¿Por qué nos afecta tanto que suba el dólar blue?

Fuente: Télam.

 

Una de las características distintivas de la economía argentina es la amplia variedad de dólares que circulan por su mercado cambiario. Tenemos el dólar oficial, dólar bolsa, dólar MEP, dólar turista, dólar soja y dólar solidario, entre otros. Sin lugar a dudas, el llamado dólar blue, es decir, el valor que adquiere la moneda en el mercado informal, es el que más cautiva la atención de los argentinos.

Esta característica del dólar blue pareciera no tener mucho sentido, si tenemos en cuenta que en Argentina se registra un 39,2% de población bajo la línea de pobreza y la mayoría de los trabajadores tienen empleos no registrados o perciben magros salarios. Es decir, la mayoría de los argentinos no pueden acceder a ahorrar de ninguna forma y menos mediante la compra de la divisa.

Para poder comprender las causas detrás de este comportamiento y el impacto que tiene el valor del dólar blue sobre el valor de los productos que consumimos cotidianamente, desde Portal Universidad nos pusimos en contacto con Ricardo Panza, docente y economista.

Foto: Pizarra de cotizaciones en la City Porteña. Fuente: Télam.

Respecto de este tema, Panza explicó: “Hay que poner las cosas en un contexto cultural. En América Latina, Argentina es el país que tiene más en mente al dólar como guía para la toma de decisiones. En un país como Brasil es impensable vender una propiedad en dólares, las transacciones inmobiliarias se realizan en reales, la moneda de curso legal. Nadie hace corridas, a pesar de que Brasil no estuvo exento de inconvenientes similares a los nuestros., Ahora no tienen problemas, pero cuando los hubo, esto tampoco pasó”.

En ese sentido agregó: “La pregunta lógica entonces es: ¿Por qué el argentino está tan dolarizado culturalmente?  Eventualmente cuando miramos la historia de la moneda argentina encontramos muchos sobresaltos, muchos cambios de moneda, episodios inflacionarios fuertes y fraudes bancarios. Cuando tenés una banca central que ha afectado los depósitos de los ahorristas, el recuerdo queda y la gente busca un activo alternativo. Es común encontrar noticias policiales donde asaltan a un jubilado y le roban 60 mil pesos y 5 mil dólares. Ahí se ve la tasa de dolarización que tiene la gente en un contexto normal”.

“La gente se protege y va de alguna manera transformando su cartera. A medida que asciende en la escala socioeconómica o de ingresos, este porcentaje puede llegar a dos tercios o tres cuartas partes de su disponibilidad en efectivo en moneda extranjera. Es un intento desesperado de  conservar cierta estabilidad. Evidentemente si hubiese habido estabilidad en el pasado, si los bancos no hubiesen manoteado los depósitos y si no hubiesen pasado las cosas que pasaron, muy probablemente el dólar pasaría a ser una moneda más y no estaría tan presente en la mente del ciudadano”, destacó.

Sin embargo, esta no es la única ni principal razón por la que el aumento del dólar blue es un dolor de cabeza para los argentinos. En ese sentido dijo: “La mayoría de los trabajadores no ve un dólar y está preocupado por su precio porque tienen la capacidad de apreciar que cada salto en su cotización incide directa o indirectamente en los precios internos de la economía. Cualquier persona a la que se le pregunte, aunque no tenga una cultura económica muy afianzada, puede darse cuenta que el valor de la lata de tomates depende del precio del dólar, porque la hojalata es importada y las máquinas que envasan también son importadas. La carne vacuna argentina también tiene un fuerte componente importado, porque los insumos que se utilizan en las pasturas, los fertilizantes, las vacunas, son todos importados”.

Foto: La carne vacuna argentina también tiene un fuerte componente importado. Fuente: Télam.

