“La continuidad del Festival Internacional de Cine pende de hilos que ni se logran ver”
El 29 de febrero de 2024, el Gobierno nacional designó – a través del Decreto 202/2024 – al economista Carlos Pirovano como nuevo presidente del Instituto de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) quien, en sus primeras horas al frente del organismo, tomó la decisión de no renovar contratos próximos a vencerse en abril de este año, alegando razones presupuestarias.
Tras reunirse con Pirovano, la Junta Interna de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), sindicato que representa a la mayor cantidad de trabajadores del Instituto, emitió un comunicado en el que denunció más de 170 despidos y señaló que el Gobierno nacional tiene en miras ampliar el número de trabajadores cesanteados, así como la venta del cine Gaumont y el cierre de las plataformas Cine.ar Play y Cine.ar.
Las medidas de ajuste pasaron a formalizarse este lunes, cuando el presidente del INCAA firmó una Resolución que dispone la baja de todos los contratos con vencimiento el 31 de marzo, la suspensión del pago de horas extra y de los programas de apoyo para proyectos cinematográficos y eventos de todo el país, así como los viajes, gastos de telefonía celular, compra de comida y pago de traslados al personal del Instituto.
Además, en este marco de recortes y despidos, los trabajadores de ATE-INCAA también mencionaron que Pirovano advirtió que no habría presupuesto para el financiamiento del Festival Internacional de Cine que se realiza anualmente en Mar del Plata.
Para comprender más sobre la situación actual y el riesgo que corre la realización del mencionado evento, desde Portal Universidad dialogamos con Miguel Monforte, realizador, docente, investigador audiovisual y co-autor de la obra “Historia del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata”.
Los recortes en el presupuesto del INCAA
Con respecto al ajuste dispuesto por el Gobierno nacional al Instituto, Monforte afirmó: “Esto de alguna manera es parte del plan motosierra para el INCAA, donde los monotributistas que allí estaban contratados ya fueron despedidos. Y el plan es seguir achicando el gasto, ya que la excusa es que el presupuesto del Instituto se está malgastando en el mantenimiento de sueldos y edilicio. Si bien hay una posibilidad de que esto sea cierto y el gasto aquí sea mayor del 50% del presupuesto de la entidad, cuando no se tendría que superar este porcentaje, también existe una realidad que por ley debiera cumplirse que es que las plataformas de streaming, que en nuestro país lucran a través de la emisión de cine nacional e internacional, no están pagando los gravámenes correspondientes. Si lo hicieran, esto haría que el Instituto tenga una buena entrada de dinero, también teniendo en cuenta que el público migró hacia las mismas”.
“Antes, lo que dejaba el 10% de cada entrada que se pagaba en el cine, iba al Instituto. Esto aún sigue sucediendo, pero ya muy poco público va a las salas. Lo que sí hace la gente es contratar estos servicios, que no están pagando los gravámenes. La respuesta del gobierno ante el pedido de que efectivamente lo hagan fue que pensar en esos gravámenes actualmente no era posible”, agregó Monforte.
En sintonía con el comunicado de ATE, el entrevistado también considera que los próximos pasos a seguir de Pirovano involucran ventas, cierres y privatizaciones: “La idea no solo es seguir despidiendo gente, sino también vender el Cine Gaumont, privatizar el canal Cine.ar y posiblemente la privatización o el cierre de la plataforma de cine argentino Cine.ar Play. Además, se cuestionó a la histórica Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC), perteneciente al Instituto, diciendo que también habría que cerrarla o privatizarla, al igual que sus siete sedes, una de ellas situada aquí en Mar del Plata. Son muchas las noticias que chocan, porque además se trata de decisiones inamovibles que tienen una bajada muy concreta, que es que en cuatro o cinco meses el Instituto debería estar saneado”, manifestó.
La continuidad del Festival Internacional de Cine, en jaque
La suspensión “de toda erogación económica vinculada a apoyos y aportes institucionales” que dispone la Resolución firmada por Pirovano impacta en la continuidad del Festival Internacional de Cine. Al respecto, Monforte dijo: “Lo que mencionó Pirovano es que tanto el Festival como Ventana Sur – el mercado internacional de cine latinoamericano, también organizado por INCAA – no tendrían que ser de injerencia del Instituto de Cine. Para él, si bien corresponden a actividades muy importantes del cine nacional, lo cierto es que deberían buscar sponsors para su subsistencia. Esto le tira la responsabilidad a quienes estén a cargo del Festival de ahora ver cómo se replantea todo”.
