El detalle y la pasión, personificados en figuras de plástico: las increíbles creaciones de Matías Alonso

* Por Gabriel Delgado para el #MediaLab de Portal Universidad

Además de coleccionista, Matías Alonso es fabricante de sus propias creaciones. Sus figuras de acción en plástico se venden a otros países, desde héroes icónicos hasta villanos legendarios, cada pieza es una obra maestra en movimiento. No son solo muñecos, su línea Guardianes Cósmicos tiene una historia y esa literatura acompaña cada ejemplar, verdaderas obras de arte en 3D que forman parte de un relato épico paracoleccionar.

Desde niño, Matías colecciona de figuras de acción, puntualmente lo que era el universo de Master Of The Universe (He – Man). “De chico uno colecciona juguetes, después en la adolescencia un poco menos, y a medida que crece va teniendo otras aspiraciones”, explicó. Hace 20 años, como un hobby, nació su pasión por crear y fabricar esos juguetes que tanto le gustaban de niño. En el 2000 se lo tomó más seriamente, y comenzó a investigar el mundo del coleccionismo y figuras de acción específicamente. “En mi época, al que coleccionaba lo miraban raro. Ahora ya no, de hecho, la industria del juguete está dedicando desarrollos al coleccionista adulto, más que al infantil. Barbie, Hot Wheels y Max Steel son las tres líneas principales en el mercado y justamente en ellas existe un coleccionismo encubierto, que lo compran muchísimo los adultos”.

Hace poco, se lanzó una nueva línea de Hot Wheels y había una gran cantidad de personas adultas arrasando las góndolas. Los chicos los usan para jugar pero es un coleccionable, y con Barbie pasa algo similar en la industria a causa de la película. Pero quien más consume es el coleccionista. Hay empresas como MC Farlane o Neca dedicadas al segmento de coleccionismo de juguetes para adultos. “Empecé con el material plástico en figura de acción en el 2018, anteriormente estaba en la industria, pero fabricaba en fundición de metal y hacía todo lo que era también relacionado al coleccionismo, pero con el merchandising de películas y series. Por ejemplo, para la línea de ‘El Señor de los Anillos’ hacía el anillo del poder, la hoja de Lorien, o la medalla de la ‘Historia Sin Fin’. Con esos trabajos en metal fui bastante conocido en todo el país a través de mi marca Metallica Retro Collection”, agregó.

Matías comenzó fabricando los soldaditos clásicos de los años 60 y los vaqueros e indios con sus caballos que se utilizaban para jugar en los fuertes de madera. Para perfeccionar el proceso de matricería consiguió ponerse en contacto con una persona que tenía casualmente matrices en desuso. Las adquirió, acondicionó y adaptó a sus máquinas inyectoras para poder lograr la calidad y expresividad que tenían los pequeños personajes en aquellas décadas. “Empecé a buscar matricería vieja, antigua y reeditar cosas que el coleccionista busca y no tiene. Entonces, un día encontré una persona que tenía unos moldes de bronce que son una obra de arte que eran de los años 60, los compré y los tuve que restaurar un poco, busqué una máquina acorde a esos moldes para poder fabricarlos con la misma técnica que se utilizaba hace 50 años, para mantener vivo ese espíritu muy artesanal de la época, y empecé con una tirada para que salga un producto coleccionable, y bueno ahí salieron los soldaditos”.

Los procesos de fabricación artesanal de juguetes dejan un bajo margen de ganancia, es por eso que difícilmente se encuentren productores de juguetes plásticos con matrices y moldesmanuales. La particularidad de ser coleccionables hace que la producción que se planea sea casi a demanda, pero también exige una calidad en cuanto a diseño, expresión y fortaleza de la unidad que lo vuelve un arte. “Cuando decidí ingresar a la industria del plástico no conocía absolutamente nada, no sabía con qué polímeros se inyectaba una figura de acción, investigando conocí los materiales más adecuados que se acostumbran y cómo se usan. Hablando con un ingeniero y con otro fui aprendiendo, pero en el transcurso fui comprando máquinas y equipándome”.

