Navidad y Año Nuevo: ¿Cómo combatir el estrés por las fiestas de fin de año?

Llega diciembre, y en cualquier parte del mundo en donde consultes, siempre se trata de un mes intenso, en virtud del cierre de año, las reuniones laborales, los exámenes en la facultad, y las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Esto trae aparejado otros factores, como los gastos extras de regalos, comidas e indumentaria, que generan un mayor estrés en un contexto socioeconómico apremiante como el de la Argentina.

El 66% por ciento de las personas informan que se sienten solas durante las fiestas, según la Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales, mientras que el 64% de las personas con enfermedades mentales dicen que las vacaciones empeoran su condición. En tanto, de acuerdo a datos de la Sociedad Argentina de Medicina del Estrés (Sames), existe algo llamado “síndrome de diciembre”, que aumenta las consultas médicas por estrés y ansiedad en un 30%.

Desde Portal Universidad, dialogamos al respecto con la Licenciada en Psicología, Alejandra Linardi, Matrícula N°45.849: “Las fiestas cargan con esta cuestión de que no es parecido a nada. No es un cumpleaños, no es un evento, no es una conmemoración. Es una situación única que aparece año a año desde el momento en que nacemos, y cargamos con toda esa ansiedad que hemos visto de nuestros padres y abuelos en la infancia, y la heredamos de generación en generación. La ansiedad se puede ver en los preparativos, los cambios de lugar, los gastos de la comida… Parecen cuestiones absurdas, pero al momento de organizarlas, incluso han surgido problemas familiares, familias que se han dejado de ver”.

Es necesario pensar las fiestas navideñas como la oportunidad de compartir en familia, y no como un problema. Fuente: Criar con sentido común

Es necesario pensar las fiestas navideñas como la oportunidad de compartir en familia, y no como un problema. Fuente: Criar con sentido común

Desde que nacemos, estas fiestas tienen que ser en un ámbito de felicidad, de paz y de amor, hasta lo dicen las tarjetas navideñas, pero en realidad, se juegan lugares de poder dentro de las familias. A veces son conscientes, otras inconscientes; está el que dirige, el que manda, el que visita, el que se enoja, el que critica, el que hace y el que no hace… y la verdad que muchas veces no sucede esto de la felicidad. Podés estar pasando por momentos personales, una enfermedad, una separación o un hijo que se fue lejos… que hacen que no tengas esa sensación de felicidad. Por ejemplo, la propaganda de la gaseosa nos genera una sensación de falta, de culpa, por no sentirnos tan felices como nos dicen que nos tenemos que sentir, y la verdad que es válido. Uno no pasa todos los años por la misma situación”, destacó.

La Lic. Linardi también señaló: “Uno tiene que entender que no todos podemos a veces; no es que ‘queremos o no queremos’. Uno puede estar tranquilo en su casa, pero no podría estar bien festejando y riéndose en otra casa. Esto hay que respetarlo, no forzarlo. Muchos de nosotros en algún momento lo hemos hecho; decir ‘no importa, venite, te distraes’. A veces sí se puede, pero a veces hay personas que por el momento particular que están viviendo no pueden. Mi sugerencia es aceptar, comprender y ser más empático con el otro. No es obligación. Vale la pena recordar que hay gente que padece la fiesta, o sea que las rechazan, que las padecen”.

Respecto a la ‘locura’ generada en torno a la compra de regalos, la profesional afirmó: “Hay una compulsión a comprar en las fiestas. Hay como un mandato, de comprar de más, comida para 150 personas aunque son 10. El adorno, el plato navideño, el regalo… que en general elaborada es muy cara y eso hace que se que choque con la cuestión económica que estamos viviendo. Entonces, lo que hace es exacerbar aún más, aumenta el malestar que de por sí pueden tener muchas personas con las fiestas. Hay que limitarse si es posible o ver entre lo ideal y lo posible. Porque después las fiestas terminan y hay personas que luego, por ejemplo, cargan la tarjeta de crédito y entran en crisis. Hay gente que ya ha consultado para atenderse por los gastos que se generan y las depresiones”.

Hay que comprender y usar este espacio de las fiestas en el buen sentido, para la unión, para compartir un lindo momento con las personas que queremos, sin la condición de gasto. Abrazarse, besarse, decir feliz navidad, levantar una copa y pensar en los logros que has tenido durante el año, los que nos tuviste, lo que te quedó pendiente, lo que pudiste hacer, lo que todavía seguís soñando, y la expectativa del nuevo proyecto para el año que viene”, concluyó.

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