Preocupa el crecimiento exponencial de los casinos virtuales y su impacto en los jóvenes

Foto: Captura de Twitter.

 

En los últimos años, sobre todo después de la pandemia, se ha registrado un aumento importante de publicidades a través de las redes sociales, vinculadas a los casinos virtuales y las apuestas en línea. El modus operandi consiste en que el interesado se contacte con “cajeros”, personas que consultan cuál es el monto que se desea cargar para apostar; luego, el pago se realiza mediante una billetera virtual, y por último, se le brinda un usuario y contraseña al apostador, para que acceda fácil y rápidamente al mundo de las apuestas virtuales.

Desde el Instituto de Lotería y Casinos de la provincia de Buenos Aires, advirtieron que “el juego online se generalizó en casi todo el mundo” y que algunos países lograron regularizarlo, pero otros no. En Argentina, el 80% de los sitios son clandestinos (y el número sigue creciendo). Dado que la recaudación impositiva producto de las apuestas no acompaña esa curva de crecimiento exponencial, se prueba que la mayoría proviene del juego ilegal.

De las 23 provincias de nuestro país, 15 de ellas y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen reglamentación para las apuestas en línea. A nivel nacional, el Decreto-Ley 6.658/57 establece la prohibición de los juegos de azar no autorizados, entendiendo por tales a “todos aquellos juegos por dinero o valores, en que las ganancias o las pérdidas dependan en forma exclusiva o preponderante de la suerte”. En tanto, a nivel provincial, Buenos Aires sancionó años atrás la Ley N° 13.470, de represión del juego ilegal, que establece penas de prisión y sanciones económicas.

En este marco, desde Portal Universidad hablamos con Roberto ‘Chucho’ Páez, secretario general de la Asociación Gremial de Administración, Maestranza y Servicios de Casinos, quien destacó que esta actividad en auge sólo profundiza una ‘competencia desleal’ dentro del sector: “La verdad es que estamos preocupados, nosotros ya lo denunciamos cuando se aprobó la ley en 2017, durante el gobierno de María Eugenia Vidal. Es un resorte de la competencia desleal hacia la actividad, que tiene que ver con el juego tradicional, con las máquinas tragamonedas. Eso está totalmente regulado. Las siete licencias habilitadas en la regulación del juego online dejan apenas un aporte del 10% a las arcas provinciales, que es nada. Nosotros tenemos que involucrarnos, la sociedad tiene que involucrarse, porque además de ser un pésimo negocio para la provincia y de no generar fuentes de trabajo, esto es extremadamente peligroso”.

Agregó: “Sabemos que en este momento hay muchas aplicaciones. Nosotros planteamos alguna necesidad de tratar de generar algo desde los ámbitos legislativos. Diez años atrás, empezaron a ponerse centros de ludopatía en la provincia de Buenos Aires. La realidad es que es preocupante porque esto que está pasando ahora y que cada vez se incrementa, no está promovido por el Estado, sino por empresarios privados y muchas veces en el afán de lucro. Los empresarios tienen una voracidad tremenda y no les interesa la cuestión social, nada más quedarse con plata. Además, es una forma de ganar plata prácticamente con un costo nulo, porque cuando estamos hablando de un casino legal, una empresa estatal, tiene que poner un edificio, contratar empleados. Esto es como los viejos casinos clandestinos que se instalaban en determinados lugares, y hoy lo hacen con la facilidad de montarlos de forma virtual”.

“Los centros de ludopatía tienen la posibilidad de tratar a todos jugadores compulsivos, tanto a los que proliferan en los Casinos del Estado, como a los que van a los casinos privados. Nosotros creemos que hay que dotarlos de todos los instrumentos para que los controles sean mayores. Por ejemplo, hacemos las autoexclusiones. Los problemas de juego son los problemas de cualquier adicción, que después terminan en el seno de la familia. Hay personas que, abrumadas por esta situación, ellos mismos deciden autoexcluirse; esto significa que solicitan que no los dejen ingresar más a las salas de juego de la provincia”, explicó el gremialista.

El también concejal por Unión por la Patria, Roberto ‘Chucho’ Páez, concluyó: “Es un vicio como cualquiera. Desde el Estado tenemos que tener la necesidad y la responsabilidad de regularlo, proteger a los menores y a los sectores de bajos recursos”.

Son cada vez más los influencers que promocionan en redes sociales la participación de las apuestas en línea. Fuente: TN.

Los adolescentes y jóvenes son los principales afectados en las apuestas online

Especialistas en salud mental, y autoridades de la Defensoría del Pueblo y de la Lotería de la Provincia de Buenos Aires, advirtieron sobre el crecimiento del uso de los casinos virtuales entre chicos y chicas de 15 a 25 años de edad, especialmente las deportivas. Lo relacionan con la crisis económica, la hiperconectividad y el aumento de la publicidad en medios de comunicación, donde se prometen “grandes ganancias de manera fácil y rápida”, además de un divertimento.