Dar el paso a las figuras de acción

La importación de productos desde China, sobre todo las piezas metálicas, hizo que Matías decidiese saltar al escalón del plástico y hacer productos que nadie se los pudiera copiar. “Con el metal siempre me copiaban todo, entonces decidí dedicarme a la creación y desarrollo de las figuras de acción propias en material plástico. Esa es la línea Guardianes Cósmicos, un producto que es mío y difícil imitar, porque es muy costoso copiarlo”. En Argentina, la fabricación bajo inyección plástica sobre matricería se volvió muy costosa y poco rentable, entonces todos hacen fabricar en China lo que conllevó a que de alguna manera se fuera perdiendo la industria de juguetes nacionales. Solo quedan algunos pocos exponentes, pero se dedican en mayor medida, a fabricar juegos de mesa y muy poco de juguetes. Pero en cuanto a fabricar figuras de acción, no hay nadie que lo haga, y lo que se puede encontrar es impresión 3D o cerámicos y yesos.

Hadron personaje de la serie Guardianes Cósmicos (Fuente: Leatoys)

Un músico tiene otros músicos que lo inspiran o de quien toma sus influencias, para poder crear su propia música. En el caso de Matías, buscó en el círculo de coleccionistas con quienes él acostumbraba a interactuar, para dar con la persona indicada que lo asesore en desarrollar sus creaciones con la mejor calidad y ofrecerlas, al mundo. “Me puse en contacto con Gustavo Capusotto, él fue quien me oriento para saber qué polímeros utilizar y algunos tipos de pinturas más adecuadas, porque yo no sabía nada. Gustavo además es todo un especialista, porque fue el fundador de Playful que hizo los Thundercats, Mazinger, M.A.S.K. en Argentina, él utiliza las redes sociales. Un día me contacté y bueno obviamente me apoyaba porque le gusta, es juguetero de alma y me aconsejo dónde conseguir los mejores materiales”.

Las creaciones Leatoys tienen una identidad propia, no son solo figuras de acción en un blíster. Matías les crea una historia que además se plasma con formato literario en un cómic y cada personaje forma parte de esa historia gráfica. “Los personajes vienen con un comic (historieta) de su perfil, esa literatura forma parte de la creación de los productos, de las figuras. Hay mucha parte artística en todo lo que es la línea, a mí siempre me gustó escribir y todo lo que es arte. Tenía desde hace algunos años unos bocetos con lo que hoy son los Guardianes Cósmicos, esos personajes son caracteres incluidos en una novela escrita que tengo intenciones de editar. También hay una novela que ya lleva cerca de 300 páginas que la quiero editar en un libro, que además contiene ilustraciones. Tengo mucho material ilustrativo para sumarle y donde cuenta toda la historia de los personajes”, comentó el fabricante.

En los tiempos actuales, la Inteligencia Artificial se está desarrollando en diversas industrias y hasta en la medicina por lo que la producción de juguetes seguramente, no permanecerá ajena a esta tendencia y adoptará poco a poco sus servicios. Se vislumbra en un futuro relativamente cercano la suma de I.A. en combinación con Realidad Virtual, lo cual produzca la sensación de jugar en un mundo imaginario con sensaciones de realidad. Al respecto Matías relativiza el impacto que pueda tener en el coleccionismo: “la fabricación del juguete para las compañías ya no es rentable, pero al consumidor se lo debe segmentar por edades, por ejemplo, hasta los 3 o 4 años un niño siempre querrá juguetes porque necesita esa interacción naturalmente. Los padres generalmente no le dan tecnología tan fácilmente, hay cosas que son típicas como la palita y el rastrillo para la arena, eso siempre se va a vender para ir a la playa pero hasta cierta edad, el juguete no desaparecerá nunca”.

El surgimiento de internet en la década del 90 y su consolidación como mercado de ventas internacionales, le abrió un pasaje de retroalimentación a Matías no solo para adquirir juguetes como coleccionista, sino también para poder ofrecer y vender los productos de sus propias creaciones a consumidores de todo el mundo. Esto le posibilitó que tenga buenas referencias entre el círculo de coleccionistas internacional, con quienes se conecta participando activamente de ferias en Estados Unidos y otros países. “El mercado del coleccionismo tiene cada vez más auge, hay muchos tipos de coleccionistas, generalmente el coleccionismo está asociado a la palabra añoranza, a la nostalgia, de cuando uno estaba en la etapa de la niñez. Comprarse lo que nunca pudo uno tener, adquirir aquello que nuestros viejos no podían comprarnos”.

