, sino de toda la vía aérea, digestiva u otros tipos cómo cáncer de vejiga, de mama, de cuello de útero y vejiga. Aumenta muchísimo el riesgo y esto no es muy conocido”.

Los riesgos para la salud son muchísimos, innumerables. Está demostrado que si hoy la población dejara de fumar habría un 30% menos de tumores

Además de estas que son las consecuencias más graves, el tabaco puede provocar otras enfermedades o riesgos, tales como infartos, EPOC, infecciones, entre otros. Y también existen efectos secundarios que están directamente relacionados: “Es más común el ausentismo laboral, educativo y deportivo”, explicó Marambio.

La encuesta también ilustró que el 10,6% de las personas que fuman manifestó que actualmente consume cigarrillos armados mientras que el 98,0% cigarrillos manufacturados en paquete. El 8,6% consume ambos tipos de cigarrillos. Asimismo, la prevalencia de consumo de cigarrillo electrónico en personas que fuman actualmente cigarrillos es del 3,6%, que es similar a la de consumo de cigarros o habanos.

“Ese consumo no está recomendado por ningún personal de salud”, dijo Marambio respecto al cigarrillo electrónico. “Siempre buscamos que cualquier tratamiento tenga una relación costo beneficio y esto no lo tiene: tiene mucho riesgo de problemas respiratorios ya que tienen aceites, resinas, diferentes sustancias que pueden dañar los pulmones, son caros, no son eficaces y con esta estrategia poblacional donde uno puede estar vapeando tirando ese humo en algún lugar público haría que aquella persona que fume se sienta tentada a iniciarse en el tabaquismo”.

El costo para los no fumadores

El cigarrillo no afecta solamente a la persona que fuma, sino también a los llamados fumadores pasivos, que según dijo Marambio, “son los que comparten espacio con el fumador. Entonces cobra real importancia a nivel individual, familiar y poblacional”.

El humo del tabaco está compuesto por la mezcla del humo que exhala la persona que fuma (humo primario) y el humo que emana el cigarrillo encendido (humo secundario). Este último tiene una mayor concentración de tóxicos ya que no está sometido a ningún tipo de filtro y pasa directamente al aire.

El humo de segunda mano es aquel que se encuentra en un espacio donde alguien está fumando. Contiene más de 7000 sustancias tóxicas y unas 70 sustancias que producen cáncer. “El humo del tabaco está clasificado como un carcinógeno de Clase A, es decir, que no tienen un nivel mínimo de exposición que sea seguro para la salud”, según el sitio del Ministerio de Salud de Argentina.

“El humo de tercera mano es una invisible mezcla de gases y partículas que permanecen adheridas al pelo y la ropa de las personas fumadoras, a los muebles, las alfombras o tapizados, u otros objetos luego de que el/la fumador/a apaga su cigarrillo. Estas sustancias incluyen metales pesados, sustancias cancerígenas e incluso materiales radioactivos que pueden permanecer meses después de que se ha ventilado la habitación donde se estuvo fumando”, según la Organización Mundial de la Salud.

La exposición al humo del tabaco puede causar enfermedades y riesgo de muerte tanto en fumadores como en no fumadores. A corto plazo la exposición al humo puede causar efectos como irritación de los ojos, la nariz, la garganta y los pulmones, dolor de cabeza, náusea y mareos.

A largo plazo, la exposición al humo se puede asociar con complicaciones respiratorias, enfermedades cardiovasculares y distintos tipos de cáncer.

El efecto es grave en niños y niñas, hijos de madres y padres fumadores, ya que respiran más rápido que los adultos y aspiran más productos químicos nocivos por kilogramo de peso. Por eso pueden presentarse efectos tales como tos crónica, disminución de la capacidad de sus pulmones, más episodios de asma, bronquitis, neumonía y otitis.

El riesgo es mayor para los más pequeños, que en el primer año de vida tienen el doble de riesgo de padecer el síndrome de muerte súbita del lactante que los hijos de no fumadores.

Asimismo, aumenta la probabilidad de adicción a la nicotina en la adolescencia, mayor frecuencia de caries, alergia a los alimentos, problemas en la piel y mayor frecuencia de cáncer en la adultez.

Estos datos son aún más preocupantes cuando la encuesta refleja que el 27.8% de la población refirió haber estado expuesto en los últimos 30 días previos a la encuesta, al humo de tabaco ajeno en el hogar y un 24,1% en el trabajo.

Por su parte, la exposición al humo de tabaco en bares y restaurantes se redujo al 20.8%. Esto se relaciona con las políticas públicas de espacios libres de humo que vienen implementando tanto provincias como municipios de todos los tonos políticos, en un acuerdo para garantizar el aire limpio.

En Mar del Plata en el año 2011 se sancionó la Ordenanza N°20.104 “MAR DEL PLATA LIBRE DE HUMO”, que prohíbe “fumar en todos los espacios cerrados con acceso público y espacios abiertos y cerrados en los establecimientos de salud públicos y privados y los educativos privados y oficiales”. En ese sentido, en diciembre del 2022 el Concejo Deliberante aprobó a la ordenanza e incorporó a las playas y unidades turísticas fiscales como parte de esos espacios libres de humo.

“Los ambientes libres de humo han colaborado, en cafés, restaurantes, medios de transporte, el casino… en todos esos lugares hace no tantos años uno estaba expuesto y esa estrategia poblacional ha sido un avance tremendo”, señaló el doctor.

Medidas y tratamientos

En la ENFR se registró que el 53,2% de las personas que fuman cigarrillos pensó en dejar de fumar durante ese último año, porcentaje superior respecto al total nacional que es de un 50%.

“Con respecto al tabaquismo uno lo que hace es una evaluación tratando de determinar que ganas tiene la persona de dejar de fumar y que grado de dependencia tiene. Lo interesante es que se puede hacer preguntando, no hace falta una espirometría ni una tomografía ni para el diagnóstico ni para el tratamiento”, explicó Marambio.

Entre las preguntas que se hacen están: ¿tiene ganas de fumar o no?, ¿cuándo?, ¿en qué momentos fuma? Sobre el grado de dependencia se interroga si fuma más de 20 cigarrillos por día, si apenas se levanta empieza a fumar o que tiene grandes dificultades para no fumar donde está prohibido. “Si las respuestas a las anteriores son sí, entonces se tiene una gran dependencia”.

En base a ese diagnóstico inicial de acuerdo a las preferencias de la persona, disponibilidad y costos, se podrían utilizar chicles, parches, comprimidos, spray nasal, “hay diferentes tratamientos, pero vuelvo a recalcar que lo que tenemos que apuntar es a evitar el inicio en la sociedad y después hacer un tratamiento individualizado”, señaló Marambio y agregó: “en estas problemáticas uno no puede apoyarse únicamente en la medicación, hay un tratamiento psicológico conductual y farmacológico, esto sucede igual con la persona que tiene la presión alta: no alcanza la pastilla”.

Para ello hay tratamientos grupales, que dependiendo de la persona sirven o no. “Todo esto aumenta la eficacia, cuando se acompaña por profesionales que guían en lo psicológico conductual y las pastillas, parches y chicles disminuyen el deseo de consumir”.

Marambio manifestó que la importancia está en no empezar a consumir, aunque hay cuestiones históricas y culturales que lo complican: “El mismo estado nacional en los años 50 producía y vendía tabaco y creo que se va avanzando…. hay legislación donde lo que se recauda de impuestos del tabaco que debería volver para armar equipos de investigación y desarrollar tratamientos para fumadores, se trabajó en la publicidad en contra, ahí se va avanzando”.

Así mismo explicó que hay muchos intereses económicos que hacen que la droga no se prohíba: “Las empresas tabacaleras son muy fuertes y buscan la forma de subsistir en el mercado. Es más, en nuestro país hay muchas provincias con personas que viven de la producción del tabaco, así que nosotros también tenemos intereses económicos fuertes y eso explica la dificultad para prohibir esta sustancia como si se tratara de una droga mas”.

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