Yararás en las sierras: ¿Qué tenemos que hacer ante una mordida?

 

Con la llegada de la primavera y el aumento de las temperaturas crece la necesidad de salir a pasear y recorrer los diversos paisajes que ofrece la ciudad de Mar del Plata y sus alrededores. Aumentar este vínculo con los escenarios naturales implica también encontrarse con la fauna autóctona que habita estos espacios y no es infrecuente cruzarse en la zona de sierras con serpientes, algunas venenosas, como la Yarará, también conocida como Víbora de la Cruz (Bothrops alternatus).

Para conocer cómo se puede identificar a estos animales, qué se debe hacer ante un encuentro o cómo actuar frente al eventual caso de sufrir una mordida, desde Portal Universidad nos pusimos en contacto con Natalia Martino, bióloga del Departamento de Recursos Naturales y Guardaparques del Ente Municipal de Servicios Urbanos (EMSUR). 

Respecto de la presencia de estos reptiles en el área del municipio, Martino dijo: “Ésta es una época bastante oportuna y necesaria para divulgar esta información, ya que con el aumento de las temperaturas comienzan a tener mayor actividad, no sólo las personas que hacen trekking, sino también esto animales de sangre fría. Durante el invierno entran en un periodo de aletargamiento y con la llegada de la primavera y la época estival comienzan a activarse y aumenta la probabilidad de encontrarlos, sobre todo en la zona de Sierra de los Padres. En el país tenemos tres géneros de importancia sanitaria, la Yarará, la Cascabel y la Serpiente de Coral, pero en nuestra zona solo tenemos la Yarará. Son animales que tienen veneno en su saliva como parte de su estrategia para cazar y alimentarse. En las horas de mayor temperatura es cuando más activas están y es cuando nosotros salimos a hacer estas caminatas y paseos”.

Foto: Barrio Residencial Sierra de los Padres.

En cuanto a los recaudos que debemos tener en cuenta al momento de circular por la zona, Martino dijo: “La recomendación es que cuando vamos a la sierra, donde el pastizal es más alto, no tenemos que meter ni introducir las manos en ningún hueco, ni debajo de las piedras. Hay que prestar mucha atención donde se pisa y evitar pisar piedras flojas, porque el animal puede encontrarse debajo y de forma defensiva efectuar una mordida. Es importante mantener el camino sobre un sendero y se recomienda tener un bastón para ir tanteando el camino adelante, para alertar al animal sobre nuestra presencia. Es importante decir esto, no se trata de un animal que va a venir a atacarnos, sino que sólo muerde cuando se siente amenazado”.

Consultada respecto del tamaño de la población de estos reptiles, la bióloga explicó: “No contamos con una estimación de la población, pero lo que sí sabemos es que la probabilidad de encontrarlos es más alta en este momento del año. No hay una cantidad exorbitante, pero si circulan por estos espacios, que son su hábitat. En muchos casos, puede ser que hayamos estado cerca de alguno y no nos hayamos enterado porque la naturaleza de estos animales es eludir nuestra presencia. Es bastante común que los ataques se desencadenan al pisar un ejemplar.

¿Cómo podemos identificarla?

En cuanto a las características particulares de esta serpiente, Martino detalló: “La diferencia que tienen las serpientes venenosas de las culebras inofensivas es el reflejo de la luz que produce su piel. Son generalmente opacas, con colores amarronados, bastante crípticas.  Se camuflan y se pierden en la vegetación y tienen un patrón de figuras ocelares, como unos ojos, bastante característico. Su coloración es beige, marrón y parda, tanto en el dorso como en la parte ventral. En la zona tenemos una culebra muy similar que se llama “Falsa Yarará”, que presenta una coloración rojiza en el vientre y eso permite distinguirla de una verdadera yarará”.

Fuente: Pablo Jolivot.

“También tienen características morfológicas en el rostro y la forma de la pupila, no son rasgos que tal vez podamos ver en detalle a la hora de distinguirla. Con respecto al tamaño, depende de la edad del ejemplar, hay culebras grandes que no son venenosas. Pueden llegar a medir un metro y a veces hay crías que son pequeñas, así que el tamaño no es un indicio para identificar al animal”, agregó.

¿Qué tenemos que hacer ante una mordida?

Sobre los efectos que tiene la mordedura en el cuerpo, Martino expresó: “La mordedura siempre es venenosa, sin importar el tamaño del animal, porque el veneno proviene de las glándulas salivales. Lo que cambia es el tipo de efecto. La mordedura de los animales más grandes produce un efecto necrosante que tiende a licuar el tejido y la de los animales pequeños tiene un efecto anticoagulante. Es importante destacar que el veneno no es neurotóxico, no afecta el sistema nervioso, sino que afecta a nivel local. Tras la mordedura se produce un edema, una inflamación, un sangrado y los efectos posteriores dependen de las características particulares de la persona y la región del cuerpo donde se produce la lesión”.

No es lo más común que se dé un desenlace fatal, si la persona recibe el tratamiento adecuado. Depende mucho del historial médico de esa persona, sus características particulares. Si es niño o anciano, el riesgo es mayor y si la mordida es cerca del cuello o la cara, la situación es más riesgosa. Pero en todos los casos, si se recibe el tratamiento adecuado, no hablamos de una situación de alta mortalidad.

En el caso de sufrir una mordida, hay una serie de medidas urgentes que deben tomarse. Sobre estas medidas, la experta en el área dijo: “Existe un suero específico para el tipo de veneno que inoculó el animal, por eso es importante ver la reacción que tiene en el cuerpo de la persona. Con la propia sintomatología se puede identificar tranquilamente, no hace falta tener el animal. Si alguien lo vio, esa información sirve, pero no hay que preocuparse por encontrarlo o exponerse a otra mordedura. Tampoco se deben generar torniquetes, no hay que hacer cortes en la zona, no hay morder y escupir la sangre. Chupar esa zona con veneno solo puede empeorar la situación”.

“Hay que tranquilizar a la persona, evitar que haga movimientos rápidos, invitarla a beber mucha agua y evitar que consuma medicamentos porque pueden empeorar el cuadro. Inmediatamente hay que dar aviso al hospital más cercano y trasladarla. Es importante realizar la comunicación con el hospital lo antes posible para que tengan conocimiento y se pueda gestionar el traslado del suero antiofídico. En el hospital se va a limpiar la herida y se aplicará el suero. En el caso de la ciudad de Mar del Plata, lo recomendado es dirigirse directamente al Hospital Interzonal. En general siempre hay disponibilidad del suero, pero en el caso que no hubiera, se ponen en contacto con el hospital más cercano, como puede ser el que se encuentra en la ciudad de Balcarce”, destacó.

Finalmente, respecto de la producción de este suero en nuestro país, Martino dijo: “El 80% de los accidentes de este tipo a nivel país, son ocasionados por la yarará. El suero se produce en el Instituto Malbrán y se hace con la generación de anticuerpos a través de la extracción de la saliva de los animales. Este suero posteriormente se distribuye en toda la región. Quiero destacar que con prevención y con un poco de cuidado, las probabilidades de accidente no son tan altas. Son recaudos necesarios para poder disfrutar el ambiente y compartirlo con los animales que habitan la zona”.

 

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