Economía circular en la escuela: alumnos participan del diseño y construcción de un juego elaborado con madera plástica

 

Estudiantes de la escuela provincial número uno de Coronel Vidal fueron reconocidos por su participación en un proyecto de economía circular, que consistió en el diseño, colecta de materiales y montaje de un juego recreativo elaborado con madera plástica reciclada.

Del proyecto participaron organizaciones como la Cámara de la Industria Plástica de Mar del Plata, Reconstruir, FortaleceRSE, la empresa Rural Plast y la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP). Para conocer con mayor profundidad de qué se trata este proyecto, desde Portal Universidad nos pusimos en contacto con Daniel Alzuarte, gerente general de Rural Plast.

Foto: Alumnos de la escuela n°1 de Vidal junto al juego fabricado con madera plástica.

Consultado respecto de cómo se gestó la experiencia, Alzuarte explicó: “El año pasado en el mes de noviembre, autoridades de la escuela notaron que los chicos, cada vez que salían al recreo, armaban una choza con restos de poda y de una construcción. Se advirtió que esa situación podría presentar riesgos para los alumnos y por eso se propuso hacer algo distinto. Conjuntamente con la maestra del curso, los chicos le escribieron una carta a la municipalidad de Mar Chiquita para ver si podían realizar una construcción de otra forma. La municipalidad se puso en contacto con la empresa Rural Plast, que se encuentra ubicada en Coronel Vidal, y a partir de ahí surgió esta iniciativa que fuimos construyendo”.

“El objetivo fue hacer un proyecto en el cual se involucre activamente a los chicos de forma transversal, con acción de todas las materias que pueden participar, como matemáticas, física, dibujo, computación, química y todo lo que es referente al reciclado de plásticos. Nos pusimos en contacto también con la UNMDP por intermedio de “Cuidando lo nuestro”, que es un espacio que tiene constituido con otras instituciones, como la Cámara de la Industria Plástica, Reconstruir y FortaleceRSE para capacitar a los docentes. Esto ocurrió en el mes de febrero, donde los instruyeron sobre cómo debería ser la recolección, acopio y traslado de residuos plásticos. Posteriormente, una vez que los docentes se capacitaron, empezaron a instruir a los chicos con toda la información desde las distintas materias  referentes al tema. Se trasladó esa comunicación a todos los cursos de la escuela y todos participaron llevando a su casa los conocimientos para la recolección de residuos. Mientras tanto este curso los ayudó también a diseñar el juego que querían”, reveló.

En cuanto a la participación que tuvieron los estudiantes, Alzuarte dijo: “Hubo varias propuestas hechas por ellos mismos y a partir de ahí consensuamos como debía ser la casa con el juego. Cuando se concluyó la recolección de residuos pasamos a la construcción y finalmente, una vez terminado procedimos a entregarlo, junto con un reconocimiento a los chicos. Participó toda la comunidad de la entrega, fue una fiesta donde estuvieron los 160 alumnos y más de 200 familiares entre padres, abuelos, tíos. No sólo aprendieron los chicos, sino que aprendimos nosotros también”.

La importancia de la economía circular

Al momento de explicar los objetivos detrás del proyecto, Alzuarte manifestó: “Cuando hacemos la separación de residuos siempre sentimos un poco de frustración, porque no vemos el hecho posterior a esa economía circular. Sacamos los residuos en bolsas separadas y no nos enteramos que pasa después, las suposiciones generalmente no son buenas. Es importante señalar que una buena parte de los residuos plásticos se reciclan pero hay una gran cantidad que no, sobre todo los de un sólo uso, porque no tienen valor comercial. Este proyecto que diseñamos, y estamos llevando adelante, consiste en trabajar con ese tipo de plásticos, que actualmente no tienen ningún valor de reventa. En los centros de separación, esos residuos que nosotros tomamos y compramos, no tienen valor de reventa. Eso que está catalogado como residuo, nosotros lo tomamos como una  materia prima”.

Foto: Mobiliario construido con madera plástica.

“Desde el inicio del proyecto salimos con la propuesta de comprar ese tipo de plástico y la universidad nos ayudó a formar una cooperativa acá en Mar del Plata. En esta cooperativa compramos muchos plásticos, tenemos gente de barrios que están sin trabajo que se dedican a juntar paragolpes, guardabarros y otros plásticos que en el mercado actual no tienen valor de venta. A partir de esa puesta tenemos que hacer algo de valor y lo estamos logrando. La única posibilidad de que nosotros podamos rescatar el producto es que podamos después realizar algo que tenga valor. Acá en Mar del Plata, quien esté interesado puede ir al playón de Punta Mogotes, en las zonas de la laguna de recreación, y ver todas las mesas y los bancos del punto verde que está todo hecho por nosotros con madera plástica”, destacó.

En cuanto al impacto positivo que tiene la producción de madera plástica explicó que “el juego que entregamos en Vidal pesa alrededor de 800 kg. Eso equivale a que evitamos usar aproximadamente seis árboles. Son seis árboles que no se talaron. En nuestra planta estamos procesando cerca de 10 toneladas por mes, es decir que estaríamos evitando la tala de 60 árboles todos los meses. Hay empresas de la zona que están directamente relacionadas con la madera plástica que producimos como, Ciardi, Cabrales, Rutenia. Empresas que están entregando su scrap plástico y que entienden que para que esta acción perdure en el  tiempo tiene que ser rentable para todos los que participan”.

Un valioso aprendizaje para los estudiantes

Al momento de evaluar el impacto que tiene este proyecto en los alumnos de la escuela, Alzuarte dijo: “Nosotros tomamos como principio involucrarnos en proyectos que tienen trascendencia social y ecológica. Este proyecto marca bien el camino que queremos seguir y estamos siguiendo. Concientizar y educar va a ser mucho más importante que el volumen de plástico que podamos procesar, que no es poco de todas formas.  En ese sentido la experiencia nos permitió ver que los estudiantes quedaron muy enganchados y es importante decir que el proyecto no culminó”.

“El compromiso de seguir juntando los residuos se sostiene y los chicos van a seguir enganchados en la producción con nuevos proyectos. En la misma escuela se cambiaron las piezas plásticas de los bancos y sillas deterioradas y se iniciará un proyecto de puesta en valor con la escuela técnica. Estos residuos volverán para darle valor a los espacios de la escuela y además posibilitan que los chicos puedan poner en práctica, materializar todo lo que aprenden en el aula”, concluyó.

 

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