Finalizando la década del 70 y comienzos de los 80, empezó el verdadero boom de las figuras de acción. Aparecen los GI Joe, que eran de los 70 pero rompen récords de ventas en los 80, la línea Mazinger, He-Man, Thundercats, entre otros. “Los coleccionistas hoy son gente adulta con un determinado poder adquisitivo. Es dueño de su propio dinero y con su propio dinero hace lo que quiere. Entonces ahí decide el factor de la nostalgia y aquel niño que tenía 5, 6, 7 años en los 80, ahora tiene 40 o 45 decide comprar, y después no para más”.

Hay coleccionistas por todo el mundo y cada vez hay más, la nostalgia es uno de los primeros pasos, pero después también hay otra forma de coleccionar. “En mi caso personal encuentro arte en el juguete, cómo está fabricado, para mí son obras de arte las figuras de acción. Así como hay personas que van a galerías para ver, analizar y comprar cuadros, a mí me gustan los juguetes, y como yo en el mundo hay cientos de miles, por eso creo que el auge del coleccionable va a seguir algún tiempo más”.

El trabajo de diseñar y fabricar sus propias figuras de acción lleva un proceso creativo, una inspiración que después se plasma en bocetos dibujados en papel, a los que hay que darle forma, cuerpo y movimientos en los diferentes materiales que terminan transformándose en el juguete. “No sé cómo explicarlo, pero es como un escritor que se dispone a escribir un libro, tal vez el periodista que idea una nota, siempre hay algo que te empuja y que te inspira, son diversos factores. Yo particularmente con la línea de figuras de acción tengo como una historia y voy sacando personajes de ahí, empezó como algo literario que se termina plasmando en plástico”.

Proceso de matricería y fabricación

Al empezar en el caso específico de una figura de acción, se inicia con una maqueta y para hacerla son necesarios ciertos conocimientos. No se puede hacer en una matriz de inyección cualquier tipo de pieza rápidamente, tiene unos parámetros de contracciones, de salidas y de aperturas de moldes que deben respetarse, y con esos parámetros se diseña. “Primero se hace una maqueta, en mi caso siempre la hago con una figura que ya existe y utilizo de base, la presento y modifico, se le realiza pintura, terminaciones, hasta que queda muy similar a la figura terminada para la venta, eso es el prototipo. Después pasa a un proceso que es bastante más complejo aún, cómo son los sistemas de matricería, se crean varios tipos de matrices que serán los moldes para la inyección de plástico”, relató.

Para la inyección de plástico, la matricería más rápida y básica es por fundición de metales, una pieza de la figura de acción, pasa a un modelista que copia esa misma pieza, se hace un molde de silicona, eso se pasa a yeso. Después se rellena con la fundición líquida de bronce o aluminio, y a continuación se hacen algunos ajustes para insertarlo en una máquina inyectora, eso es lo más rápido y lo más fácil partiendo de un modelo hecho a mano. “Hay un sistema más complejo, que utilizo porque tiene mayor definición y más tecnología, se trata de un mecanizado en el que todas las piezas se plasman en un dibujo en 3D, en lugar de imprimir, se erosiona un molde con fresas de centro mecanizado robótico, que va cambiando esas fresas. Entonces, por ejemplo, para hacer la cabeza a una figura, la fresa le cala el ojito, la naricita, es un sistema más costoso, pero es el que mejor definición le da a la matriz y mayor durabilidad, porque ese molde se puede hacer en acero y es prácticamente eterno”.

La técnica que utiliza para fabricar los personajes es por inyección de polímeros plásticos en proceso mecanizado. Su arte se fabrica pieza a pieza por separado, cabeza, piernas, brazos, torso, accesorios como las armas del personaje, además, pequeñas piezas internas que forman parte del mecanismo de articulación de las figuras. “Mis figuras tienen un molde para las piernas, uno para los brazos y otro para la cabeza, un molde para el pecho y espalda, otro para cada vestimenta y armadura de frente y reverso, con moldes para las diferentes armitas que llevan. Son muchas matrices y moldes, por eso es muy costoso de hacer, o sea por esa razón no hay mucha gente que se dedique a esto y es algo que debiera producirse en cantidades volumétricas para que sea rentable. Es complejo de emprender como negocio para grandes corporaciones, por eso es que también algunos de mi círculo de afectos me tratan de loco por lo que hago, pero siempre digo lo mismo, que trabajar en lo que te gusta, tus creaciones y tener un público de compradores específicos, que se identifican conmigo a mí me satisface”.