Asimismo, Panza explicó: “En la realidad económica, el dólar participa del precio de estas cuestiones. Después tenemos que avanzar más y decir que, si bien muchos de estos precios están guiados por el dólar oficial, que es considerablemente más bajo, muchas otras cotizaciones utilizan como punto de referencia el dólar extra oficial o ilegal. Esta tasa de participación de un dólar y otro, a medida que se aproxima un cambio de rumbo o de gobierno se va desplazando, en la medida que se va dejando de utilizar el dólar oficial como punto de referencia, porque nadie cree que se vaya a sostener. No es fácil calcular un porcentaje, pero más o menos dos tercios de los precios de la economía se rigen por el dólar informal y solo un tercio se guiaría por el valor del dólar oficial”.

¿Cuál es el vínculo entre el dólar blue y la inflación?

La misma incógnita que plantea el dilema del huevo y la gallina la encontramos cuando nos preguntamos si el dólar empuja a la inflación o si sucede al revés. Al respecto Panza expresó: “La respuesta no es fácil de evaluar desde lo estadístico, pero es bastante sencilla de intuir. Cuando la inflación es baja, puede empujar la cotización de todos los precios de la economía y el precio del dólar es uno más. Sin embargo, en la situación actual de alta inflación, se produce un proceso de espiralización donde una cosa alimenta a la otra. Se da lugar a una retroalimentación donde la inflación hace aumentar al dólar para que el dólar no se atrase, pero el aumento del dólar repercute nuevamente en todos los precios de la economía”.

¿Por qué Argentina no es capaz de conseguir los dólares que necesita?

El ejemplo del tomate y la hojalata importada pone de manifiesto uno de los principales problemas de Argentina y es la falta de planeamiento estratégico en materia de industrialización. Sobre este tema, Panza dijo: “Nuestro país no puede producir íntegramente los elementos para envasar los alimentos que produce. La industrialización argentina ha sido mal diseñada porque al no integrar todos los componentes es ineficiente. No hay ni hubo una mirada estratégica, porque en lugar de elegir un solo sector, integrarlo y decidir hacer internamente todo, desde el primer tornillo hasta el último, se ha elegido hacer de todo un poco, pero dejando a la industria dependiente de insumos extranjeros en todos los rubros”.

Foto: Peras cosechadas en Argentina, envasadas en Tailandia y comercializadas en Estados Unidos.

Respecto de las consecuencias de esta decisión explicó que “cuando se aumenta en un 1% la producción de cualquier rubro industrial, aumenta en un 3% la importación. Es una trampa mortal, aumentar la producción implica aumentar en mayor proporción la importación y no tenés los dólares para pagarla. El único sector que genera dólares en Argentina es el agro, por lo tanto se debería integrar una industria agroalimentaria. En vez de vender porotos de soja, vender aceite de soja, vender harina de soja industrializada, vender proteína texturizada. Esto integra la industria, le da trabajo a la gente y esa actividad, al no tener insumos extranjeros tendría una menor tasa de dependencia del insumo extranjero”.

Finalmente, Panza analizó la factibilidad de realizar un cambio de estas características y dijo: “La solución no es sencilla porque es complejo disolver todas las industrias que ya están y cambiarlas por otras. Implicaría un cambio doloroso y tampoco tenemos 20 años para esperar ese cambio. No cabe ninguna duda que si vamos a encontrar una solución tiene que ser sustentable. Ninguna solución que tenga que ver con  la mera sustitución de importaciones es sustentable”.

“Lo que Argentina tiene crónicamente es un cuello de financiamiento externo. Eso es lo que hace que el dólar sea un bien escaso y que esté en la mente de la gente. Cualquier proyecto que pretenda estimular la industria que tenemos va a conducir inevitablemente, cada 5 o 10  años, a una crisis cambiaria. Tenemos crisis severas que tienen que ver justamente con el intento desesperado de empujar el desarrollo industrial, con intentar desarrollar un sector que no genera divisas, sino que las gasta”.

 

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