Lenguaje inclusivo, un camino que genera identidad

Cada tercer miércoles de octubre se celebra el Día Internacional de los pronombres con el objetivo de promover la inclusión y el respeto por todas las identidades de género a partir de la utilización de pronombres preferidos que no solo pretende visibilizar la individualidad de cada persona sino también a problematizar el poder simbólico que esconde el lenguaje. Por eso, desde Portal Universidad nos pusimos en contacto con Lucrecia Estrada, integrante del Programa Integral de Políticas de Género (PIPG) de la Universidad Nacional de Mar del Plata, para entrar en detalle en el tema.

Al momento de entablar una conversación, la inclusión de palabras tales como ‘todes’ o ‘todxs’, ‘le’, ‘elles’ y ‘ellxs’ son cada vez más habituales. Lejos de ser un capricho, estas variantes inclusivas, entre tantas otras, responden a la necesidad de visibilizar las problemáticas de género mediante cambios en las prácticas discursivas. Son usos disruptivos. Es decir, que buscan romper con el orden moral, social y lingüístico y cuestionan aquello que debe aceptarse como lo natural o naturalizado. En ese sentido, hay una relación indisoluble entre la imposición del masculino genérico como norma lingüística y la dominación masculina que reproduce las relaciones de poder entre los géneros en los niveles social, cultural, económico y político.

Cuando una persona se expresa mediante el lenguaje, hay creencias, normas, estereotipos y prejuicios que atraviesan las elecciones discursivas que realiza. Tener conciencia lingüística permite percibir la influencia de los cambios socioculturales y políticos en el uso de la lengua y viceversa. Así, el uso compartido de pronombres se ha convertido en un indicador creciente de diversidad y aceptación. “El lenguaje inclusivo genera identidad. Se construye sentidos en otra dirección. Es fluctuante porque la comunidad lingüística va cambiando. Podremos estar en un momento de menor visibilidad, pero lo que transforma a una comunidad lingüística sigue pasando“, expresó la comunicadora social.

Esa exposición en las distintas esferas sociales tiene distintos factores que la condicionan. “Particularmente, en los medios de comunicación tiene que ver con la resistencia de quienes los consumen. De todas maneras, en estos últimos años, muchos han incluido editoras en género y esa es una gran conquista. El reconocimiento mediático va a llegar más tarde, pero los cambios que se van haciendo en la comunidad lingüística son de boca en boca”.

A su vez, el panorama político general también marca agenda. “Hace cuatro años, la fórmula presidencial ganadora tenía como frase ‘es con todes’. Hoy las campañas son bastante diferentes y hay un borramiento a nivel público de qué está pasando con el lenguaje y las políticas de género. Al cambiar la discusión política, estos matices también van cambiando. La discusión política escaló a otros temas. Los que luchamos por la ampliación de derecho estamos en resistencia. Hace un tiempo estábamos ampliando y hoy intentamos conservar los derechos adquiridos para no retroceder. Es una situación de Argentina y del mundo.

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