Frente a las acusaciones de corrupción, el INCUCAI destacó que el sistema de donación de órganos argentino es “reconocido mundialmente”

“Lo que decimos es que hay 7.000 personas esperando un trasplante y 300.000 potenciales donantes, y hay algo que no funciona en el medio y que genera un montón de corrupción”, aseguró el candidato a Presidente por La Libertad Avanza, Javier Milei, durante el segundo debate presidencial que tuvo lugar en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Estos dichos generaron absoluto rechazo del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI), cuyas autoridades emitieron un comunicado, en el que aseguraron que el legislador tiene “total desconocimiento del sistema de trasplantes” de la Argentina.

Durante su discurso, Javier Milei también citó al economista estadounidense y profesor de la Universidad de Chicago, Gary Becker, especialista en la teoría de las “ventanas rotas” (la cual sostiene que los signos visibles de la delincuencia, el comportamiento antisocial y los disturbios civiles crean un entorno urbano que fomenta la delincuencia y el desorden, incluidos los delitos graves). Becker publicó un paper científico llamado ‘Introduciendo incentivos en el mercado de donaciones de órganos en vivo y cadavéricos’, en donde le puso un valor estimado a los órganos humanos: por ejemplo, los riñones pueden llegar a los u$s15 mil, mientras que los hígados a u$s32 mil.

Desde Portal Universidad, hablamos al respecto con el Dr. Francisco Leone, presidente del Centro Único Coordinador de Ablación e Implante de la provincia de Buenos Aires (CUCAIBA): “El legislador dijo 7.000 y son 10.000 los pacientes que están en lista de espera en el país, de los cuales la mitad está en la provincia de Buenos Aires. Nosotros lo consideramos un problema de salud pública. Se le debe dar la seriedad que corresponde, y sobre todo aquellas personas que están en espacios de poder. Estos años nos hemos preocupado por generar un sistema que sea transparente, con un sistema de información utilizado por el sistema público y por el privado en forma conjunta. Uno sabe de dónde provino el órgano, en dónde fue implantado, quiénes salieron en la lista de espera, por qué los que estaban arriba en la lista de espera fueron o no aceptados por los equipos… Aparece esta palabra que se dijo un montón, ‘corrupción’; me parece que también hay que ponerla en contexto, porque parece que está tan utilizada, que a veces da lo mismo decirlo para cualquier cosa, y para nosotros tiene mucho valor, no por nosotros mismos, sino por las diez mil personas que están en lista de espera, que están sufriendo”.

 

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Respecto a la cifra brindada por el referente de La Libertad Avanza, de 300.000 muertes por año en Argentina que permitirían facilitar el acceso a donaciones de órganos, el Dr. Leone destacó que, si bien “es cierto, no todos esos pacientes son potenciales donantes. Nosotros para poder ablacionar un órgano, necesitamos que esos pacientes fallecidos estén en una sala de cuidados intensivos, con asistencia respiratoria mecánica, porque sino los órganos no estarían oxigenados. Por lo tanto, ese universo de 300.000 se transforma en 3.000”. En ese marco, el profesional agregó: “Generamos la Ley 27.447, la Ley de Trasplante que rige en todo el país. Antes teníamos una negativa familiar del 40%, y en este momento prácticamente es del 10%. Esto muestra que la población argentina está más comprometida con el otro. Para poder donar un órgano de un familiar que acaba de fallecer, hay que realmente ser persona de bien, con un enorme amor hacia el prójimo, porque es el momento más difícil de su vida”.

“Esta discusión también pone en tela de juicio la cuestión del Estado. Nosotros estamos muy convencidos de que el Estado tiene que tener presencia en salud. Está demostrado que los mercados no pueden resolver la temática por sí sola, además el mercado sanitario es un mercado imperfecto. Entonces, hay problemas de oferta y demanda, pero más allá de esa cuestión, en el mundo prácticamente ya no se habla de la compra y venta de órganos. La mayoría de los países tienen legislación como la nuestra, que las prohíbe. La presencia del Estado asegura que cualquier argentino, cualquier ciudadano, puede acceder en forma igual a un órgano o tejido. En la provincia de Buenos Aires, tenemos para mejorar esa accesibilidad un ente de financiamiento de trasplante de órgano, porque queremos poner en igualdad de condiciones a todos los bonaerenses, para que puedan participar en esas listas de espera. y así, poder acceder en forma equitativa. Si no fuera así, la posibilidad de acceder a ese órgano sería a través de la capacidad financiera, o que uno tenga una cobertura”, agregó.

El INCUCAI es un órgano consultor de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Debemos estar orgullosos. Lo invitamos al legislador a que mire cómo ha evolucionado la procuración de órganos en nuestro país; va a ver el enorme esfuerzo que se está realizando para tratar de bajar y reducir la lista de espera. (Respecto al tráfico de órganos) existieron algunas denuncias en Argentina hace muchos años, pero ahora prácticamente no hay, y en el mundo son muy escasos los países que facilitan este tipo de cuestiones. Cuando uno va a las reuniones internacionales, hay consenso de que el tráfico de órganos no resuelve la problemática”, señaló el Dr. Francisco Leone.

Por último, respecto al proceso de trasplante y donación de órganos, el titular del CUCAIBA explicó: “La indicación de un trasplante proviene de un especialista, según el órgano o tejido que sea. Tenemos listados de instituciones habilitadas por nosotros; es una actividad muy fiscalizada, por lo que no cualquiera puede hacer trasplantes de órganos. Los estudios también están preestablecidos a partir de normativas del INCUCAI, y una vez que están terminados, el equipo pide al INCUCAI que se los incorpore en lista de espera. Luego, cada vez que haya una operativa de procuración, y según el tipo de órganos y tejidos que se obtengan de ese operativo, se confeccionan listas de espera con los pacientes que salen automáticamente por el sistema de información, a través de una fórmula que se establece en función de los años que está, de las características inmunológicas, de la edad, del peso y la estatura, y demás… Automáticamente se dispara un listado de prioridades. Se empieza a llamar a los distintos equipos ofreciéndoles ese órgano o tejido. A veces, ese paciente que está esperando puede tener algún inconveniente, y en ese momento no poder recibir ese órgano, entonces se va bajando en la lista prioritariamente”.

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