Automedicación: “Todos los medicamentos tendrían que tener prescripción y ser producto de un diagnóstico”

Foto: Télam.

 

La automedicación, es decir el consumo de medicamentos sin la supervisión de un médico, puede parecer una solución rápida y eficaz para tratar dolencias menores. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta acción puede impactar negativamente en la salud. No solamente se trata de la posibilidad de cometer un error al ingerir un medicamento incorrecto, sino que una dosis inapropiada administrada durante un período de tiempo excesivo puede provocar efectos secundarios graves y, en algunos casos, incluso la muerte. 

Asimismo, existe la posibilidad de que se produzca una interacción negativa con medicamentos de consumo previo, lo que puede aumentar el riesgo de efectos secundarios y también puede enmascarar síntomas de enfermedades más graves y retrasar el diagnóstico y tratamiento adecuado. Otro de los grandes conflictos que se desprenden de la automedicación es el consumo de psicofármacos y los riesgos de consumo problemático que tienen asociados: de acuerdo a datos proveídos por la Confederación Farmacéutica Argentina, en el 2022 se comercializaron más de 50 millones de unidades de los distintos grupos de psicofármacos y su venta creció 4 veces más que la de medicamentos en general.

Para profundizar sobre esta situación y conocer cómo funciona el sistema que regula la venta de medicamentos en Argentina, desde Portal Universidad nos pusimos en contacto con Mario Della Maggiora, titular del colegio de farmacéuticos de Mar del Plata. Sobre este aspecto, el farmacéutico dijo: “Existen tres categorías de medicamentos, los de venta libre, los de venta bajo receta, que son la gran mayoría, y los de venta bajo receta archivada. Los medicamentos de venta bajo receta se consiguen como si fueran de venta libre y esto es un poco culpa de todo el sistema de salud. Hablamos de un sistema de salud excluyente, donde no todos pueden acceder a la prescripción médica, o donde se realizan prescripciones orales vía telefónica y se recomienda al paciente que se tome esto o aquello. Por un lado tenemos una cuestión cultural y también existe una presión por parte de los laboratorios”.

Hablamos de un sistema de salud excluyente, donde no todos pueden acceder a la prescripción médica.

“Con los antiinflamatorios y analgésicos existe una gran confusión entre los medicamentos de venta libre y los de venta bajo receta, porque en muchos casos no tienen prácticamente diferencia. Por ejemplo un ibuprofeno 600 mg es venta bajo receta y el de 400 es venta libre, te tomás dos de venta libre y estás tomando más dosis que la que se vende bajo receta. El tema es que la venta libre permite a los laboratorios hacer publicidad. Si prendés la tele en las horas pico vas a ver que casi el 50% de la publicidad es de medicamentos. Esto hace que muchísimos medicamentos que antes eran venta bajo receta hoy sean de venta libre, como el omeprazol, el ibuprofeno y muchos más”, explicó.

Respecto de los peligros que conlleva la venta libre de medicamentos, Della Maggiora dijo: “Hemos peleado muchísimo por el tema, nosotros no estamos a favor del medicamento de venta libre. El tema es que los laboratorios traccionan muchísimo porque la publicidad les permite incrementar sus ventas y con la publicidad financian a los medios. Cuando toca pelear con algo así, si no tenés los medios a favor es una pelea perdida desde el vamos. En general se nutren muchísimo de la industria farmacéutica”, aseguró.

Foto: No se deberían vender medicamentos sin prescripción médica.

En cuanto a los psicofármacos que se venden bajo receta archivada, Della Maggiora expresó: “Existen distintas categorías de psicofármacos: Lista 1, 2,3 y 4. Los lista uno son drogas cuya venta y comercialización está prohibida  y solamente se utilizan en institutos científicos de investigación, como puede ser la universidad, el CONICET. La lista 2 está integrada por alcaloides y estupefacientes que requieren una receta especial por triplicado donde una se la queda el médico, otra la farmacia para archivar y otra va al Ministerio de Salud, por ejemplo la morfina. Hay que llenar una serie de documentos para tenerlos en stock, eso va a un libro archivado y también requiere que se presente un balance”.

“Las recetas de lista 3 son algún tipo de psicofármacos, como alguna codeína de baja concentración, se confeccionan en una receta de médico común, la que nosotros llamábamos de receta rosa. La receta rosa sigue siendo válida aunque desde hace unos años ya no es más rosa porque se inundó la imprenta donde se hacían en La Plata. Esta receta también va archivada y se pone en un segundo libro donde se lleva el stock y hay que hacer un balance de lo que entra y sale. Por último tenemos los psicotrópicos de lista 4, que son los más comunes como el Lexotanil, el Clonazepam, Valium, Diazepam. Estos ansiolíticos y antidepresivos requieren que la receta sea archivada y que la farmacia presente un balance entre las facturas de compra y venta”, explicó.

