Turismo sustentable: la calidad ambiental también hace a la competitividad de un destino

Foto: Miles de marplatenses se volcaron a las playas este fin de semana para hacer frente a la ola de calor.

Las evidencias del cambio climático se hacen más evidentes, desde incendios en Hawái hasta inundaciones en Alaska en la temporada de verano del hemisferio norte. Sin embargo, en algunos lugares, las condiciones de infraestructura y las actividades económicas generan consecuencias aún más graves frente a estos desastres naturales.

Hawái, conocido por ser un destino turístico internacional, se enfrenta a incendios constantes en la isla de Maui. La economía basada en el turismo, la principal fuente de capital privado, ha contribuido a la problemática. Las medidas para combatir la sequía, como la reducción del consumo de agua para residentes, no se aplicaron de manera equitativa, afectando la isla con millones de visitantes anuales frente a una población permanente mucho menor.

En este contexto y con la temporada de verano marplatense en marcha, desde Portal Universidad nos comunicamos con María José López, licenciada en Turismo, docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, para reflexionar sobre los impactos del turismo en el ambiente y conocer su perspectiva sobre la situación en Mar del Plata.

López destacó: “El turismo siempre va a generar impactos. Pueden ser buenos o malos y en distintos aspectos: en lo económico, en lo sociocultural, en lo político y en lo ecológico. Hay que entender que el ambiente es el tipo de relación que hay entre la sociedad y la naturaleza. Cuando uno cuando tiene un gran recurso, sea una playa, un lago o una montaña, que es valorado socialmente y es la materia prima o el insumo de la actividad, tiene que ser intervenido para la gente pueda desplazarse, para la gente pueda hospedarse, hotel, tiene que haber tratamiento de residuos, infraestructura, accesibilidad. Cuando es intervenido y gestionado es transformado y esa transformación siempre va a generar algún impacto que hay que minimizar”.

En los años 60 o 70, con el boom del turismo masivo, la dimensión ambiental no era tenida en cuenta: “Lamentablemente en el turismo dominó y sigue dominando la lógica económica. ¿Qué queremos? Más turistas y más dinero. Lo ambiental sigue estando postergado. Lo ideal es que uno lo incorpore y empiece a tender las relaciones, generar medidas y dar respuestas para ir minimizando estos impactos”, dijo la Licenciada y agregó: “Hoy tenemos más en cuenta lo ambiental por lo menos en lo discursivo y en algunos aspectos. Venimos lento, pero somos conscientes de que hay límites en el uso”.

En comparación con las décadas pasadas, hoy se reconoce más la importancia ambiental en el discurso turístico, pero aún hay desafíos pendientes. López señaló que en Mar del Plata persisten problemas como la concentración en espacios de playa reducidos, la sobreurbanización en la costa, el escaso cuidado del agua, la privatización de espacios públicos y la contaminación.

En cuanto al consumo de agua, la experta mencionó: “es excesivo y no solo responsabilidad de los turistas, ya que la convivencia entre turistas y residentes en la playa contribuye al problema”. Además, destacó la falta de compromiso de los concesionarios de balnearios y otras prácticas nocivas, como la acumulación de basura.

Sobre la basura, las fiestas en la playa fueron una de las grandes causas de la suciedad en la costa, sobre lo que la docente dijo: “Los eventos que hubo el año pasado, por ejemplo, en los silos por el puerto, dejaban una cantidad de basura impresionante. Yo indagué al respecto, y el prestador que hacía los eventos en los silos decía que como la basura estaba fuera de su predio no le correspondía. Entonces empezaban a tirarse la pelota con el municipio. La basura se generaba ahí y de la playa después ¿a dónde va? Al mar. Y nadie se hace cargo, ni la gente ni el concesionario”.

López resaltó la necesidad de acciones de sustentabilidad integradas y adaptadas a las condiciones y potencialidades de cada destino turístico. En Mar del Plata, donde el turismo de sol y playa en verano y el turismo urbano durante el resto del año crean picos de consumo, la planificación de la infraestructura y los servicios es crucial. “Un destino no es sustentable o no sustentable, el turista no es bueno o malo. Hay gradientes. Es un proceso de transición, de reconvención de los procesos productivos donde hay más o menos grado de avance. Hay que seguir avanzando, pero no tan lento porque lo ambiental es urgente. Se ven las señales: calentamiento global, incendios forestales, inundaciones. Es un signo de que ya es urgente y hay soluciones que son muchos más simples y otras que son más complejas”, alertó.

Lo económico afecta a lo económico

Los efectos de la actividad turística sobre lo ambiental siguen una especie de ciclo circular que tarde o temprano terminan afectando a la misma actividad económica. Un ejemplo: la construcción en altura sobre la primera línea de costa. “Estas construcciones afectan en la contaminación visual que genera y sobretodo en la experiencia del turista porque disminuye las horas de sol de nuestro producto convocante. La gente se empieza a correr sobre la línea de sol y se termina concentrando. Eso impacta en la actividad y nadie lo menciona”, explicó López.

Estas construcciones afectan en la contaminación visual que genera y sobretodo en la experiencia del turista porque disminuye las horas de sol de nuestro producto convocante

“Hoy la calidad ambiental es también cuestión de competitividad de un destino”, dijo la Licenciada. En un primer momento, en los 60 aproximadamente con decir que había playa la gente se trasladaba a vacacionar. Hoy en día el turista está más informado y hay destinos emergentes y más competitivos. “La gente empieza a entender que la calidad ambiental es un diferencial de los destinos”.

La gente empieza a entender que la calidad ambiental es un diferencial de los destinos

Las excepciones que se hacen al Código de Ordenamiento Territorial (COT) para poder construir más pisos de lo permitido tienen un efecto claro en la actividad turística que muchas veces no se tiene en cuenta. Al igual que obras de agenda política, tales como la bici senda: “Hay programas de financiamiento externo que los municipios tratan de capitalizar. Pero no se pueden hacer cosas sin pensar. Con la bici senda hay que tener en cuenta temas de estacionamiento, transporte público, congestión. Uno tiene que pensarlo integradamente, en Mar del Plata y en todos los destinos turísticos”, explicó López quién finalizó: “Este tipo de obras sin un planeamiento integral generan una disminución de la calidad de la experiencia, que es un factor que afecta negativamente en la competitividad turística del destino”.

Este tipo de obras sin un planeamiento integral generan una disminución de la calidad de la experiencia, que es un factor que afecta negativamente en la competitividad turística del destino.

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