Acoso escolar: la escuela debe ser un lugar “donde vamos a aprender a relacionarnos con otras personas”

El 2 de noviembre, se celebró, cómo cada primer jueves de noviembre, el Día internacional contra la violencia y el acoso en la escuela, proclamado por los Estados Miembros de la UNESCO. Este busca reconocer a la violencia escolar en todas sus formas como “una violación de los derechos a la educación, salud y bienestar de los niños, niñas y adolescentes”.

Desde Portal Universidad nos comunicamos con Paola Zabala, licenciada en psicología, consultora psicológica especialista en acoso escolar y directora de la Comunidad Anti Bullying Argentina, para comprender la situación en el país: “Bueno en Argentina respecto de otros países del mundo siento que aún nos hace falta avanzar mucho sobre la materia, partiendo de la base de que no tenemos datos estadísticos oficiales acerca de este tema, lo cual es fundamental para poder tomar decisiones”.

“La escuela no solamente se deben enseñar conocimientos de tipo académico, sino también debe ser un lugar a donde vamos a aprender relacionarnos con otras personas. Es importante que le demos lugar a lo que tiene que ver con la socialización, con la educación emocional, y que no nos ocupemos solamente pura y estrictamente a las cuestiones de orden académico”, explicó Zabala y agregó: “Así como los adultos tenemos que sentirnos bien en nuestro lugar de trabajo, para los chicos también es fundamental sentirse bien en la escuela a la hora de aprender”.

A pesar de que todavía hay muchas cuestiones para trabajar, se ha avanzado en identificar al bullying ya no como una cuestión individual, sino social: “Se debe entender que una situación de bullying no se desencadena porque la víctima tiene algún problema o alguna falencia, sino que es una situación de orden grupal que sucede porque hay alguien que siente que tiene cierto poder sobre los demás, que utiliza este poder para hostigar, y un grupo de personas que no hacen nada frente a lo que sucede”.

Una situación de bullying no se desencadena porque la víctima tiene algún problema o alguna falencia, sino que es una situación de orden grupal que sucede porque hay alguien que siente que tiene cierto poder sobre los demás, que utiliza este poder para hostigar, y un grupo de personas que no hacen nada frente a lo que sucede

“En esa materia hemos evolucionado, ya se ha comprendido que se trata de una dinámica grupal, pero aún hace falta formar a los docentes para que sepan cómo actuar en estos temas y también a los padres, para que entiendan que forman parte de la comunidad educativa y lo que sucede en la casa es tan importante como lo que sucede en el colegio”, dijo Zabala.

Sin embargo, muchas veces los padres no perciben que sus hijos están sufriendo, y esto no es la excepción sino la regla: “Siempre decimos que el silencio es el mejor amigo del bullying porque los chicos en líneas generales, no lo cuentan. En primera instancia piden ayuda a sus amigos y por lo general este tipo de situaciones no son llevadas a la casa”, explicó la psicóloga.

Siempre decimos que el silencio es el mejor amigo del bullying porque los chicos en líneas generales, no lo cuentan

La directora de la Comunidad Anti Bullying Argentina comentó que lo más importante frente a estas situaciones es la comunicación: “Tiene que haber un canal de comunicación abierto con los padres, un lugar de confianza suficiente. Los chicos no hablan para no llevar un problema a la casa, en otras circunstancias porque piensan que los papás nada pueden hacer para ayudarlos o también tienen miedo a que reagraven la situación. A veces hay papás que ante este tipo de circunstancias se desesperan, se enojan con los propios chicos, que los envían a defenderse poniéndolos aún en una situación de mayor peligro o que cometen errores del tipo como llamar a los papás de quien está hostigando”.

Por el lado de los padres, se debe proceder sin profundizar aún más el padecimiento de los niños: “Si los chicos vienen a contarnos que están teniendo este tipo de problemas y nosotros en lugar de recibirlos y escucharlos, los culpabilizamos de lo que les está sucediendo y les decimos y “vos que hiciste que no te defendiste”, de alguna manera los estamos re victimizando. Hay que ser receptivos, no culpabilizarlos de la situación y dirigirnos a la escuela a pedir ayuda y contar esto que está sucediendo”, agregó Zabala.

Si estas situaciones no se verbalizan, existen señales que permiten identifica no necesariamente el bullying, pero sí que existe un padecimiento por parte de los chicos: “Hay que aprender a decodificar este tipo de señales porque los chicos no siempre hablan con palabras, pero si vamos a poder notar que comiencen a mostrar señales tales como: llega el lunes y no quiero ir a la escuela, llega el momento de hacer un trabajo práctico y nunca tengo con quién, ya no quiero ir a las actividades sociales como cumpleaños o salidas fuera del ámbito de la escuela, los chicos por lo general se muestran introvertidos, no quieren hablar de nada que tenga que ver con el colegio”, explicó Zabala y agregó “esas son señales que no significan necesariamente que este siendo víctima de bullying pero sí que algo les está ocurriendo”.