Si vas a una farmacia a pedir un medicamento de venta bajo receta archivada sin receta, no te lo venden.

En cuanto a si se respetan o no estas normas en las farmacias dijo: “En general se respetan, siempre existen excepciones y por supuesto que se requiere vigilancia para que el expendio coincida con la cantidad que se vende. Si vas a una farmacia a pedir un medicamento de venta bajo receta archivada sin receta, no te lo venden. Si lo hacen están incurriendo en una ilegalidad, no corresponde y el farmacéutico pone en juego su matrícula”.

¿Se respeta la Ley de resistencia antimicrobiana?

El 24 de agosto de 2022 el Senado de la Nación sancionó por unanimidad la Ley 27.680 de Prevención y Control de la Resistencia Antimicrobiana que tiene como uno de los objetivos fundamentales el uso responsable de los antibióticos, tanto en salud humana como animal y la regulación en el expendio.

Foto: La ley de resistencia antimicrobiana tiene como objetivo el uso responsable de los antibióticos, tanto en salud humana como animal y la regulación en el expendio. Fuente: Télam.

Consultado del control que se ejerce en las farmacias actualmente sobre el expendio de estos medicamentos, Della Maggiora dijo: “Lamentablemente esto no se respeta. Tenemos incorporado culturalmente tomarnos una amoxicilina ante un dolor de garganta. Y es un error porque las enfermedades más cotidianas suelen ser virales y no requieren antibióticos. Esta mala práctica lo que hace es contribuir a la generación de resistencia antimicrobiana y dañar el hígado del consumidor porque generalmente se metabolizan hepáticamente”.

Todo lo médicamente mal administrado tiene contraindicaciones.

Todo lo médicamente mal administrado tiene contraindicaciones. Algunas prácticas de la medicina o la odontología aconsejan consumir los antibióticos de manera preventiva y eso se va instalando en los hábitos de la gente. Son malas costumbres, malas prácticas  que nosotros estamos trabajando mucho para cambiar”, agregó.

La receta electrónica es una posible solución

A partir de febrero de este año comenzó a regir la receta electrónica bonaerense y Della Maggiora aseguró que la medida es acertada y que posiblemente sea una forma de aumentar el control sobre los medicamentos que se venden sin receta. En ese sentido dijo: “Va a llevar tiempo la implementación de la receta electrónica pero seguramente al cabo de un año vamos a tener todas las recetas con esta modalidad. Con esta receta, cuando el médico haga una prescripción, que se hace generalmente para las obras sociales, automáticamente saldrá una receta archivada para este tipo de medicamentos como los antidepresivos, psicofármacos y también los antibióticos”.

Foto: “Va a llevar tiempo la implementación de la receta electrónica pero seguramente al cabo de un año vamos a tener todas las recetas con esta modalidad”. Fuente: Télam.

“La receta electrónica tiene dos elementos básicos. Uno es que el médico tiene que tener registrada la firma electrónica, tengo que tener la seguridad que la firma digital sea de un médico. Este sistema lo está implementando PAMI desde el año 2018. Esta receta electrónica, cuando el médico la hace, la firma con su firma digital autorizada y se sube a la nube, se carga en el sistema. Ahí el paciente no recibe un papel como antes, simplemente va a la farmacia con su carnet de obra social y allí se ingresa con esos datos al sistema, ponemos el número de beneficiario y aparece la receta que corresponde al afiliado. El otro elemento, que es fundamental, es que una vez validada la receta y expendido el medicamento, la receta sale del sistema para evitar que se produzcan compras por duplicado”.

Todos los medicamentos tienen contraindicaciones, todos tendrían que tener prescripción y ser producto de un diagnóstico.

Finalmente, Della Maggiora reflexionó sobre el profundo problema de la automedicación y dijo: “Controlar este aspecto es fundamental. Estamos hablando desde medicamentos que producen resistencia bacteriana a otros que pueden generar consumos problemáticos. Asimismo, todos los medicamentos tienen contraindicaciones, todos tendrían que tener prescripción y ser producto de un diagnóstico. Lamentablemente tenemos una sociedad muy automedicada y la automedicación trae más problemas que soluciones”.

 

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