El INDEC desarrollará un nuevo índice de precios para medir la inflación
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) se encuentra en proceso de confección de un nuevo Índice de Precios al Consumidor (IPC). Este mecanismo de medición de inflación tendrá como base la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (Engho) 2017-2018, que reemplazará a la que se utiliza actualmente para el IPC, correspondiente al período 2004-2005.
Si bien aún no hay una fecha estimada de presentación del nuevo índice, trascendió la información de que el organismo dirigido por el economista Marco Lavagna medirá los cambios de la canasta que se registren en los próximos meses a modo de prueba, antes de su lanzamiento oficial, que podría ser durante el segundo semestre de 2024.
Ante esta noticia, parte de la opinión pública puso en duda la intención tras la decisión del organismo: ¿Está el gobierno intentando obtener algún tipo de ventaja con la implementación del nuevo mecanismo de medición? ¿Con la aplicación de este índice la inflación resultante podría diferir de la real?. Para responder estas interrogantes y dar luz a la temática, desde Portal Universidad dialogamos con Ricardo Panza, economista y docente de la Universidad Nacional de Mar del Plata.
Los distintos índices de precios y cuál es el utilizado en Argentina
Inicialmente, y para conocer con mayor precisión la medida adoptada por el INDEC, Panza se refirió a dos tipos de índices de precios y su funcionamiento: “Los índices de precios lo único que pretenden medir son los cambios en la variación de una cierta colección de bienes, de precios, entre un periodo y otro. Y pueden ser por lo menos de dos tipos. Uno de los índices es el de base fija, llamado índice de Laspeyres, en homenaje al matemático que los construyó. Y otro de los tipos son los índices de base móvil o de Paasche, también en homenaje al técnico belga que los elaboró”, explicó.
“Los índices de base fija tienen la virtud de ser muy estables. La pregunta que intentan responder es ‘¿Cuánto vale hoy una canasta de bienes fijos que yo he conseguido en el pasado para cierta cantidad de bienes?’. En cambio, los índices de base móvil se usan mucho en comercio exterior y sirven de algún modo para decir cuánto habría costado en el pasado lo que estoy comerciando hoy. De ahí que la base sea móvil en un caso, y fija en el otro”, agregó.
Con el nuevo mecanismo que propone el INDEC, el índice de base fija es el que se seguirá utilizando en nuestro país para medir la inflación: “Su desventaja, a contracara de lo positivo que tienen que es su estabilidad, es que la canasta de bienes en estos casos debe ser revisada reglamentariamente cada 10 años. No obstante, este precepto no se ha cumplido con extrema rigurosidad. En lo personal, recuerdo una canasta compuesta en 1974, la reformulación en 1996-1997, y otra en 2004-2005. En 2017-2018 se hizo la investigación de mercado para rearmar la canasta de bienes del período 04-05, pero todavía sus datos no están incorporados al nuevo índice. Lo que se está presentando actualmente es precisamente esta última investigación de hace seis años”, puntualizó Panza.
El problema surge a raíz de que, con las nuevas modalidades de consumo y pago utilizadas por la sociedad, la investigación de mercado realizada en el pasado hoy se ve desactualizada. Al respecto, el entrevistado afirmó: “Si la canasta permanece fija y pasan muchos años, se desactualiza, y cuanto más rápido es el progreso, más rápido cambia la canasta. Por ejemplo, en la reformulación de 1996 un 2,6% del presupuesto de los hogares era destinado a comunicaciones. Hoy, ese valor aumentó al doble, un 5,2%. En la canasta de 2004-2005 todavía teníamos modem telefónico, el servicio de Internet era completamente diferente y no tenía tanta relevancia para el trabajo como lo es hoy. Si nos ponemos a pensar, ha cambiado radicalmente la pauta de consumo”.
“¿Cuántas cosas pasaron de 2018 a hoy? Por eso, encargarse de la realización de una canasta conlleva un trabajo sumamente pesado. Si bien se realizan las llamadas Encuestas de gasto de los hogares en muchas localidades, con respecto a los tiempos nunca se termina estando completamente al día. Otro ejemplo, en la última encuesta se gastaba casi un 70% en efectivo en pesos, un 20% en tarjeta de crédito y débito, y el resto se abonaba con otros medios o formas de pago, como la cuenta corriente. Hoy observamos que la forma de pago en los comercios ha cambiado radicalmente. Inventos tales como las cuentas o las billeteras virtuales en 2018 todavía no existían. Actualmente las tenemos, pero ellas no van a formar parte de la ponderación porque ya se llegó tarde”, agregó.
Este cambio en la medición no implica manipulación en el porcentaje de inflación
Para finalizar, Panza remarcó que esta modificación en el mecanismo de medición de la inflación no debe asociarse con una intención oculta del gobierno de intentar aplacar o manipular el índice de precios: “En el INDEC de hoy no lo creo. La prueba está en la constancia de la conducción. No se lo ha removido ni se lo piensa apartar del cargo a Marco Lavagna. Esto de alguna manera es una garantía de que el organismo y sus autoridades permanecen ajenas a los avatares políticos. Con lo cual habría que aventar todo tipo de mala especulación con relación a esto”, manifestó.
“¿Qué esta decisión se da en un momento en el cual al gobierno le gustaría medir mejor la inflación? Sí, seguro. Y también trae aparejado cambios y problemas estadísticos de empalme, porque lo que hoy es una inflación del 13,2%, si mañana cambiara la canasta, será de un 8,4%. Y vos no tenés conocimiento si este porcentaje es comparable al 13,2%. O sea, no sabés si con la canasta vieja, lo que era el 13,2 en realidad no habría sido 8,4% sino 10,8% o 6,7%. No lo podemos saber a ciencia cierta. Pero es mejor hacerlo que no hacerlo, claramente”, concluyó.