Criptomonedas bajo regulación: ¿Moneda o valor de intercambio?

La Comisión Nacional de Valores (CNV) dictó un plazo de 45 días para que las empresas y las personas físicas, residentes o constituías en Argentina, que operen de manera profesional y por determinados montos con criptomonedas deberán inscribirse en el Registro de Proveedores de Servicios de Activos Virtuales, cumpliendo así el mandato del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), organismo que tiene como objetivo prevenir el lavado de dinero.

A nivel a nivel global existe una gran controversia entre la Securities and Exchange Comission (SEC) que es la equivalente a la CNV en Estados Unidos y  entidades de segundo grado que pretenden caracterizar a las criptomonedas como mercancías. Para entender este dilema y lo que está sucediendo en el país, desde Portal Universidad dialogamos con el docente y economista, Ricardo Panza.

Lo primero que hay que definir es qué es una moneda. “Para ser considerada como tal tiene que reunir unas cuantas características y propiedades, entre las cuales está, por ejemplo, la divisibilidad y transportabilidad. En cuanto a las propiedades, tiene que servir como medio de pago, como unidad de cuenta, como reserva de valores y patrón de pago. Todo esto parece que las criptomonedas lo reúnen pero al no estar supervisada su creación por una autoridad monetaria un banco central ahí presentan su debilidad“, comentó Panza.

Esto conecta con un problema más de naturaleza local.  “Se está viendo en forma creciente que muchas operaciones que no pasan por el filtro fiscal, están empezando a instrumentarse en criptomonedas y se sospecha que son actividades narco y de lavado. Se podrían estar empezando a utilizar las criptomonedas como una forma digamos de materializar estas transferencias y que no pasen en forma inmediata o tan eficaz. Por lo cual, los que trabajan con esta modalidad o los creadores de las mismas se han rasgado la vestidura porque pareciera que Milei los ha traicionado en su promesa de campaña, que consistía en liberarlas y equipararlas con las monedas”.

Entre otros aspectos, la regulación dispone que estarán exceptuados de registrarse quienes realicen las actividades antes mencionadas por un monto menor a los 35.000 UVAs en el mes calendario, que hoy equivale a casi 27 millones de pesos. “Esta situación pretende crear un registro para ver por lo menos quiénes son los que están emitiendo y si superan el umbral de una cifra suficientemente alta como para evitar a inversores que no tienen relevancia, pero también suficientemente baja como para que todos caigan”.

El registro, que ya está abierto se mantendrá así durante 45 días, marginará a quienes cumplido el plazo no se inscriban. “El Gobierno apunta a regularizar esto porque no solo tiene un compromiso con la libertad económica sino que también e lo tiene con autoridades estadounidenses que pretenden controlar el movimiento de cripto y no ser una jurisdicción no cooperante como lo son los paraísos fiscales. Va a estar prohibido inscribir fabricantes que no estén radicados en el país o que esté radicados en jurisdicciones que no son cooperantes”.

Del capitalismo a la revolución del conocimiento

Si bien aún pareciera que se está lejos de que las criptomonedas tengan trascendencia macroecnómica, es decir incidencia sobre los precios e impacto inflacionario, los bancos centrales de todo el mundo ya están prestando atención a esta situación. “Si los miras en perspectiva histórica, lo que está pasando son los primeros síntomas o indicios de la migración hacia una nueva revolución de características políticas y hacia la economía del conocimiento. En algún momento, todas las aquellas actividades económicas que viven de, para, por, como y con el conocimiento van a superar y van a tomar el poder que hasta ahora estaría detentando el sistema capitalista que se amplifica al 5% o 6% anual mientras que el conocimiento al 25%”.

Es por eso que la pregunta ya no es si va a suceder, sino cuándo. “Estamos viendo las primeras resistencias que está poniendo el sistema capitalista porque ve que está perdiendo el mando. “Es un cambio de sistema muy radical, digamos y hablo para el común de la de la gente no es tan difícil empezar a operar. De seguir así el sistema de minado, la oferta va a estar aún más restringida y si se maneja con una demanda tan amplia y creciente como la estamos viendo, la cotización del bitcoin debería tender a subir fuertemente y con ella todas las demás”, concluyó.

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