Movilidad verde: “El uso de modos de transporte sustentables está relacionado con mayores niveles de bienestar”
Siguiendo los lineamientos actuales de las poblaciones, su preocupación por el cambio climático y la toma de conciencia sobre que no hay planeta b, la movilidad verde se plantea como una alternativa al sistema de transporte actual. Sin embargo, no solo se trata de una opción sustentable que no reproduce efectos negativos en el medio ambiente, sino que influye en la cotidianeidad de las personas, en su bienestar, en su calidad de vida y en su salud.
Portal Universidad dialogó con Lucía Echeverría, Magister en Economía, Becaria de Investigación Doctoral del CONICET y Docente de la Universidad Nacional de Mar del Plata, quien indicó que “la movilidad es parte esencial de nuestras vidas porque todos los días debemos trasladarnos al trabajo, a casa, al colegio o a hacer compras. Sin embargo, la dependencia en el uso de modos de transporte basados en el combustible tiene importantes cargas ambientales“.
Según la ONU, el transporte es responsable de la cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero generadas a nivel mundial.
En este sentido, el concepto de movilidad verde refiere a un conjunto de alternativas ecológicamente sustentables para los desplazamientos urbanos. “Estas formas de movilidad incluyen el transporte activo (caminar o andar en bicicleta), el transporte público, el uso compartido de vehículos (conocido como carpooling), el uso de monopatines, etc. Entre ellos, las alternativas de movilidad que implican actividad física son la solución más amigable para el ambiente, en tanto implican cero emisiones, al mismo tiempo que generan importantes beneficios para la salud de las personas”, remarcó.
Con respecto al impacto que generan estos sistemas en la satisfacción que los individuos obtienen durante sus actividades de desplazamiento, la especialista aseguró que sus estudios indican que “el uso de modos de transporte activos está relacionado con mayores niveles de bienestar, en comparación a movilizarse en auto. Esto se muestra especialmente en aquellos traslados relacionados con el ocio o el cuidado personal, en cambio, el uso del transporte público se lo asocia a menores niveles de bienestar”.
Si bien el uso de modos de movilidad sustentables se encuentra en aumento, teniendo en cuenta las experiencias en otros países, las investigaciones indican que los niveles de empleo de transporte ecológicos puede variar. “Por ejemplo, en promedio, en Londres las personas realizan el 1% de sus trayectos en bicicleta, mientras que en Groningen (Holanda) esta cifra asciende a 40%. Estas diferencias están asociadas a características de las personas, a factores culturales, a la infraestructura y servicios de transporte, así como a las políticas destinadas a fomentar estas formas de movilidad”, declaró Echeverría.
Estas diferencias están asociadas a características de las personas, a factores culturales, a la infraestructura y servicios de transporte, así como a las políticas destinadas a fomentar estas formas de movilidad.
Es así como para promover medios de transporte que sean más sustentables, “se deberían generar incentivos para que la opción de trasladarse en un medio de transporte sustentable sea más atractiva, sobre todo en el caso de los medios de transporte activos”. A lo que agregó que, además de las políticas tendientes a fomentar estos medios de movilidad, “también es importante el factor cultural. Es decir, no solo la incorporación de ciertos hábitos de movilidad sostenible a la vida diaria de los individuos, sino también la concientización de la importancia que tienen estos medios de transporte para el ambiente, la salud individual, el bienestar diario de las personas y su calidad de vida”.
¿Es posible pensar en aplicar este sistema en Mar del Plata?
Pensando en políticas que no solo tengan en cuenta la importancia de desarrollar estrategias para promover y fomentar los modos de movilidad basados en la actividad física, el tópico de cómo mejorar las experiencias de las personas que se trasladan en transporte público adquiere cierta relevancia. La investigadora destacó que, “en el caso de Mar del Plata, acciones en esas líneas podrían incluir la incorporación de sistemas de alquiler de bicicletas y de un entramado de bicisendas y ciclovías a lo largo de la ciudad que hagan más natural la opción de trasladarse en este medio”.
Sin embargo, de manera complementaria, “se requerirían esfuerzos para mejorar la seguridad vehicular, que tanto sufre la ciudad en la actualidad. Por el lado del transporte público, sería importante proveer mayor comodidad en su uso, así como generar trayectos más directos y más rápidos, mayor puntualidad y previsibilidad, y una mayor flota disponible”, concluyó Echeverría.