Día Libre de Bolsas de Plástico: una bolsa se usa 15 minutos y toma 5 décadas en degradarse

Hoy en día, según Greenpeace y distintas organizaciones ambientales, “se estima que una persona utiliza alrededor de 250 bolsas plásticas al año, lo que equivale a 97.000 toneladas de residuos a nivel mundial”.

Es por eso que el 3 de julio de cada año se celebra el Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico. Su objetivo es reducir el uso de estas bolsas de un solo uso y fomentar su consumo responsable, alentando a su vez la utilización de bolsas de tela o reutilizables.

“Todos sabemos que la bolsa de plástico es el producto más reconocido que se usa a diario”, dijo Josefina Diez, Licenciada en Gestión Ambiental y comunicadora ambiental a PORTAL UNIVERSIDAD. “En 1965 se creó la primera bolsa y eso fue un antes y un después en la vida de las personas. Se acercaron a nosotros todos los productos descartables que vinieron a traernos comodidad, pero no se pensó en todos los problemas que pueden ocasionar”, dijo Diez, que además gestiona la conocida cuenta “Marsinplast”.

Son muchas las razones por las cuales las bolsas plásticas atentan contra el medio ambiente: la gran cantidad de energía que se utiliza para su fabricación, para su composición se utilizan sustancias derivadas del petróleo, un recurso no renovable, costoso, escaso y uno de los principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero, entre otros.

Según comentó Diez, a veces no se tiene en cuenta el impacto real de la bolsa, porque si se miden los impactos que generan las bolsas de distintos materiales, la de plástico es la que menos impacto tiene ya que se utiliza menos energía para producirse. “El tema es que es la que más cuesta en desintegrarse”. El promedio de uso de una bolsa plástica es de 15 minutos, pero, sin embargo, toma 5 décadas en degradarse como mínimo.

En ese sentido, el uso de recursos para su fabricación no es el único problema, sino también su desecho. Las bolsas plásticas afectan tanto a la biodiversidad acuática, como a la terrestre y su quema produce altos niveles de contaminación y gases de efecto invernadero.

“Las bolsas están desparramadas por nuestro ambiente, no se recuperan. Es fundamental reciclarlas para reducir el impacto, esto de a poco se va planteando en la ciudad con las eco botellas o se reciclan para hacer bolsas de consorcio, pero para eso es necesario que la gente este educada en cómo ser mejores consumidores”, explicó la gestora ambiental.

El reciclaje de las bolsas de plástico puede ser hasta 100 veces más costoso que su producción. Para evitar su uso, existen varias alternativas. En primer lugar, las bolsas fabricadas a partir de materiales orgánicos. “Dentro de lo que hay disponible como alternativa están las bolsas de almidón de maíz o liposolubles, que son para la basura la opción más sustentable”. Están se degradan completamente luego de 18 meses aproximadamente.

Sin embargo, Diez recomendó reducir al máximo el consumo de estas bolsas, y a su vez la basura que generamos. “Hoy en muchos comercios te dan las bolsas de tela que también es plástica, pero es para reutilizar muchas veces”, aportó Diez. En ese mismo sentido también se pueden utilizar las bolsas de tela para las compras, que presentan mayor resistencia y duración.

“En su momento en el colegio nos enseñaban las 3 R. Hoy son 5: reducir el consumo, reutilizar lo más posible, recuperar cosas usadas, reparar, y reciclar”.

Las 5 “R”, en específico refieren a:

  • Reducir: evitar generar residuos que no se necesitan, por ejemplo, los cubiertos de plástico del delivery.
  • Recuperar: comprar cosas usadas.
  • Reparar: evitar tirar y comprar, y reparar lo que ya tengas.
  • Reutilizar: buscarle una segunda vida útil a las cosas.
  • Reciclar: cuando un producto ya cumplió su vida útil, debe regresar a la cadena de producción como un insumo para dar vida a un nuevo producto.

Diez explicó además que, en los últimos años, con la Ley Integral de Educación Ambiental de Nación para abajo las provincias y municipios van incorporando este tipo de políticas. “Yo formo parte del equipo de comunicación de la municipalidad y por ejemplo que hoy estemos hablando y que tengamos un sector de comunicación ambiental para mí es un avance claro. Hay también una dirección general de ambiente y desarrollo sostenible que trabaja con muchos puntos verdes, puntos limpios, eventos de concientización, festivales de emprendedores. Creo que estamos empezando un buen camino, un poco más lento que en otros países, pero estamos en ese camino”.

“En Argentina a causa de la realidad socioeconómica que tenemos ponemos en foco otras problemáticas más urgentes, pero el ambiente debería también estar en foco porque si no tenemos un ambiente sano no podemos llevar adelante muchas actividades productivas. Siempre ponemos el ojo en el desarrollo a corto plazo y no tanto en el futuro y hacer eso será beneficioso para la economía y para la salud de la población. Hay que pensar en el ambiente porque no es algo secundario, y yo creo que con los años se instalaran políticas más concretas”, comentó Diez.

No es solo reciclar, ya que reciclar requiere de infraestructura y si bien en Mar del Plata existen emprendimientos y cooperativas que trabajan reciclando los distintos tipos de residuos, y no hay un diagnostico puntual, “más o menos la mitad de la población no separa la basura y eso es un hábito muy sencillo e impactante a la hora de la separación de materiales. Muchos se pierden porque no están mezclados, y por eso es importante que los vecinos hagan su parte en la separación de los elementos reciclables”.

“Lo importante es que de a poco se va generando la conciencia y pos pandemia se despertó más el interés sobre el cuidado del medio ambiente y estamos de a poco en transición a formas de vida más sobrias”, reflexionó Diez.

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