“La mejor forma de prevenir esto es abriendo un canal de comunicación con los chicos donde ellos sientan que la figura de los padres es un lugar de refugio, donde van a poder acudir cada vez que algo les ocurra, ya sea adentro del colegio cuando hablamos de las situaciones bullying o fuera de la institución escolar sea lo que sea”, dijo.

Ciberacoso: el bullying dentro del hogar

Según la UNESCO el ciberacoso es el uso de medios digitales para molestar o acosar a una o varias personas​ mediante ataques personales, divulgación de información personal o falsa. El mayor acceso a los dispositivos tecnológicos, sobre todo por parte de los niños a cada vez menor edad, profundizó esta problemática.

“Yo siempre digo que tengo 45 años y que cuando iba a la escuela si vos eras víctima de bullying, eras víctima de bullying mientras estabas dentro del horario escolar. La tecnología cambió todo este contexto y no podemos hablar solo de bullying sin tener en cuenta que el cyberbullying para los chicos es tan o más importante”, dijo Paola Zabala.

En una situación de cyberbullying los niños están mucho más expuestos que en posiciones de acoso escolar, “el cyberbullying permite que esta situación trasgreda las paredes de la escuela y continue afuera de la institución, fuera del horario escolar e inclusive en época de vacaciones. No se termina, es difícil limitar el alcance de la situación. Muchas más personas van a poder enterarse de lo que a mí me sucede en la escuela inclusive, aunque no sean alumnos de mi curso o de mi institución escolar. Entonces te puedo asegurar que a los chicos a veces les resulta más doloroso se víctimas de alguna burla o de algún tipo de hostigamiento a través de las redes de lo que sucede en la presencialidad”, explicó Zabala.

Te puedo asegurar que a los chicos a veces les resulta más doloroso se víctimas de alguna burla o de algún tipo de hostigamiento a través de las redes de lo que sucede en la presencialidad

Además, la consultora psicológica agregó que este es un tema respecto al cual hay mucho menos preparación e intervención por parte de los establecimientos educativos: “Hay muchos docentes que aún piensan que eso es algo que sucede fuera de la escuela y sobre lo cual no pueden tener control, que los excede. Y es importante que sepamos que a diferencia de las adolescencias o de niñeces de antes, para los chicos la vida transcurre en dos planos: el mundo real y el mundo digital y para ellos lo que les ocurre en el mundo digital es tan o más importante que lo que sucede en la vida real”.

De allí surge la necesidad de incorporar nuevos conceptos como la ciudadanía digital, la identidad digital, que antes no formaban parte de la educación. “Ahora tenemos que saber que todo lo que sucede en las redes, en la vida digital, porque tiene incidencia en la vida real de las personas. Entonces también tenemos que aprender a comportarnos en ese mundo digital y qué hacer cuando nos sucede algo de este tipo, cuando somos víctimas de hostigamiento, cuando somos víctimas de grooming que también es otra de las dinámicas sobre las que antes no hablábamos”, explicó Zabala sobre la necesidad de incorporar nuevas temáticas tanto a las currículas escolares como a la formación de los docentes.

Sobre todos estos temas no hay regulación o legislaciones vigentes que los aborden. Desde la Alianza Anti Bullying Argentina, de la que Zabala es parte, se está promoviendo un Día Nacional del Bullying para poder visibilizar la temática y “para que seamos más conscientes de que al menos un día al año vamos a tener que abordar este tema. Sabemos que no es suficiente, pero sabemos que es necesario que haya políticas públicas”.

Asimismo, en el Senado de la Nación, se está impulsando un proyecto de ley para que los colegios puedan tener protocolos de actuación para los casos de bullying, “consideramos que esto es fundamental para que llegado el momento, cuando ocurre una circunstancia estemos más armados y no tengamos que empezar a improvisar soluciones en el momento. Este protocolo de actuación incluye formularios para entrevistas para los padres de quien acosa, los padres de quien es acosado, con las víctimas, con lo hostigadores, y también incluye la formación de los docentes y a los directivos que en muchos casos vemos que no dimensionan la gravedad de la problemática y que la naturalizan”, explicó Zabala.

Es fundamental que podamos tener no solamente acuerdos y convivencias, sino que también haya protocolos de actuación para los casos de bullying y que entendamos que no debemos apuntar solo a la escuela, también debemos incluir a las familias que son una parte importante en esta dinámica. Todos debemos involucrarnos por el bienestar de los chicos”, concluyó Zabala.

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