“Estatutariamente no sé qué tipo de sponsors se pueden salir a buscar y a quién le interesaría sponsorear; o si esto está dirigido con alguna intención hacia las plataformas, que también por ahí querrían tener injerencia en la programación. O sea, se plantean una serie de interrogantes que posiblemente a todos aquellos que amamos el Festival Internacional de Cine nos estén llevando a pensar que la continuidad del mismo está pendiendo de hilos que, en este momento, ni se logran ver”.
Pese a la difícil situación, Monforte aclaró que las labores actuales de los organizadores del Festival continúan: “Hay un equipo que todavía sigue con sus labores. De todas maneras, sabemos que las cabezas que se encargan de la organización siguen adelante y el Festival prácticamente no se detiene, ya que una vez que finaliza en noviembre ya se comienza a planificar, observar qué sucede en los demás festivales e invitar a distintas películas para la próxima edición. Ahora se debe estar trabajando pero a ciegas, tratando de invitar películas a un festival que no se sabe si va a existir, lo que debe ser angustiante para un programador”.
“El tener un festival clase A como este, hace que haya que cumplir ciertos requisitos para mantener tal categoría, como por ejemplo tener secciones competitivas internacionales. Eso conlleva invitar jurados internacionales, a los cuales hay que abonarles los traslados, la comida, el alojamiento y traductores, en caso de que no dominen el idioma. También implica contar con películas. Por ello, las más competitivas o principales tienen que ser invitadas con alguien que las represente, que puede ser un productor, un director, una actriz o actor. No es un festival cualquiera, que se puede hacer por streaming. Donde no se cumplen o bajan todos esos requisitos, el festival pierde la categoría”, agregó Monforte.
La importancia del INCAA y el futuro de la industria audiovisual nacional
Monforte también contó su experiencia y vínculo con INCAA: “En los 37 años que filmo jamás me ha financiado el INCAA, pero sí he tenido la posibilidad de que se respete lo que hago y mis películas están en Cine.ar Play, habiendo pasado previamente por todos los filtros necesarios para ello. Esto logró que las mismas lleguen a muchísimos lugares del país, que de otra manera no hubiese ocurrido. Que mis películas se puedan visualizar gratuitamente en Cine.ar Play, o haber proyectado las mismas en el Gaumont – que de alguna manera es el templo del cine nacional – para mí es un orgullo”, manifestó.
Consultado sobre el impacto que tendrán las medidas del Gobierno nacional, dijo: “Lo que se está haciendo es muy grave para la cultura, para el ánimo de la gente. Obviamente cualquier gobierno entrante debe sanear cuentas si es que considera que hay que hacerlo, pero mirando puntualmente a quiénes y cómo tiene que cesantear, o lo que fuese. El shock hacia la cultura no solo pasa por la cantidad de gente que se queda en la calle, también impacta por ejemplo en la labor de los realizadores”.
“Hay un montón de producciones que dan trabajo a mucha de gente que están paradas y que dentro de unos meses, cuando se les dé el dinero para retomar sus productos, ya sea filmar o hacer la postproducción o exhibirlas, en realidad esa plata no les va a alcanzar para nada. Entonces, prácticamente se detiene la industria audiovisual, que si bien sabemos que está muy manejada desde Buenos Aires, también hay muchas cosas que se producen en el interior y que se manejan con ese dinero que en este momento está en una caja absolutamente cerrada”, agregó.
Para finalizar, Monforte hizo hincapié en las consecuencias negativas que tendría la ausencia del Festival: “Hoy hay 15 festivales clase A en el mundo que ya se están superponiendo en cuanto a sus fechas de realización. Si se pierde el Festival, corremos el riesgo de que otro país de la región reclame la categoría A, con el objetivo de hacer su festival con todos los requerimientos. Y si sucede ello, va a ser mucho más difícil volver a entrar al circuito y tener un Festival Internacional de Cine con estas características”, concluyó Monforte.