A raíz de esta situación, desde Portal Universidad nos comunicamos con Lucas Tosi, Licenciado en Psicología por la Universidad Nacional de Mar del Plata, y Magister en Drogadependencia por la Universidad Del Salvador, quien manifestó su preocupación por el auge de adolescentes y jóvenes inmersos en una actividad tan adictiva, y además, ilegal, como las apuestas online: “De alguna forma, podría definirse como una de las ‘adicciones contemporáneas’, o no necesariamente adicción, sino un tipo de consumo problemático que implicaría una relación con determinados contenidos virtuales de la web en el cual no media una sustancia psicoactiva. Esto sería interesante enmarcarlo en las adicciones conductuales sin mediar una sustancia psicoactiva, lo cual cambia el enfoque de cómo estamos habituados a trabajar las adicciones”.

“En mi conocimiento y por características de distinto orden, no estamos muy habituados en nuestro país a realizar investigaciones sistemáticas, no está esa cultura académica sobre estos temas y hay mucho por hacer en ese sentido. Puede haber estudios de alguna universidad en puntual pero no hay estudios a gran escala. Los informes de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación apuntan más que nada a hacer hincapié en patrones de consumos de sustancias psicoactivas, pero no estudian los contenidos virtuales”, agregó.

Asimismo, el psicólogo resaltó: “Indudablemente no es lo mismo la ‘adicción’ en un adolescente que en un adulto y es comparable con lo que tiene que ver con el consumo de sustancias en el marco de la preadolescencia o adolescencia. La edad de inicio de consumo está a la baja, lo cual es muy problemático porque, cuanto más joven te exponés a un consumo, más probable es que se desarrolle de forma problemática. Hay que sumarle que la persona está en una etapa de desarrollo neuropsicológico, de desarrollo de su identidad y de sus lazos sociales. Un consumo adictivo no mediado por sustancias, como en este caso, afecta indudablemente el desarrollo. Quienes lo sufren buscan cómo acceder a fuentes de dinero de manera clandestina, del mismo modo que sucede con el consumo de sustancias. A partir de la necesidad de consumo, surge esta necesidad de tener una inserción distorsionada en lo que es el mundo laboral”.

Foto: Captura de Twitter.

Sobre el rol del Estado, Tosi señaló: “Me parece que es una cuestión más interpretativa. Hay que pensar en todas estas variables y analizar el problema del consumo como un problema no individual. Es un problema que tiene características pandémicas, que tiene variables sociales, económicas, culturales e ideológicas, que claramente exceden a ese adolescente o adulto que entabla una relación problemática. En ese sentido, la adicción tiene un aspecto como modelo sociopolítico, porque cumple con esta característica: más allá de las consecuencias negativas, la persona sostiene la conducta y es la misma que entablamos como sociedades con nuestros recursos naturales, por ejemplo. Ese es un primer cambio de enfoque que tendríamos que hacer. Segundo, está enmarcado en la diversificación de prácticas de consumo y en toda una serie de mensajes sociales ideológicos que sistemáticamente insisten y favorecen el consumo de sustancias, o del juego en este caso. Uno puede observar todo lo que tiene que ver con publicidades de apuestas en partidos de fútbol. Ahí el trabajo del Estado tendría que ver con la prevención”.

Por último, el profesional dijo: “Diría que hay un lema en lo que tienen que ver con el consumo problemático, que es hablar abiertamente de la manera más auténtica y transparente posible respecto del mundo del consumo de sustancias, sin tabúes, sin barreras. Eso tiene que ver con que exista en el entorno familiar, que esté entrenada una comunicación muy abierta y de aspecto horizontal, más allá de la verticalidad del vínculo. En algún momento de la vida, alguna exposición de esas características va a llegar al niño o adolescente. Es importante retrasar esa exposición y aportar información para cuando llegue”.

“Así como en su momento se desarrolló la Educación Sexual Integral (ESI), yo veo necesaria la implementación, el diseño de políticas y de leyes que apunten desde la infancia temprana a trabajar en la prevención de los consumos problemáticos. Hay que hablarlo en niveles educativos iniciales para visibilizar y exponer esta problemática de escala internacional, que se aborda desde los medios de comunicación de una manera banal. Es una expresión de toda una población mucho más amplia, donde se presentan una multiplicidad de prácticas de consumo que sin llegar a ser adicción, son problemáticas”, concluyó.

Cabe destacar que la ludopatía es una enfermedad emocional reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que afecta aspectos de la vida personal, familiar, laboral, social y económica de quien la padece.

Si tenés problemas con el juego, podés comunicarte con la línea de atención gratuita 0800-444-4000 que funciona las 24 horas, los 365 días del año, en el marco del Programa de Prevención y Asistencia al Juego Compulsivo.

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