Todo ese proceso de fabricación es para crear y obtener una figura de acción en inyección de plástico, pero no termina allí. Después comienza el proceso de las mascarillas que se pintan con distintos métodos de pintura, según la definición que se quiera tener en la gestualidad del personaje, generalmente se hace por tampografía. Sin embargo, en la búsqueda del detalle y la expresión definida Matías Alonso utiliza otras técnicas. “La tampografía son como sellos donde se va estampando la pieza con una especie de serigrafía, por ejemplo, la muñeca Barbie tiene una definición en los ojos con el iris azul, el puntito negro, al detalle, todo eso. En mis figuras utilizo proceso por máscara de pintado, por que busco en mi producto que parezca fabricado en los 80. Un Guardián Cósmico que cae al piso y queda tirado algunos días en la tierra, lo ve alguien que no tiene idea del coleccionismo de una figura de acción, nunca les prestó atención a los detalles y tranquilamente cree que esa figura por lo menos tiene 30 años. Eso es lo que logro, que parezca que se hizo hace un montón de años”.

En cuanto a las técnicas, explicó que “uso tanto para la inyección, como para el pintado y ensamblaje, las mismas técnicas que se acostumbraban hace 40 años y las máscaras las hago manteniendo esa tradición, y que todavía se sigue utilizando, que es por electrodeposición. Se producen máscaras de cobre, para dar una idea a quien no conoce, tengo figuras que por la expresión de su rostro necesitan cinco máscaras distintas. Con una máscara se pintan los ojos, con otra el bigote y la barba, con otra las cejas y si tiene un casco, otra máscara. Son todas mascarillas de cobre, que se esculpen calándose con unas limas muy finas especiales de matricería, y se hacen en producción como en línea, todas las cabezas se ponen la máscara y se pintan”.

El legado del artesano

El arte del juguete no pasará desapercibido en la historia, sobre todo si son coleccionables, más aún cuando se trata de un oficio que practica una persona tradicionalista de la industria como Matías Alonso, que produce sus obras de forma artesanal con el estilo de los clásicos juguetes de acción de los años 80. Más aún, cuando tienen de soporte una obra literaria que le otorga vida, identidad al personaje. Matías no solo fabrica figuras de acción coleccionables, son creaciones propias de su imaginación que dejan una marca, un legado de su paso por la vida.

“A mí me pasa algo muy gratificante con mi trabajo, porque parto de una creación que se me ocurre, lo diseño, dibujo, escribo su historia, le doy forma física y le otorgo un nombre, una identidad. Es decir, cada personaje -es alguien- y me pasa que me escribe una persona que vive en Grecia, por ejemplo, y me pide que le fabrique un Hadrón, y es una locura, fabrico y mando figuras a todo el mundo, es maravilloso para mí. Hago lo que me gusta, tal vez no es lo más rentable, pero eso no es lo que me motiva. A mí me motiva el arte y la originalidad de mi creación. Por eso no puede fracasar nunca, se puede vender a veces más o menos, pero cuando las cosas se hacen con ganas y orgullo siempre van a salir bien. Soy quizás demasiado detallista, y hasta que no queda terminado como me satisface no sale. El producto finalizado le puede gustar amás o menos compradores, pero no fracasará nunca, y en ese sentido me es sumamente gratificante”, concluyó.

La página de Matías Alonso es www.leatoys.com allí se encuentran expuestos sus productos y las historias de los personajes que fabrica.

*Estudiantes del MediaLab, primer Laboratorio de Redacción para Medios Digitales. Se trata de un sistema experimental que consiste en el trabajo periodístico, de producción propia, que desarrollan alumnos del Taller de Redacción para Medios Digitales, correspondiente a la Tecnicatura de Periodismo Digital que se dicta en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

También puede gustarle...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *