Alertan que la propuesta de “privatización del mar” niega absolutamente el manejo integral de los recursos

El cambio climático, la pérdida del hábitat, la sobreexplotación de recursos, la contaminación y otros factores humanos directos han llevado a la extinción de muchísimas especies del mundo animal. Si bien este es un proceso natural, está comprobado científicamente que estos son motivos que aceleran el ciclo.

Algunas propuestas para desacelerar y finalmente evitar estos procesos tienen que ver con la conservación de hábitats, la gestión sostenible de los recursos, el control de especies invasoras, la educación, concientización, regulación y legislación de leyes, la sustentabilidad del consumo entre otras.

La semana pasada, a estas propuestas se sumó la novedosa sugerencia de “privatizar el mar”. Alberto Benegas Lynch (hijo), diputado nacional electo por la provincia de Buenos Aires, economista y asesor del candidato presidencial de La Libertad Avanza Javier Milei habló de “asignar derechos de propiedad” para combatir la crisis climática. Específicamente, habló de privatizar el mar para evitar la extinción de las especies marinas, como las ballenas. El ejemplo que brindó fue el de las gallinas y las vacas, “no se extinguen porque hay un propietario, porque hay un uso económico, hay gente que valora eso, que pone sus recursos para tener buenos planteles y vender la carne”.

Para hablar de las posibilidades de esta propuesta y su factibilidad, nos comunicamos con Diego García Ríos, profesor de Geografía de la Universidad Nacional de Mar del Plata y escritor, quién comentó: “Si bien esta es una declaración disparatada y que en definitiva desde el ambientalismo es una salvajada en realidad no es algo que se le ocurrió a Benegas Lynch, sino que es una línea que se viene desarrollando desde los años 60 aproximadamente”.

En 1968 Garrett Hardin, un autor norteamericano, publicó un artículo denominado “La Tragedia de los Comunes”, donde afirmó que los recursos que pertenecen a todos en realidad no pertenecen a nadie. Desde una posición liberal y neoconservadora planteó que “los bienes públicos son una tragedia”. “Y si lo trasladamos a lo que dice Benegas Lynch, si pensamos en los derechos internacionales sobre los océanos o las aguas internacionales que no tienen ningún tipo de reclamo por parte de ninguna nación, en realidad son una tragedia porque no pueden ser gestionados por ningún Estado y por ningún privado”, dijo García Ríos.

“Entonces allí es donde Hardin dice que es cuando los ambientes o los ecosistemas se vuelven frágiles. Por ejemplo, habla de que un bosque público es frágil, defectuoso como propiedad, pero pone casos donde cuando esos bosques fueron privatizados o fueron susceptibles de ser propiedad privada, comenzaron a tener una gestión más cuidadosa por el hecho de que hay una cierta racionalidad sobre ellos”, relató el profesor de geografía y agregó: “De eso podemos pensar muchísimos ejemplos donde no es así”.

Sobre las declaraciones de Benegas Lynch, García Ríos observó: “Primero arroja esa cifra“Todos los días se extinguen 25 especies. Independientemente de lo que haga el hombre” sin ningún tipo de fuente. Sabemos que hay muchísimas especies que están en vías de extinción o en peligro por una racionalidad en definitiva que él no menciona, que es el sistema capitalista que hace predominar una racionalidad economicista y de corto plazo y de beneficiarse de los recursos naturales o de los bienes comunes por sobre una regeneración o una resiliencia por parte de la naturaleza. Entonces primero eso, decir que ese argumento no tiene ningún tipo de fuente con lo cual allí cae un poco en abstracto lo que dice”.

Sabemos que hay muchísimas especies que están en vías de extinción o en peligro por una racionalidad en definitiva que él no menciona, que es el sistema capitalista que hace predominar una racionalidad economicista y de corto plazo y de beneficiarse de los recursos naturales o de los bienes comunes por sobre una regeneración o una resiliencia por parte de la naturaleza.

Respecto al cuidado o a la política del cuidado que podría tener un agente privado sobre un determinado espacio explicó: “Eso tiene una raigambre en otro autor que se llama Ronald Coase, un norteamericano que en los años 60 y 70 decía que cualquier agente privado que sea propietario de un determinado espacio puede hacer absolutamente lo que se le dé la gana. Osea si yo tengo una porción de tierra donde de repente exploto a más no poder un determinado bosque o una determinada salina o lo que fuera no me tiene que importar lo que suceda con el resto de la población porque está dentro de mi propiedad privada. Eso niega absolutamente el manejo integral de los recursos”.

Respecto a ello García Ríos retomó la idea expresada por Javier Milei sobre la contaminación indiscriminada de los ríos por parte de empresas, “si yo tengo una fábrica que de repente contaminó un río, eso niega el manejo integral de una cuenta. Si yo contamino aguas arriba después va a tener perjuicio aguas abajo o si yo por ejemplo emano gases eso también con la circulación de la atmósfera va tener perjuicios sobre otros actores”.

En su opinión las declaraciones de Benegas Lynch son “hijas de un individualismo acérrimo, donde no importa absolutamente nada el otro, ni los ambientes donde permanentemente nos relacionamos”.

Desde una perspectiva legal, García Ríos comentó: “Esta declaración sobre el océano también niega todo derecho internacional. De hecho, en el año 82 la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, en Montego Bay, estipuló las disposiciones generales sobre los límites del mar territorial y la gestión de los océanos. Allí falta tal vez una declaración un poco más contundente de la ONU sobre la protección de ciertas especies, porque también es cierto que no hay una regulación internacional fuerte y por eso existe la caza furtiva de ballenas y diferentes problemas asociados a esa extinción que mencionaba Benegas Lynch, pero eso no habilita a que se privatice absolutamente todo”.

Foto: Si bien las ballenas no se encuentran en peligro de extinción como conjunto, algunas subespecies se encuentran bajo amenaza

“Si avanzamos hacia una privatización de estos espacios que son incuestionables en términos internacionales, qué nos queda para las playas que son de propiedad provincial, donde vemos que año a año avanzan los agentes privados”, dijo.

Al preguntarle a García Ríos sobre si esta experiencia tenía precedentes, respondió: “El mar no, pero si lo que sucede por lo menos en Argentina, es que nuestro Código Civil y Comercial y nuestra constitución nacional estipulan que todo cuerpo de agua, llámese cuerpo de agua a lagos, lagunas, arroyos, ríos, no es susceptible de ser enajenado, de ser privatizado, de tener ningún tipo de dueño, sino que son bienes públicos. Y en ese sentido, si bien está la ley, lo que sabemos es que en muchos casos se apela a la privatización justamente de los espacios linderos al cuerpo de agua”.

Nuestro Código Civil y Comercial y nuestra constitución nacional estipulan que todo cuerpo de agua, llámese cuerpo de agua a lagos, lagunas, arroyos, ríos, no es susceptible de ser enajenado, de ser privatizado, de tener ningún tipo de dueño, sino que son bienes públicos.

El caso más representativo es el de Lago Escondido en Río Negro, donde las tierras colindantes con este son propiedad del magnate inglés Joe Lewis. “Él de repente cercó el cuerpo de agua, a donde distintos actores de la comunidad tanto de Bariloche como del Bolsón han querido acceder y no han tenido ningún tipo de apertura de su parte. E incluso fallando la propia corte suprema de Río Negro en su momento para que habilite un camino, que luego no fue dispuesto en buena calidad, y hace pocas semanas ratificaron la propia postura de este terrateniente, osea ya estamos hablando de que hay un entramado jurídico político que está de la mano de los más poderosos”, dijo.

Foto: Lago Escondido, el cuerpo de agua “privatizado de hecho” por Joe Lewis

“Y por otro lado tenemos situaciones que son más cercanas, de repente pensar en la playa. La última modificación al Código Civil y Comercial fue en el año 2014 donde se reducen los 30 metros de camino de costa tanto de un río, de un arroyo, de un mar a 15. Con lo cual es increíble lo que se perdió en términos públicos de posesión de estas tierras linderas a los cuerpos de agua. Y eso lo vemos todas las temporadas en Mar del Plata donde la playa pública es cada vez más pequeña, donde se avanza hacia la arena que es provincial, que no es privada entonces si bien no hay privatizaciones en términos formales las existen de hecho”, ejemplificó García Ríos.

Lo vemos todas las temporadas en Mar del Plata donde la playa pública es cada vez más pequeña, donde se avanza hacia la arena que es provincial, que no es privada entonces si bien no hay privatizaciones en términos formales las existen de hecho.

Foto: Reclamos del verano pasado por el avance de los balenarios privados sobre las playas públicas

Otro punto en el que hizo hincapié fue el argumento de la supervivencia de las vacas o las gallinas, “es interesante porque de alguna forma habla de los modelos productivos. Él hace referencia a los animales de corral que son animales que si uno piensa en términos históricos han sido domesticados por el hombre o por la sociedad para su alimentación. Eso de ninguna forma lo podemos comparar con animales salvajes. Como por ejemplo el que hablaba de los océanos, pensemos en las ballenas, en los lobos marinos o pensemos en cualquier otro animal terrestre que es silvestre. Entonces ahí ya hay una distinción importante una cosa es el animal que está dentro de tu propiedad privada, en el alambrado y que claramente el cuidado se da justamente para que haya una cría y otra cosa es pensar en animales salvajes”.

Los animales salvajes son los principales padecientes de la caza furtiva, de la cual García Ríos afirmó que “en el caso de Argentina sabemos que lamentablemente existe una caza furtiva pero afortunadamente no es como décadas pasadas. Eso también hay que decirlo y ahí no lo menciona porque no le conviene hablar del Estado, pero realmente en las últimas décadas se ha logrado por parte de Administración de Parques Nacionales, y a partir de la creación del Ministerio de Ambiente, una suerte de seguimiento a estos animales, que según él es una catástrofe que no estén alambrados, y se ha logrado por ejemplo la reproducción de algunas especies que se las consideraba ya en extinción como es el caso del yaguareté, el yaguareté”.

Foto: Si bien es una especie amenazada, tras 70 años de ausencia, el yaguareté volvió a formar parte del hábitat de la provincia de Corrientes

“Me parece importante dialogar en torno a estas cuestiones porque asistimos a tiempos donde actores periodísticos y de diversos espacios políticos de alguna forma convalidan estas opiniones y por ser fáciles o hasta simpáticos y no hay una reflexión en torno a eso o no hay posibilidad de contrargumentar como lo estamos haciendo ahora. Entonces me parece súper importante poner blanco sobre negro, hablar en términos legales, hablar con argumentos de justamente las cuestiones que regulan estas cosas”, reflexionó García Ríos y agregó: “Esto niega desde la convención de derechos del mar, hasta la Constitución nacional con lo cual es muy peligroso”.

Como conclusión dijo: “Asistimos a tiempos donde ya se habla de un negacionismo al cambio climático, osea son cosas muy densas y muy pesadas porque tenemos la evidencia enfrente. A mí me gusta hablar de la película Don’t Look Up, pero creo que es justamente lo que estamos viviendo. Tenemos la evidencia del cambio climático, en Mar del Plata este año tuvimos el primero de agosto una temperatura de 26 grados y un primero de agosto en el 91 tuviste una nevada. Osea en solo 32 años tenes una manifestación del cambio climático en tu propia ciudad. Entonces ante esa evidencia de que yo estoy viendo el meteorito llegar a la tierra, así y todo, decidimos negar, así y todo, decidimos decir que no. Entonces me parece importante generar espacios de conversación porque ayudan a reflexionar”.

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